El maestro de los enólogos argentinos vuelve a Enolife con toda su sabiduría y poesía para reavivarnos las ganas de tomar vino. En este catálogo de ocasiones para disfrutar el néctar ancestral, Ángel, también productor y discípulo de sí mismo, siempre en constante aprendizaje de la tierra y sus frutos, comparte conocimientos y consejos para darse el gusto. Una nota que debe leerse con una copa en la mano.
“Vivir con pasión, beber con inteligencia”
En el siglo XX, el vino para los argentinos engalanaba y dominaba la mesa de almuerzos y cenas. Casi siempre un alimento líquido imprescindible. Muchas veces acompañado del sifón de soda. En el siglo XXI, se transforma en una bebida muy social de jóvenes.
Los “nativos digitales” encuentran otros momentos y ocasiones para disfrutar el vino:
- El vino en el «after six», “after work” y “happy hour” de la gente joven, urbana y ejecutiva; informalidad, cultura, amistad, brindis, una vuelta a la naturaleza.
- Vinosofía: “Llena la copa de endorfinas”; ”lee vinos mientras bebes filosofía”; ”adopta la Vinosofía como estilo de vida”.
- Los vinos varietales del Wine Bar: El tardeo, terraceo y el tapeo.
- El vino en la cena:
- Asistencia al restaurante de comidas étnicas.
- Placer, status e intelectualidad.
- Símbolo de armonía familiar
Los consumidores demandan cada vez más experiencias memorables en el ámbito enogastronómico:
- Vinos burbujeantes y livianos de la noche en la discoteca. Vinos “frizzantes” y “espumantes” con cañita.
- El champán del brunch americano, los triunfos, las ceremonias, la felicidad y la seductora noche de amor. Las burbujas finas despiertan las endorfinas de la felicidad.
- Con champán, la vida cotidiana se celebra como Navidad y Año Nuevo, pero todo el año.
- El vino joven, blancos, rosados y tintos livianos de primavera y verano.
- Vinos para el calor del verano: la playa, la piscina, picnics en el campo y la montaña, veladas en terrazas urbanas, jardines y patios. “Vinos de sed” con hielo y el «sustito» de la soda.
- 100 recetas de cocteles con vino: Bellini, Mimosa, Royal Kirch, Anana Fizz, Aperol fizz. Los vinos del bar tender.
- El vino intelectual de otoño. Los vinos de sopas y potajes.
- Los picnics wine y la vida lenta (slow life).
- Los vinos en la nieve, en el tiempo libre y el bolsillo fácil.
- Los fragantes vinos del mar para beber descalzos.
- Navegación a vela con vinos enigmáticos.
- El vino de los eventos sociales y fiestas institucionales.
- El vino en el delivery. Pizza, pastas, burguers, hot dogs y vinos.
- El vino y la comida rápida. Es una pena que la industria no aborde con decisión y sensatez este canal de consumo que suele representar el 70% de la gastronomía nacional.
- Degustación de vinos y quesos a domicilio.
- Los vinos a los postres, los puros y el café.
- Enogastroturismo, las rutas del vino. Una nueva unidad de negocios en la industria del vino.
- La post pandemia de covid 19 planteó un consumo sofisticado de vino en el hogar mientras se practica el teletrabajo.
- La cava privada, colección, status, nivel.
- Los cursos de degustación de vinos. Las ferias de vinos de productores y consumidores entusiastas y aficionados.
- Las subastas de vino.
- Los vinos de los antipastos.
- Los vinos de los almuerzos y cenas con ejecutivos. El papel central del sommelliers.
- El vino y los chefs cocinando con vinos (postres y vinos).
- Salsas gourmet a base de vino.
- El vino y la salud.
El vino, en su consumo sobrio y habitual, es un excelente alimento funcional. Dos copas por comida tonifican el corazón y el alma.
- La uva, los vinos y el spa
- Los vinos de la belleza y la seducción.
- El vino en el turismo aventura. El enogastroturismo.
