El 17/5, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) publicó el «Informe anual de superficie cultivada de vid de 2020», elaborado por su Laboratorio Estadístico. Según detalló a Enolife la ingeniera agrónoma mendocina Sabrina Zulueta, coordinadora de este trabajo, en el mismo se tomaron en cuenta 7 variables: superficie, cantidad de viñedos, variedades, sistema de conducción, año de plantación, aptitud de la uva y agrupamiento, para los 135 departamentos de las 18 provincias productoras de Argentina. Los datos analizados se comparan con los de los últimos 20 años, tomando en cuenta los censos de 2000 y 2010 y las declaraciones juradas de los productores y sus inspecciones.
Entre los datos más significativos se observa una tendencia a la reconversión y la diversificación. Ejemplos de ello son el aumento -en los últimos 20 años- del 935% en la superficie cultivada en San Juan con la uva Flame Seedless (para consumo en fresco o pasas). Y el notable crecimiento del malbec, que pasó de 16.347 ha en 2000 a 45.657 en 2020.
El informe, elaborado por el Laboratorio Estadístico del Instituto Nacional de Vitivinicultura, está dividido en 3 partes. La primera se centra en lo ocurrido a nivel nacional; la segunda pone el foco en Mendoza y San Juan, que poseen el 91% de la superficie cultivada; y la tercera es un exhaustivo detalle de todas las provincias y departamentos vitivinícolas.
Consultada la ingeniera agrónoma Sabrina Zulueta sobre el alcance y el destino de la información analizada, señaló: «Es muy interesante el nivel de detalle que tiene el informe, analizamos las variables de cada uno de los 135 departamentos de las 18 provincias vitivinícolas. Para algunos, puede ser una herramienta fundamental para la toma de decisiones».
A nivel nacional, las estadísticas marcan una leve caída del 1,4% en 2020 respecto de 2019, pero se mantienen las 214.798 ha cultivadas. Hay una disminución de 371 hectáreas respecto al año anterior.
Por otro lado, en los últimos 20 años la superficie total creció un 7%. Se redujo la cantidad de viñedos pero aumentó la superficie de las fincas, constatándose hoy 23.7699 viñedos inscriptos, 31 propiedades más que en 2019, pero 1.081 menos que en el año 2010. La tendencia indica que las propiedades son cada vez más grandes. El tamaño medio del viñedo en el año 1990 era de 5,8 ha, en el año 2000 de 8,0 ha, en 2010 de 8,8 ha y en el año 2020 de 9,1 ha.
Sobre este último punto, la superficie de las fincas, Zulueta apuntó: «La realidad es que las fincas son cada vez más grandes; si se compara con el año 2000, ahora existen más hectáreas pero menos viñedos. De todas maneras, si evaluamos el tamaño medio, en el 2000 era de 8 hectáreas y ahora es de 9,1 hectáreas».
Otro dato del informe para destacar es que el 92,2% de la superficie de vid del país corresponde a variedades aptas para elaboración de vinos y/o mosto, mientras que el 7,8% son variedades aptas para consumo en fresco y/o pasas.
Respecto al año 2010, la superficie de uvas aptas para elaboración ha disminuido 2.819 ha (-1,4%), mientras que las aptas para fresco y/o pasas han aumentado 771 ha (+4,8%). Esta reconversión, de variedades aptas para elaboración hacia variedades con otra aptitud, se evidencia principalmente en la provincia de San Juan.
Al analizar estas últimas cifras, la ingeniera agrónoma coordinadora del informe señaló: «Si nosotros comparamos el año 2020 con el 2000 observamos que hay 13.600 hectáreas más, pero si lo comparamos con el año 2010 tenemos 3.000 hectáreas menos. Y hay un detalle importante, el informe muestra que con respecto al 2010, hoy tenemos 771 hectáreas más de uva con aptitud para pasa y consumo en fresco y 13.000 hectáreas más de uvas tintas para vinificación. Entonces la diferencia se dio por la disminución de uvas blancas y rosadas aptas para vino pero de baja aptitud enológica».
