El jueves 8 de octubre de 2020, nuestro amigo Hernán partió cuando aún tenía en la mochila puñados de semillas por repartir. Luego de que la pena inexplicable nos soltara el cuello, aparecieron como flashes los recuerdos de juventud: el andinista imparable, el científico loco que construía un iglú y se encerraba adentro con un calentador para comprobar la resistencia de la nieve, el pibe sensible que plantaba un árbol y montaba un acto para recitarle un poema. Esa pasión por la naturaleza lo transformó en ingeniero agrónomo, su curiosidad lo confirmó como investigador y su vocación de servicio lo hizo docente. En el INTA, su lugar en el mundo, cultivó en el corazón de sus amigos y sembró inteligencia en sus alumnos. Con esta nota, posteada al viento, queremos homenajearlo. Y para ello rescatamos semblanzas que lo pintan e imágenes que lo traen de nuevo cerca nuestro. El Hernán siempre estará.
Por Lorena Mellone y Pedro Straniero
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La última vez que entrevistamos al ingeniero agrónomo Hernán Vila fue el 7 de setiembre de 2020, cuando la primavera nos esperanzaba y la primera ola del maldito coronavirus que nos lo arrancó parecía ceder. Optimista y jovial nos recibió en las calles arboladas de la Estación Experimental del INTA Mendoza en Luján, su «casa», como remarcaba con orgullo.
Ese día nuestro interés estaba puesto en la bodega experimental, con foco especial en las microvinificaciones que el enólogo Santiago Sari acababa de embotellar. Tras probar los ricos vinos «Cavas del INTA», la conversación derivó hacia el trabajo que Hernán, Santiago y su equipo venían realizando con las uvas criollas. La charla arrancó, como era de esperar, con la referencia al ingeniero Alberto Alcalde, «nuestro gran prócer», como aclaró con admiración Hernán.
«Don Alberto empezó con las selecciones masales, iba a los viñedos y buscaba las plantas que eran más frutales, las que tenían racimos con mejores características… Fue la época en que se instaló en el INTA la primera planta piloto para hacer vinificaciones y evaluar esas selecciones masales», recordó Hernán. Y continuó: «Él había hecho masales de las variedades mas importantes, de malbec, cabernet, sangiovese, semillón, chardonnay, sauvignon blanc. Algunas eran muy buenas otras más o menos… Por ejemplo, el sangiovese era buenísimo, el chardonnay del INTA también; es más, hay uno que se llama chardonnay Mendoza que dio la vuelta al mundo pero nunca supimos quién lo llevó a otros lados».
Con la dirección de Hernán, el INTA comenzó hace años un trabajo de investigación sobre las variedades criollas, que hoy ya arroja luz, gracias a numerosas publicaciones científicas, sobre este patrimonio natural de Mendoza y Argentina. Al respecto, el ingeniero destacaba: «Es una movida que se está dando en Argentina, Chile, Perú, Bolivia, buscando cosas más originales, más propias, pueden ser un negocio de nicho para la industria vitivinícola, pero le dan mucha historia y mucho relato a la actividad en general».
«Hay varias historias sobre las criollas -se entusiasmaba contando Hernán-; primero la colonial, cuando se hacían pequeños vinitos y aguardientes por ejemplo en Catamarca; la de los vinos que se hacían acá en Mendoza e iban en mulas a Buenos Aires; y después, en las décadas de 1950 y 1960, cuando por la gran demanda de vinos que había en Argentina, se hicieron vinos con uvas criollas de muy mala calidad, eran esos vinos blancos que venían en botella de litro, que tenían un color a querosene y un gusto que no era muy distinto a eso… Finalmente, ahora un grupo de pequeños elaboradores y alguna que otra bodega grande están buscando lo patrimonial, los orígenes, lo que sumado a las nuevas y mejores tecnologías está permitiendo encontrar cosas interesantes».
Testimonial Hernán Vila: Inicios del PEVI 2020 – Video gentileza de Coviar, Desayuno 2020.
«Tenemos que hincar la pica en Flandes»
Durante toda su extensa y brillante trayectoria profesional recogió amistades que hoy lo recuerdan con admiración. El INTA, en su sitio web, publicó el 6/11/2020 las «anécdotas y apreciaciones de sus allegados, que agradecieron haberse cruzado con Hernán en el camino de la vida», las que reproducimos aquí.
Ingeniero Agrónomo Jorge Nazrala: «Nos conocimos en 1989 cuando ingresé a trabajar en el Censo Vitivinícola. A partir de ahí trabajamos juntos, en Cambio Rural y en diversos proyectos vitícolas.
Compartimos muchas horas. Fue la época donde más aprendí de vitivinicultura. Charlar con Hernán era como estar dos horas en una biblioteca, era un gran lector.
Yo siempre le contaba a su esposa Silvia Paladino, compañera mía de trabajo por más de 33 años, que rescataba su gran conocimiento literario.