- El vino en la cultura y el arte: la música, la pintura, la poesía, el teatro, el baile, la artesanía, la moda de vestir. El vino ha sido siempre musa inspiradora de infinidad de obras de arte, etiquetas, exhibición de obras, de arte y música en bodegas. Galerías de arte, murales. Un vino para cada canción. Normalmente el vino es una expresión artesanal conmovedora. Vino y arte: idilio que resalta la expresión y la sensibilidad.
- El vino y las librerías: “Leer el vino y beber la vida”
- Uva: la más natural pastilla antioxidante.
- El jugo y las pasas de uva: energía y salud para escolares, deportistas y ejecutivos jóvenes.
- La damajuana o el bag in box en el asado de los viernes, sábados y domingos con amigos, vecinos y/o parientes
- Los tallarines del domingo con vino tinto y fútbol al matinée de los urbanos argentinos.
- Vinos de guarda para celebrar aniversarios y notables negocios.
- Vinos exclusivos para presentes y obsequios exclusivos (doctor, abogado, financista, secretaria, amigo, amiga).
- Carreras de enduro, 4×4, travesías, turismo aventura, asado y vino tinto. Un buen vino varietal en tetrabrik, y bag in box, justamente una bebida “todo terreno” que supera la fragilidad de la botella de vidrio. Es onda “fashion» en los países escandinavos.
- También viene llegando el envase metálico de aluminio, el PET, los tapones sintéticos, la tapa rosca, la tapa corona, para cambiar las estructuras rígidas del consumo tradicional del vino.
- La fascinante bebida social en los eventos de los jóvenes: los atardeceres del vino “sunset”, “after work”, “weekend”.
- Los vinos alternativos: orgánicos, biodinámicos, naturales, para veganos, para celíacos, naranjos, pet nat, blancs de noirs, vermu y coktails de vino.
- La revolución criolla y los vinos de sed (vino criollo, hielo y pileta).
- Vinos sin alcohol para consumidores que no beben vinos, “por ahora poco emocionantes”
- Ahora el modo vermú para los jóvenes. Es todo uva (vino, alcohol vínico, jugos de uva, arrope de uva, botánicos, hielo y ¡soda!).
- El vino siempre, siempre, pero nunca solo ni a solas. Aunque si el psicólogo recomienda sedantes para dormir, es probable que un sabroso copón bordeles de malbec o merlot sea más divertido y menos adictivo, antes de ir a la cama. Recientemente, han detectado melatoninas, las hormonas animales del sueño, en la composición de vino merlot.
- “Beber poco, pero beber lo bueno”, “beber poco para poder disfrutarlo más tiempo”
- Los buenos vinos permiten mantener con más facilidad una conducta moderada. Enseñan la templanza a quien quiere escuchar su mensaje. Con el buen vino y con su cata, el hombre aprenderá la forma civilizada de beber y, por lo tanto, de vivir.
Hay un vino para cada momento, y un momento para cada vino.
Cómo y por qué comprar una botella de vino.
Muchas veces la compra de vino es una decisión más emocional que racional. El vino moderado es salud para el cuerpo y alegría para el alma.
- Por bienestar, ocio, felicidad y diversión: Seres queridos, familia, amigos, negocios, siempre son oportunidades para brindar con vino.
- Porque es rico: Siempre hay un vino para cada persona y momento feliz de la vida.
- Porque no existe nada más ecológico: El vino es una de la bebidas más naturales y menos artificiales que existen.
- Porque nos permite viajar sin salir de casa: Un buen vino nos transporta a un paisaje, un suelo y un clima concreto. Gracias a nuestros sentidos podemos descubrir los terruños del vino. Cada zona vitícola tiene unicidad e identidad propia. Debemos lograr vinos que hablen del lugar y evangelizar.
- Porque es cultura: El vino es parte de nuestras costumbres y modo de vida, con grandes referentes como Jorge Luis Borges, Horacio Guarany y René Favaloro.
- Porque genera riquezas en zonas rurales: Con vino, los pueblos rurales no mueren. El vino mantiene el empleo de zonas campesinas.
- Porque forma parte de nuestra historia: Tan antiguo como la civilización.
