Luego de reunirse en Bruselas, la Comisión de Agricultura de la Unión Europea (UE) publicó el pasado 7 de diciembre un informe sobre las “Perspectivas Agrícolas de la UE 2023-2035”. Según el mismo, y en lo que se refiere al sector vitivinícola, se prevé que en el período 2023-2035 el consumo de vino seguirá un ritmo descendente, en torno al 1% anual hasta situarse en 20 litros per cápita (2,4 litros menos que la media anual del período de 2018-2022). Esto se debe a diferentes preferencias respecto al consumo de alcohol entre los más jóvenes, así como a la competencia de otras bebidas.
Durante años, el consumo de vino ha experimentado una disminución constante en la vieja Europa, especialmente en lo que respecta a los vinos tintos. La entrada de jóvenes al mercado no logra reemplazar a las generaciones mayores que inevitablemente lo abandonan. Este patrón se ha mantenido en las últimas décadas y se proyecta que persistirá en el futuro. Según la Comisión de Agricultura de la Unión Europea, se estima que el consumo disminuirá anualmente un 1% hasta 2035, situándose alrededor de los 20 litros per cápita en la Unión Europea, lo que representa una disminución de 2,4 litros en comparación con el promedio de 2018-2022.
El marcado descenso en la demanda de algunos tipos de vino será compensado por el crecimiento en la demanda de vinos sin alcohol, vinos de baja graduación, blancos, rosados y espumosos y la adaptación general del propio sector vitivinícola a los nuevos patrones de consumo».
Del Informe de la UE publicado el 7/12/23
El consumo doméstico del vino sigue siendo la principal salida de la oferta para el sector vitivinícola de la Unión Europea, ya que alrededor del 82% del volumen total se demandó en el mercado comunitario en el período 2018-2022. Según la Comisión, la disminución del consumo de vino resultará en una reducción general del uso interno para 2035, aunque se espera que «otros usos» permanezcan relativamente estables en torno a los 30.000 hectolitros, como la destilación o la transformación en productos elaborados.
La producción europea de vino también se verá afectada, disminuyendo anualmente un 0,6%, para alcanzar los 145 millones de hectolitros en 2035, según las proyecciones. A pesar de que el sector vitivinícola de la Unión Europea ha enfrentado desafíos climáticos extremos en los últimos años, ha logrado adaptarse. Sin embargo, la reducción prevista en el uso de pesticidas y las restricciones de riego en algunos países podrían afectar tanto los rendimientos como la superficie dedicada a la producción de vino.
Respecto al comercio exterior, la CE señala que en los últimos años las exportaciones de vino de la UE alcanzaron niveles récord en volumen y facturación. Al mismo tiempo, indica que la demanda en algunos de los mercados de exportación tradicionales de la Unión Europea ha ido alcanzando niveles de saturación.
Por tanto, en el informe se considera que el porcentaje de aumento de las exportaciones comunitarias de vino podría ser bastante limitado en los próximos años, esperando un crecimiento de sólo un 0,3% anual de aquí a 2035. Esta ralentización de los volúmenes exportados podría atribuirse a la creciente competencia en los vinos base y de nivel medio de precios bajos y medios, así como a un cambio en los patrones de consumo en los principales mercados de exportación de los países productores de la Unión Europea.
Por último, el menor uso doméstico del vino en la UE también se traducirá en importaciones mucho más bajas, con una reducción estimada del 2% anual de aquí a 2035.
Fuente: Federación Española de Enología, Unión Italiana del Vino y el sitio web especializado Sobrelías