En 2023, 1.846 hectáreas de 162 viñedos uruguayos -que representan el 31% del total plantado en el país- contarán con la certificación del Programa Nacional de Vitivinicultura Sostenible, y unas 30 bodegas estarán habilitadas a identificar sus vinos con el sello Sustainable Winegrowing Uruguay Certified. Estas cifras fueron divulgadas el 24/5 en la jornada técnica de cierre del proyecto «Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria (FPTA) 353», llevado adelante por la Federación Uruguaya de Centros Regionales de Experimentación Agropecuaria (Fucrea), que deja en manos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi) la ejecución y consolidación del programa.
Con el desafío de contribuir al desarrollo de sistemas de producción más sustentables, el proyecto FPTA 353 se basa en actualizar, difundir y aplicar la norma de Producción Integrada (PI) de uva para vino, alineada con las exigencias de los mercados internacionales. La ejecución del proyecto, que comenzó hace 4 años, estuvo a cargo de la Federación Uruguaya de Centros Regionales de Experimentación Agropecuaria (Fucrea) y sus viticultores asociados, además del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi) y los Viticultores Cooperativos de Canelones (cooperativa Vicca).
«Producción Integrada» se define como la producción económica de alta calidad, para cuya obtención se dan prioridad a los métodos ecológicamente más seguros y se minimizan la utilización de agroquímicos y sus efectos secundarios negativos, para aumentar la protección del medio ambiente y de la salud humana.
El objetivo del programa es transparentar los procesos de producción de la uva con la cual se elaboran los vinos y garantizar al consumidor que se han seguido protocolos de producción que buscan el cuidado del medio ambiente, las condiciones del trabajo y la obtención de materia prima inocua, sin descuidar la viabilidad económica de los emprendimientos, bases fundamentales que encierra el concepto de sostenibilidad del proceso productivo.
Gracias a ello, los vinos uruguayos están logrando avanzar en estándares de sostenibilidad. La certificación está a cargo de la empresa uruguaya LSQA, en asociación con el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU) y Quality Austria, entidad de prestigio internacional que garantiza la trazabilidad y el cumplimiento de los procesos preestablecidos.
En 2023, 162 viñedos serán certificados, lo que representa 1.846 hectáreas de viña y un 31% del total plantado en el país. A la vez, se espera que 30 bodegas elaboren vino con uva sostenible certificada, lo que permitirá el uso del sello en sus botellas.
El 24/5, durante la jornada de cierre del proyecto, el presidente del Inavi, el enólogo Ricardo Cabrera, destacó que la asociación de esfuerzos, el compromiso y la generosidad de las ideas entre INIA, Fucrea, Cooperativa Vicca e Inavi “hicieron posible el Programa de Viticultura Sostenible y demostraron que estamos en el camino correcto. No menos importante ha sido LSQA, en una tarea tan significativa como la certificación”.
Subrayó además Cabrera que “el futuro de nuestra producción y elaboración deben transitar la senda de la sostenibilidad. No hay futuro para nuestros productos si no cumplen con este complemento de la calidad. Nos hemos destacado por vinos de excepcionales perfiles y tipicidades, nos resta el trazo general de lo sostenible. La marca país amparada por este programa que hoy día es una realidad en todo el mundo y en poco tiempo será una saludable obligación”.
Cabrera señaló a su vez que, tanto el anterior directorio como el actual “han aprobado todas y cada una de las iniciativas, con la sola devolución de la satisfacción de cumplir cada etapa hacia la responsabilidad de las acciones. No puedo ni debo olvidar la gestión que nos tocará emprender de aquí en adelante. Nos encanta el desafío de crecer, y haremos todo para que se concrete”.
A su turno, el líder del proyecto, el ingeniero agrónomo coordinador de la Sectorial Granja de Fucrea, Marcelo Buschiazzo, se refirió al desarrollo del programa y a las sugerencias técnicas para que el proyecto siga adelante. En este sentido, señaló que se trata de una iniciativa justa, que brinda igualdad de oportunidades para los productores, que es seria y creíble, tanto a la interna como a la externa.