Son 18 las provincias argentinas que poseen cultivos de vid, con los siguientes porcentajes sobre el total: 70,4% en Mendoza, 20,9% San Juan, 3,6% La Rioja, 1,7% Salta, 1,3% Catamarca, 0,8% Neuquén y 0,8% Río Negro. Estas 7 provincias concentran 99,5%. El 0,5 % restante está en La Pampa, Córdoba, Buenos Aires, Tucumán, San Luis, Chubut, Entre Ríos, Jujuy, Misiones, Santiago del Estero y Santa fe.
En el total de uvas aptas para elaboración de vinos y mostos, predominan las variedades tintas, que representan el 58,5% del total de este segmento, 23,4% corresponde a variedades rosadas y el 18,1% a blancas.
Las uvas tintas han aumentado 13.000 ha (+ 12,6%) desde el año 2010, mientras que las rosadas y blancas han disminuido 8.758 ha y 7.061 ha respectivamente en el mismo período.
El 49,5% de la superficie de vid del país tiene menos de 20 años (106.384 ha). En el otro extremo, se registra un 8,7% (18.655 ha) mayores a 60 años. Las plantaciones más antiguas del país se registran en la provincia de Salta, anteriores al año 1890.
El sistema de conducción predominante en el país es el parral, aunque registra una disminución del 12,3% respecto al año 2000, en concordancia con el aumento de variedades aptas para vinos finos, conducidas en espaldera.
El 52,2% del total de la superficie de vid está conducida en parral y el 46,8% en espaldera. Estos dos sistemas de conducción abarcan el 99% de la superficie total, mientras que el resto corresponde a los sistemas: cabeza, majuelo, ramé, lira y soga, entre otros.
La tendencia indica que el sistema de conducción que más ha aumentado en los últimos 20 años es la espaldera con un incremento de 28.129 ha, mientras que el parral ha disminuido 15.769 ha en el mismo período.
Las variedades más cultivadas en el país son: Malbec (21%), Cereza (12%), Bonarda (8%), Cabernet Sauvignon (7%) y Criolla Grande (6%). La variedad que más ha aumentado su superficie en los últimos 20 años es Malbec (+29.310 ha), pasando de 16.347 ha en el año 2000, a las actuales 45.657 ha.
Le siguen en importancia por su crecimiento en superficie, aunque con bastante diferencia cuantitativa: Aspirant Bousquet (+4.476 ha), Flame Seedless (+4.426 ha) y Syrah (+3.882 ha).
Las variedades que más disminuyeron desde el año 2000 son: Criolla Grande (-11.293 ha), Pedro Giménez (-5.513 ha), Cereza (-5.470 ha) y Moscatel Rosado (-5.326 ha).
Mientras que Mendoza crece en superficie cultivada para vinificación, sobre todo en uvas tintas; San Juan lo hace en superficies de uvas con destino fresco y pasas, reduciendo el área de vinificación de uvas blancas y rosadas. El Malbec, Syrah y Bonarda en Mendoza y Flame Seedless, Malbec y Fiesta en San Juan son las variedades que más crecieron.
La ingeniera Zulueta destacó un aspecto saliente del informe: «San Juan es un caso muy interesante. Es la única provincia donde el malbec no es la variedad que mas creció, sino el Flame Seedless , que es una variedad que tiene aptitud para consumo en fresco o pasas. Es decir que San Juan ha reconvertido su viticultura hacia variedades que tienen que ver mas con producción de pasas, consumo en fresco y mosto».
En términos relativos las provincias que más crecieron en superficie, entre 2010 y 2020, son: Chubut 335% con +67 ha, Jujuy 274% con +30 ha, Misiones 239% con +13 ha, Buenos Aires 176% con +95 ha y Entre Ríos 145% con +34 ha.
Como perspectiva para los próximos 10 años, tomando en cuenta los datos del informe, Zulueta estimó: «A este ritmo, va a seguir aumentando la superficie de malbec, que ya viene creciendo a 15 mil hectáreas por década, con lo cual estimo que en 2030 vamos a volver a las más de 58.000 hectáreas que tuvimos en 1962. También se va a seguir dando esta reconversión hacia variedades con otra aptitud, con San Juan a la cabeza con las uvas en fresco y las pasas, y otro dato que marca el camino a la diversificación es el resurgimiento de las provincias que están creciendo y encontrando su identidad en los diversos terruños con distintos tipos de vino, desde los de altura a los de la costa».