Los sufridos trabajadores que llevan adelante las fincas y hacen posible las cosechas que luego todos disfrutamos bebiendo el vino y nutriéndonos con frutos saludables hoy están de festejo. Es que hace días se hizo realidad el primer barrio enteramente gestionado y habitado por los Contratistas de Viñas y Frutales de Mendoza. Una historia solidaria que al cabo de 10 años materializó el sueño de la casa propia.
En 2012, el secretario general del Sindicato de Contratistas de Viñas y Frutales, Edgardo Lera, junto a otros trabajadores y compañeros sindicalistas lanzaron el proyecto de construir un barrio para los contratistas de viñas y frutales de la zona de Tupungato.
Primero, se integraron al programa «Tupungato, nuestra casa», a través del cual el municipio de ese departamento del Valle de Uco facilitaba la adquisición de un lote. Una vez que lo compraron con ahorros conjuntos, las familias se organizaron luego para hacer la urbanización.
Finalmente, ayudados por la Asociación Mutual para Actividades Rurales y Afines (Ampara), y la Municipalidad de Tupungato, consiguieron un crédito del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) de Mendoza para la construcción de las casas. Al cabo de 10 años de empuje y sacrificios, el 30 de mayo pasado 33 de las 56 familias de contratistas recibieron la llave de su casa y ya tienen techo propio.
Los nuevos propietarios destacan que fue un trabajo mancomunado entre Ampara, el Sindicato de Contratistas de Viñas y Frutales y la Municipalidad de Tupungato.
Así relató el proceso el líder sindical Lera: «Hace 10 años que estamos con este proyecto en Tupungato; somos 56 familias de contratistas, empezamos con un proyecto que trabajamos con la Municipalidad, que se llama «Tupungato, nuestra casa». A través de ese programa adquirimos un lote, despues entre todos los vecinos lo urbanizamos, llevamos la luz, hicimos la red de agua, y después accedimos a un plan de viviendas del IPV. El puntapie inicial lo dimos desde el Sindicato de Contratistas, pero nos recomendaron que hiciésemos todas las operaciones por intermedio de una mutual de la cual yo soy delegado en el Valle de Uco, Ampara, que es la figura legal bajo la cual se llevó adelante la operatoria y los trámites».
Según contó Lera, primero fue un emprendimiento de loteo y urbanización y recién después accedieron al plan de viviendas. Son 57 lotes, de los cuales el 30/5 se entregaron 33 casas; algunos ya han construido y otros se están inscribiendo en otros planes de viviendas. Y es el primer barrio de contratistas en toda Mendoza.
La mayoría de los lotes van de 220 m2 a 260 m2, y las casas que se entregaron tienen de 62 a 64 m2 cubiertos, algunas con 3 dormitorios y otras con 2, según el tamaño del terreno.
Para la urbanización tardaron 3 años: hicieron el tendido eléctrico; compraron los transformadores; construyeron cordones, cunetas y banquinas; el trazado de las calles; la red de agua… «Es lo que nos pedía primero el IPV para poder acceder a un plan de vivienda», explicó Lera.
Y amplió: «Para hacerlo, decidimos entre todos, que somos contratistas, juntar la plata e ir pagando cada obra; cada uno ponía plata para comprar materiales con plazos de pago de hasta 6 meses, y también nos financiaban la mano de obra…. Nosotros nos encargamos de buscar los ingenieros, arquitectos, albañiles… Abrimos una cuenta bancaria en conjunto para juntar los fondos para toda la obra…».
Los contratistas cooperativizados destacaron que la Municipalidad de Tupungato colaboró con ellos para la adquisición del lote, el que compraron en 2017 y después fueron pagando gracias a planes accesibles. La comuna también los ayudó con la obra de red de agua y con todos los trámites y estudios correspondientes para acceder a los créditos del IPV, como por ejemplo las mensuras de agrimensores y el estudio de impacto ambiental de suelo. «¨Para adquirir el crédito tardamos un año, pero fue justo al principio de la pandemia y todo se demoró, si no la entrega de las viviendas se habría hecho hace dos años», expresó Lera.
El Barrio de los Contratistas está emplazado en un lugar «increíble» -según ellos mismos lo describen-, justo en los Caminos del Vino de Tupungato, sobre la Ruta Nacional 99, Loteo TISA, distrito Cordón del Plata, Tupungato.
«Los contratistas vivimos mirando al cielo con miedo»
Jorge Enríquez (47), uno de los trabajadores mutualizados, contó con emoción: «En nuestra familia somos 4, mi esposa Angélica Mari Ríos (44), mi hija Gimena (15) y mi hijo Franco (24) y yo… Hace mas de 12 años que veníamos detrás de este sueño junto al Sindicato, que siempre nos acompañó… Es algo que todavía no lo puedo creer, es una emoción muy grande…»
«El caso mío -relató el contratista- es particular, porque al contrato mío lo tengo acá a 100 metros de mi nueva casa, ahí en la finca viví desde los 3 años, mi papá era el contratista primero, ahora soy yo, llevo mas de 40 años ahí. Tengo a cargo 18 hectáreas, mi viejo y mi familia me ayudan, trabaja toda la familia. En la finca hay dos casas pegadas, y en una es donde viven mis viejos, pero ellos quieren quedarse ahí, están acostumbrados, pasaron toda la vida ahí…»
«Mi vida cambia en todo -aseguro Enríquez-; haber conseguido la casa, como todos anhelamos, es sacarse un gran peso de encima, y tenerla ahora, todavía con mis hijos a mi lado para poder disfrutarla con ellos, es impagable, es una emoción tremenda».
Finalmente, destacó la tarea y el mérito de la organización sindical que los contiene: «El Sindicato de Contratistas de Viñas y Frutales estuvo desde el principio acompañando en todo, fue fundamental. Edgardo Lera estuvo personalmente en todo, cuando veía que había algo que nos bajoneaba o que las cosas se ponían difíciles, él nos alentaba, le trataba de buscar la vuelta, una solución. Es que el trabajo del contratista es muy sacrificado, vivimos mirando el cielo con miedo a las inclemencias del tiempo, entonces es muy sufrido y muy costoso llegar a construir nuestras casas».
Intendente Soto: «La vivienda es el lugar para desarrollarse«
En la entrega de las viviendas, el pasado lunes 30 de mayo, entre los funcionarios que tuvieron que ver con el proyecto estuvieron presentes el intendente de Tupungato, Gustavo Soto; el ministro de Planificación e Infraestructura de Mendoza, Mario Isgró y la presidenta del Instituto Provincial de la Vivienda, María Marta Ontanilla.
Sobre lo realizado, Soto dijo que «esta tarea es de las más reconfortantes que me tocan, entregar un nuevo complejo de viviendas, cumpliendo con lo que hemos venido hablando y acordando con los vecinos de Tupungato, gracias al aporte del gobierno provincial, que entendió que la vivienda es el lugar de la familia, para desarrollarse y cuidar a los hijos. En Tupungato se ha trabajado bien desde que asumimos, así que saludo a la Dirección de Vivienda por su trabajo».
Finalmente, el jefe comunal exhortó: «El cumplimiento en el pago de la cuota correspondiente permite que el Estado provincial y el municipal tengan los recursos necesarios para darle soluciones a los que aún no tienen su casa».