El 2/3 arrancaron las reuniones entre los representantes de los trabajadores y la parte patronal para fijar los salarios del personal de viñas y bodegas. La Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas (Foeva) solicitará que se acuerde un salario, a partir de marzo, no menor a la canasta básica familiar, que según el Indec es de $56.459, más un bono de fin de año de $15.000 pesos. Esta cifra consituye una suba del 100% con respecto a los sueldos vigentes.
A principios de setiembre de 2020, la Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas (Foeva) y el sector patronal, conformado por empresas y entidades del sector vitivinícola, acordaron un aumento del 40% del sueldo luego de meses de negociación. Dicha suba llevó el sueldo inicial de los empleados del sector de $21.570 a casi $30.000, lo que sumado a los ítems no remunerativos redondearon unos $37.000, monto que fue percibido desde agosto (retroactivo) de 2020 hasta febrero de 2021.
Para llegar a ese porcentaje se aplicaron aumentos a escala del 19,44% y se incorporaron ítems no remunerativos, $3.000 desde agosto a octubre y $3.800 desde noviembre a enero 2021, y en febrero $4.300 remunerativos.
Luego de una reunión que tuvo lugar el día viernes 26/2 entre trabajadores vitivinícolas autoconvocados y las autoridades de Foeva en Tunuyán, se estableció iniciar las paritarias en los siguientes días.
Así, el 2/3 se comenzaron las negociaciones para que el salario de marzo incluya el nuevo aumento. Desde el sector de los trabajadores se pide que esa suba llegue al valor de la canasta básica familiar: $56.459, es decir un 100% sobre el salario actual (sin incluir lo no remunerativo). A eso se sumaría un bono extraordinario de $15.000 por noviembre, a cobrar en diciembre de 2021, en concepto de compensación o mayor productividad.
En cuanto al precio de la gamela o tacho de uva, ya se habla de pedir entre los $30 y $40 pesos, cuando el valor de bolsillo osciló el año pasado en los $14,50.
Estuvieron presentes en este primer encuentro, por el sector de los empleados, representantes de la Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas (Foeva), y por la patronal enviados de la Unión Vitivinícola Argentina, la Cámara de San Rafael, el Centro de Bodegueros y Viñateros del Este, Bodegas de Argentina, la Federación de Viñateros de San Juan y la Asociación de Viñateros de Mendoza.
Con las cartas sobre la mesa, la patronal tiene tiempo hasta el próximo miércoles 10/3 a las 14.30 hs, para presentar su propuesta.
Dentro de la negociación, la forma en la que se aplicarían los aumentos también presenta una gran preocupación para la parte sindical, ya que en caso de utilizarse nuevamente el recurso de las sumas no remunerativas habría que evaluar la propuesta de aplicación.
Y es que, sea cual fuere el porcentaje que se negocie, si se aplica gradualmente como en 2020, para fin de año con la inflación va a volver a estar muy por debajo de la canasta familiar.
Al respecto, Miguel Rubio -secretario de Prensa de Foeva- detalló a Enolife: «Claramente, pasó éste año que los aumentos graduales no remunerativos se perdieron con la inflación y llegamos a febrero con salarios muy por debajo de la canasta familiar».
«Además, cuando lo negociado como no remunerativo se convirtió, en febrero, en un ítem remunerativo, entró a escala, y los descuentos terminaron licuando el aumento. Por eso, este año los no remunerativos los vamos a negociar siempre y cuando se completen por fuera abonando un plus que equipare lo que se pierde con el descuento, es decir una compensación».
«En el mejor de los casos, si se nos diera el aumento que solicitamos, igual llegamos a febrero del año que viene con todo el porcentaje de inflación abajo otra vez», concluyó Miguel Rubio.