- Porque nos conecta con nuestros orígenes: Un paisaje distinto hecho por los viticultores, con pasión y compromiso.
- Porque es un asunto de familia: Los buenos vinos fluyen y trascienden a través de generaciones de familias enteras.
- Porque lubrica la conversación, la sensualidad, la amistad y el amor: “Sin vino no hay amor” (Eurípides 200 años antes de Cristo). Los vinos de crianza en madera adquieren sabores sensuales que elevan la líbido de los comensales. Nunca pares de hacer amigos. Recetar amigos hace bien.
- Porque siempre da que hablar: Con vino se acaba el silencio y despiertan mil comentarios.
- Porque nos pone de buen humor: El vino es una noble endorfina de la vida alegre.
- Porque abrir un vino es augurio de buenas noticias: Llegada del fin de semana, cumpleaños, ascenso en el trabajo, nacimiento de un hijo, cambio de casa, un nuevo amor, navidad y año nuevo.
- Porque nos convierte en personas más interesantes: Saber de vinos “intelectualiza”.
- Porque es un lujo asequible: Siempre hay un vino para cada bolsillo. El precio de la botella suele ser el factor más importante y decisivo en la compra de vino. Un buen vino no necesita ser caro. Pero un vino caro debe ser muy bueno. Los vinos económicos no tienen por qué ser malos.
- Porque es un “socializador” de primera: Con buen vino, en un evento social, todos terminan amigos.
- Porque tiene su propio ritual: A veces un ritual muy sofisticado que aleja consumidores. Pero “la anarquía y el gusto personal es la base del placer”.
- Porque te hace más listo: Muchas veces beber un buen vino es una clase de geografía, historia, bioquímica, idiomas. El vino nos hace más sabios.
- Porque está de moda: Siempre una elegante copa de vino está presente en la cinematografía contemporánea. El vino es casi un actor más.
- Porque es un signo de estatus o posición social: Demostrar la posición social es un motivador frecuente de la compra de un vino.
- Porque es el mejor amigo del “foodie”: Persona apasionada por la buena mesa, que comparte lo mejor de sus experiencias en sus plataformas digitales. El vino es un alimento más de la dieta mediterránea.
- Porque nunca aburre: A medida que más se sabe de vinos, descubrimos todo lo que nos queda por aprender ¡El mundo del vino es casi inabarcable!
- Porque a veces despierta egos de poder: En un evento, reunión o comida, en la que se reúne gente con poder nunca faltará el mejor y más caro vino. Hay vinos y espumosos comparables a la Ferrari, Lamborghini, Zonda o Louis Vuiton.
- Porque me lo recomendaron: Es muy frecuente en el mundo de la enofilia, la recomendación de un vino por parte de amigos (boca a boca), influencers, sommelliers, críticos, puntajes, periodistas, gurúes. Pero en el vino “pocos prólogos y más epílogos” “menos bla bla y más glu glu”.
¡Cuántas razones para comprar un vino!
Seguramente son más, dependiendo de las motivaciones de los consumidores. Aquí dejo el debate para escuchar y conocer otras propuestas
Una serena copa de vino no habla de alcohol y de cáncer, habla de historias, paisajes, pasiones y emociones. Cuando destapamos una botella de vino y la vaciamos bebiendo con gratas compañías, ella se llena de historias.
He resumido estos fascinantes momentos y razones de consumo contemporáneo del vino para mejorar la comunicación y la promoción de esta bebida milenaria. Pareciera que la comunicación del vino es anacrónica. Se enfoca más en el producto y no en el consumidor con sus emociones y propuestas. Necesitamos que el vino sea menos elitista y más divertido.
Ya pasaron de moda los eslogans: “la calidad de nuestros vinos está por encima de todos”, “la calidad y la tradición nos distingue”, “en los viñedos más viejos nacen los mejores vinos“. Ya no son un vínculo emocional con el consumidor. Las nuevas generaciones son las que van a comenzar a enseñar a los adultos jóvenes con un nuevo afecto y comprensión, nuestro lugar en el universo.