Conocidas genéricamente como «hoja de malvón», las Enfermedades de Madera de la Vid (EMV) se encuentran diseminadas en las distintas zonas vitícolas de nuestro país y el mundo, recibiendo diferentes nombres según el país. Está provocada por hongos xilófagos y afecta a todas las variedades, aunque algunas cepas son más susceptibles que otras, pero no existen o no se han detectado variedades inmunes. Provocan el deterioro y muerte, sobre todo de vides adultas, de más de 15 años. La Asociación de Viñateros de Mendoza publicó en sus redes estas recomendaciones para el manejo de esta enfermedad, que a continuación compartimos.
Las Enfermedades de Madera de la Vid (EMV) se encuentran diseminadas en distintas zonas productoras de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca y Salta, en uvas de vinificar, de mesa y en pasas, con daños apreciables, causadas por un conjunto de hongos que provocan la alteración interna de la madera de la planta.
Es usual observar en los viñedos el decaimiento y posterior muerte de vides adultas (más de 15 años), atribuidos a la enfermedad que en algunos países, incluida Argentina, se denomina «hoja de malvón». Las EMV producen heterogeneidad, reducción de la longevidad y la productividad de los viñedos, así como disminución en la calidad en los vinos.
La enfermedad está asociada a un conjunto de hongos xilófagos. Constituye uno de los problemas sanitarios más frecuentes en viñedos, con una importante incidencia en aquellos años con más de 10 años de implantados, que constituyen el 81% de la superficie vitícola regional en Cuyo.
La yesca (Stereum hirsutum) es la enfermedad de madera más conocida, debido a su mayor antigüedad y mayor difusión, pero en los últimos años se han conocido y estudiado nuevas enfermedades, como la enfermedad de Petri (Phaeomoniella chlamydospora y Phaeoacremonium aleophilum), la Eutipiosis (Eutypa armeniacae), Pie negro (Cylindrocarpon), Botryosphaeria y Podredumbre de la raíz (Armillaria mellea y Rosellinia necatrix), todas ellas causadas por hongos que se desarrollan en los vasos conductores de la madera.
Síntomas
La enfermedad comienza a manifestarse en uno de los brazos de la planta, afectando los sarmientos, hojas, racimos y tronco. Las hojas crecen con menor tamaño, cloróticas y con bordes enrollados hacia abajo, simulando una hoja de malvón, de alí el nombre más popular.
Los sarmientos o brotes del año presentan menor crecimiento y entrenudos cortos, los racimos son más pequeños, laxos y con granos de tamaño no uniforme.
Vid joven con decaimiento. Formas que adoptan las enfermedades de madera en cortes transversales de tronco, en vides jóvenes.
A medida que progresa la enfermedad, se extiende al otro brazo, la planta se vuelve improductiva y finalmente muere.
Recomendaciones para el manejo de la enfermedad
Hasta el momento no existen estrategias de control para erradicar la enfermedad, por lo que el manejo del cultivo es un factor clave para prevenir o minimizar las EMV.
En viñedos nuevos
- Quemar material de poda en forma inmediata, no enterrar.
- Evitar podas de rebaje.
- Realizar podas tardías en tiempo seco, para disminuir el riesgo de infecciones, comenzando la labor con las plantas sin síntomas.
- Desinfectar tijeras y podón con lavandina.
- Proteger cortes de poda con pasta bordelesa.
En viñedos en plena producción
- En verano, recorrer el viñedo, marcar las plantas con síntomas e intervenir eliminando brotes y brazos afectados.
- Para la extracción de estacas es importante partir de material de vid de sanidad asegurada.
- Sellar las heridas de poda con pasta bordelesa (vías principales de entrada de los hongos de madera).
- Podar por separado o al último las plantas enfermas.
- Desinfectar tijeras y podón.
- Evitar el uso de serrucho y reemplazarlo por el podón.
- Erradicar plantas enfermas y quemar inmediatamente.
- Reponer fallas de plantas con barbechos sanos.
- En el caso de mugronar, usar plantas sanas y destetar temprano.
Fuentes: INTA EEA Mendoza, Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM) y Diario de Cuyo de San Juan (Hugo Carmona Torres).