Economista, profesor universitario, ex ministro de Obras y Servicios Públicos de Mendoza, ex superintendente general de Irrigación, ex diputado provincial y Embajador (MC) de Argentina en Chile, el autor de esta nota de opinión -publicada originalmente en el diario www.memo.com.ar- tiene amplia experiencia en economía y política vitivinícolas. Desde su visión panorámica, analiza la posible utilidad de un Banco de vinos y también aporta sugerencias para su posible conformación. Cabe recordar que el gobernador Rodolfo Suárez presentó el 10/7/20 a la Legislatura provincial su proyecto de ley para la creación del mencionado Banco.
En 2015, la Asociación de Viñateros de Mendoza encomendó a la Fundación de la Universidad Nacional de Cuyo un estudio sobre la rentabilidad actual del sector vitivinícola y su evolución en los 10 años anteriores a esa fecha.
Es por ello que, en conjunto con los economistas Alfredo Aciar y Leonardo González Luque, realizamos un trabajo de investigación que fue presentado en setiembre de 2015 bajo el título «Distribución de la renta vitivinícola: análisis y propuesta para mejorar y estabilizar la participación del sector primario».
Para ello, se realizó un estudio de costos de la producción primaria en 20 modelos productivos de las diferentes zonas de Mendoza, según variedad, sistema de conducción, de riego, protección de granizo, aptitud varietal, rendimiento y tamaño, con una tabla de insumo-producto validada por antecedentes técnicos y reuniones con los propios productores.
En la segunda parte del trabajo se analizó la distribución del ingreso en la cadena vitivinícola en cuatro años diferentes, sobre la base de estudios previos y las propias estimaciones.
Se analizaron los datos de 2005, 2010, 2013 y 2015. Con pocas excepciones, la producción primaria tuvo importantes pérdidas.
Los promedios de los distintos años produjeron el siguiente resultado:
Porcentaje de la participación en la renta vitivinícola
A la escasa y nula rentabilidad del viñatero, paliada en parte por aquellos que pertenecen al sector cooperativo, que se traduce en un injusta distribución de la renta vitivinícola, se agrega una importante variabilidad de los precios que recibe por la uva fruto de accidentes climáticos y otros factores que afectan al conjunto de la cadena.
En el mismo trabajo de investigación se desarrolla un modelo que demuestra una relación entre el precio real del vino (ponderado conjunto) y los stocks vínicos informados por el INV en distintas fechas:
- Cuando el stock vínico cae por debajo de los 3 meses de comercialización (sumas despachos y exportaciones), el precio real del vino se dispara súbitamente.
- Cuando el stock vínico está por encima de los 4,5 meses de comercialización (suma despachos y exportaciones), el precio real del vino comienza a caer.
- Si se mantiene el stock por debajo de 6 meses, si bien hay una tendencia a la baja, es moderada.
- Por arriba de los 6 meses, las caídas en los precios son abruptas.
El trabajo de investigación realizó una serie de propuestas, validadas en parte por los propios interesados, para mejorar la situación del sector primario tales como emisión de títulos públicos tipo Tidavidem y un fondo estabilizador de stocks vínicos.
En ese sentido, la creación de un Banco de Vinos constituye un proyecto auspicioso que va en ese sentido y recoge tanto el diagnóstico como las propuestas esbozadas.
Es un proyecto necesario aunque no suficiente para tonificar el mercado y mejorar la realidad muchas veces angustiante del viñatero agravada por la cuarentena.
Tiene la ventaja de complementar el acuerdo de diversificación de Mendoza y San Juan y de utilizar un mecanismo de apalancamiento financiero. Es decir, utiliza menos recursos ya que se destina al pago de un flujo mensual a quien retiene el stock y no al stock mismo.
Su eficacia va a depender de la pericia de quienes ejerzan su ejecución en función de las condiciones del mercado financiero y del propio mercado del vino, de las condiciones de evolución de la economía nacional e internacional y de la reacción de los operadores del mercado: compradores y vendedores.
En ese sentido se considera adecuado incorporar al Consejo Asesor a:
-Un representante de Soeva, en el entendimiento de que contribuye a un mejor conocimiento de la industria y participa de los beneficios de la reconstrucción del diálogo social.
– Un representante de la Bolsa de Comercio de Mendoza/Mercado de Valores, por el expertise de la evolución del mercado financiero y el relevamiento de expectativas tan útil para la gestión cotidiana del Banco de Vinos
– Un representante del Instituto Nacional de Vitivinicultura, ente rector de la industria a nivel nacional.