“Tenemos que lograr el crecimiento del programa, afianzarlo y lograr su madurez, en todos los sentidos. El objetivo está en lograr un programa de viticultura sostenible en desarrollo, porque crecimiento no es lo mismo que desarrollo. Y hay algunos pilares que son fundamentales, que lo fueron durante la marcha del programa y que es importante mantener”, indicó Buschiazzo. El primero de esos pilares, prosiguió, “es que sea justo, en el sentido de que quienes se embarcan no sientan que lo hacen por obligación, considerando aspectos medioambientales, pero sin olvidar los aspectos económicos y empresariales, con igualdad de oportunidades para que todos, sin importar tamaño, escala, puedan participar. Esa es una de las fortalezas. Si al viticultor le brindamos las condiciones, los apoyos, los mecanismos, es posible que alcancen los resultados”.
En cuanto al segundo pilar, indicó: “Debe ser serio y creíble. Somos un mercado pequeño, en relación a otras vitiviniculturas en el mundo. No tiene sentido atomizar en esfuerzos individuales, por el contrario, tenemos que ser coherentes en el objetivo de que esto siga siendo gestionado por una institución como INAVI. Nadie más que INAVI, que regula, que promueve, debería tener los instrumentos para generar este desarrollo del programa. Habrá que visibilizar qué beneficios tiene el programa, para obtener más y mejores oportunidades de negocio. Y para eso tenemos que apostar a la comercialización. Hay que salir a vender en el mercado interno y el externo. Que el consumidor conozca que existe el programa y el sello”.
Proyecto FPTA 353
La propuesta, titulada «Ajuste, difusión y aplicación de la normativa de producción integrada para uvas de vino, alineada con exigencias del mercado internacional de vinos», tuvo como finalidad avanzar en la difusión y aplicación, en el sector vitícola uruguayo, de un sistema de producción sustentable, más amigable con el ambiente, que minimice los riesgos de salud para los operarios y que produzca una fruta inocua como materia prima para la elaboración de vino.
El proyecto surgió de la necesidad de productores, bodegueros y técnicos vitivinícolas que buscan mejorar el producto de su actividad y cumplir con las exigencias de los mercados nacionales e internacionales, en los que toman relevancia aspectos referentes a la trazabilidad, residuos de plaguicidas, cuidado del ambiente, seguridad y salud laboral y comercio justo.
Las normas de producción integrada vitícola en Uruguay no han tenido una actualización desde el año 2006, lo cual hizo necesario trabajar en ellas como punto de partida de la propuesta. Asimismo -según explica la presentación del proyecto- el conocimiento que de ellas tiene el sector productor es muy fragmentado y parcial, lo cual limita las oportunidades de colocación de sus vinos.
Por eso FPTA 353 propuso como objetivos:
- Actualizar la Norma de Producción Integrada Vitícola, para lo que se conformó un Comité Técnico que reúne a todas las instituciones relacionadas al sector, Facultad de Agronomía (Udelar), INAVI, INIA, Escuela de Enología, Intendencia de Canelones, Dirección General de la Granja y representantes del sector productivo (Centro de Viticultores, Cooperativa VICCA y Grupos CREA Vitícolas). Esta norma de producción fue puesta en práctica por 37 productores beneficiarios directos del proyecto en la zafra 2019.
- Difundir y promover la aplicación de esta norma en los dos grupos CREA Vitícolas y 2 grupos de viticultores integrantes de la Cooperativa VICCA. Culminando con un proceso de certificación de la producción.
- Promover el uso de “lechos biológicos” como tecnología para el tratamiento de aguas contaminadas con residuos de plaguicidas, al respecto se editó material de divulgación especificando las características de esta tecnología, diseño, formas de construcción, manejo, mantenimiento y resultados logrados.
- Avanzar en un modelo de gestión económica mas ajustado a la realidad de la producción vitícola que incluya estado patrimonial y financiero de las empresas, resultado económico, uso de fuente de fondos. Esto no solo brinda datos relevantes para la toma de decisiones del viticultor, sino que también permite evaluar comparativamente el resultado económico del sistema productivo que se propone a través de la norma de producción integrada.
- Generar índices de sustentabilidad que permitan describir la realidad de nuestro sector vitícola.
- Difundir a nivel del sector vitícola la metodología CREA de trabajo con grupo de productores.
Fuentes: Inavi y Fucrea