La empresa comercializadora de mostos y jugos de uvas y creadora de la primera Bolsa de Mosto de Argentina, con sede en Luján de Cuyo, Mendoza, organizó un concurso entre estudiantes de 5to. año de Ingeniería Agronómica de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), para construir un documento de utilidad pública que sintetizara las pautas básicas indispensables para la elaboración del mosto. Seis estudiantes, guiados por un docente y el enólogo de la empresa, formaron 3 equipos de 2 cada uno para presentar una propuesta, y una fue elegida como ganadora. El dúo premiado fue el de María Paula Baldasso y Selene Contreras, quienes recibieron $100.000 cada una.
Durante la mañana del viernes 29/7, en el auditorio de Chacras Park, en Luján de Cuyo, Mendoza, la empresa Uvas Argentinas, comercializadora de mostos de todas las variedades y calidades, llevó a cabo la entrega de diplomas y premios a alumnos de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), quienes participaron en la elaboración de una guía de producción de mostos, para unificar criterios, plantear estándares de producción, segmentar las calidades y fijar parámetros objetivos de elaboración.
Para llegar a esta instancia, se convocó a 6 alumnos de 5to. año de la FCA al concurso «Manual del Mosto». Los futuros ingenieros agrónomos fueron guiados por la tutoría del docente Javier Genovart, en conjunto con un equipo de profesionales de Uvas Argentinas y de la industria mostera.
Al respecto, Marcela Ricci, directora ejecutiva de Uvas Argentinas, expresó a Enolife: «Esto forma parte de un gran proyecto que tiene la empresa de seguir vinculándonos con este tipo de instituciones educativas y científicas; actualmente tenemos convenios tanto con el INTA como con la UNCuyo para poder seguir avanzando en este sentido. Es otra iniciativa alineada con el compromiso que tiene nuestra empresa, tanto en el desarrollo de nuevos profesionales como en la investigación de nuevas posibilidades para la industria del mosto».
«La iniciativa desde la empresa -explicó Ricci- fue por dos motivos: por un lado, para darle la posibilidad a los alumnos de conocer otro rubro dentro de la industria vitivinícola, y por otro lado para tener nosotros un manual, un material bibliográfico actualizado y de soporte. Es que falta conocimiento general, muchas veces los operarios de una planta hacen su tarea sin saber la implicancia que puede tener determinado paso en el producto final, y sin conocer los riesgos de que ese producto tenga algún defecto que termine en la mano de un consumidor muy educado, concientizado».
Los organizadores contaron que fue un trabajo intensivo realizado con la convicción de que la investigación, la educación y el intercambio de experiencias constituyen el camino que permitirá actualizar, modernizar y hacer crecer a la industria del mosto, cada vez más presente en los alimentos que consumimos.
Participaron del programa 6 alumnos que formaron 3 equipos de 2. Cada uno tenía el desafío de elaborar un documento que sintetizara las pautas indispensables que se deben respetar en el marco de la elaboración de los jugos de uva concentrados.
Equipos:
1- Hernán Landgrebe y Fernando Calderón
2- Antonella Pollicino y Juan Renzo Tormo
3- María Paula Baldasso y Selene Contreras
Cada grupo, durante seis meses, debió llevar adelante un trabajo de formación e investigación en el que realizaron diversas actividades patrocinadas por Uvas Argentinas: encuentros con el equipo profesional de la empresa; viajes técnicos a la planta concentradora Guanacache, en San Martín, y a otras bodegas y plantas elaboradoras de mostos en esa misma provincia. Los chicos también participaron de charlas educativas con destacados referentes de la industria. En ese lapso de tiempo, los participantes recibieron una contribución económica de la empresa como premio a su esfuerzo.
Durante el acto de entrega de diplomas y premios, Enrique Naranjo, enólogo de Uvas Argentinas, agradeció a los alumnos por el nivel que demostraron, su preocupación su entusiasmo. Y comentó: «El 30% de la industria vitivinícola está dedicada al jugo, pero le falta consistencia en los conocimientos para seguir creciendo en esta industria; lo que le sucedió a los chicos en el proceso de investigación lo vivimos a diario, la falta de bibliografía, de información, de técnicas, de análisis. Para ellos que estudian agronomía ha sido un desafío doble ya que su formación esta orientada a lo que es producción vitícola.»
El proceso de aprendizaje estuvo acompañado por la tutoría del ingeniero agrónomo Javier Genovart, docente de UNCuyo, y por el enólogo Enrique Naranjo del equipo de Uvas Argentinas.
Según explicó Genovart, «los chicos terminaron todo el trabajo con información que no estaba al alcance de la mano y tuvieron que hacer un esfuerzo extra para buscar toda esa información, darle forma y armar un trabajo que sea de utilidad, es decir, aplicar algo de lo que están aprendiendo como estudiantes a un trabajo que será de utilidad a la industria vitivinícola». También agradeció a los estudiantes por el esfuerzo de cada uno de ellos, a su trabajo en equipo, y a la empresa por «darles la posibilidad y destinar tiempo y capital en futuros profesionales«.
Con todas las herramientas adquiridas, cada equipo presentó su trabajo, el que fue sometido a un jurado que eligió el dúo ganador. Finalmente, el trabajo seleccionado fue el de María Paula Baldasso y Selene Contreras. Así, las jóvenes se convirtieron en las autoras del «Manual del Mosto», un documento que servirá de guía para la industria mostera, y se hicieron acreedoras de un premio de $100.000 cada una.
A su turno, el bioquímico Alberto Nuñez, quien brindó una charla introductoria sobre la industria del mosto, expresó que la modalidad de trabajo incial fue darles a los estudiantes «consultas para hacer y situaciones que resolver… Creo que el camino del conocimiento, de la investigación, no es otra cosa que el camino de la duda«.