Para todo tenía una frase, un comentario, un refrán. ‘Tenemos que hincar pica en Flandes’, solía decir cuando llegábamos a una parcela, pretendiendo que la teníamos que dominar intelectualmente y estudiar qué sucedía dentro de la misma.
Fue un genio, y la vida me premió permitiéndome compartir con él todos estos años. Además de Agronomía, sabía muchísimo de física y era capaz de explicar con una simpleza suprema cómo hacer una paella (receta que todavía hoy uso), cómo se mueven los fotoasimilados en la vid… o la teoría del Big Bang. Con sólo prestarle atención no podías no entenderlo. Te hacía un modelo matemático hasta para calentar el agua del mate (que, por cierto, no los cebaba muy bien). Eso sí, cómo se mueve el tercer eje de un semirremolque cuando gira en un espacio chico, se lo tenía que explicar yo a él.
Era un gran defensor de la familia, como base y pilar de la sociedad. Hablábamos mucho de ese tema, cuando solíamos andar por los viñedos».
Testimonial Hernán Vila: PEVI 2020 – Promoción – Video gentileza de Coviar, Desayuno 2020.
«Pateaba cascotes con nosotros»
Rodolfo Martos, compañero en el Laboratorio de Viticultura de la EEA Mendoza por más de 20 años: «A Hernán lo conocí hace unos 35 años. Él trabajaba en Cambio Rural, contratado junto a Jorge Nazrala. Se produjo una vacante y entró a cargo del área de Viticultura.
Hemos realizado miles de ensayos en diferentes lugares de la provincia. Lo que más rescato es que pateaba cascotes con nosotros, se ponía a trabajar a la par nuestra.
Fue una excelente persona, y profesionalmente ni hablar. Leía muchísimo. Con el equipo de trabajo le regalamos en varias oportunidades libros, porque era un manual abierto: de todo sabía y te lo explicaba con mucha sabiduría.
Sin lugar a dudas era una persona especial, que estaba en todos los detalles de su entorno. Dejó de ser nuestro jefe, para convertirse en nuestro amigo».
Testimonial Hernán Vila: PEVI 2020 – Mercado Interno – Video gentileza de Coviar, Desayuno 2020.
«Pasaba por las oficinas con su toque de alegría, silbando muy mal»
Ángel Debiazi, también compañero en el Laboratorio de Viticultura: «A Hernán lo conocí hace más de 25 años y con tiempo nos fuimos convirtiendo en amigos.
Cuando llegaba al laboratorio en las mañanas pasaba por todas las oficinas, siempre con su toque característico de alegría (silbaba, y lo hacía muy mal), se sentaba a tomar unos mates con todos nosotros (nunca los cebaba), y después cada uno empezaba su labor diaria.
Nunca estuvo encima de nadie, él nos decía si teníamos que hacer esto o aquello y lo hacía a la par nuestra.
Me acuerdo una vez que antes de entrar a trabajar, camino a tomar el colectivo, me caí, me golpeé muy mal, y me llevó al hospital a que me hicieran placas. Él empujaba la silla de ruedas, dejó todo y se fue conmigo.
Cuando me operaron del corazón, estuvo todo el día en el hospital con mi mujer y mis hijos, después me hablaba todas las semanas, y cuando me reintegré al trabajo me cuidaba el doble, no me dejaba hacer nada.
Recuerdo cuando asumió como director de la Estación Experimental, que me llamaba a mí, un simple auxiliar, para pedirme consejos de cómo debía manejarse con el personal. Y muy preocupado me contaba que le tocó una etapa muy difícil donde la Institución estaba desfinanciada. Sin lugar a dudas, esas pequeñas grandes cosas son las que lo hicieron distinto».
Testimonial Hernán Vila: PEVI 2020 – Pequeños productores – Video gentileza de Coviar, Desayuno 2020.
«Gracias a él pudimos equipar nuestra radio»
Rigoberto Saravia y Ramiro Martínez, de la colectividad boliviana de Mendoza en Rodeo del Medio, Guaymallén, colaboradores en un proyecto de trabajo: «Sin lugar a dudas es una pérdida humana muy grande para toda la sociedad, pero principalmente para toda la comunidad del INTA.
El doctor Vila siempre se mostró muy agradecido y muy alegre de trabajar con nosotros. Fue por intermedio de él, y un gran equipo de trabajo, que pudimos acceder a un proyecto por medio del cual pudimos equipar nuestra radio, ubicada en una de las zonas rurales hortícolas más importantes de nuestra provincia.
Participó en varios festejos, en la inauguración de la radio y en diferentes capacitaciones que hacíamos en nuestra sede».
Testimonial Hernán Vila: PEVI 2020 – Resultados – Video gentileza de Coviar, Desayuno 2020.
«Hombre profundo, franco, inspirador»
María Flavia Filippini, decana de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo: «Conocí a Hernán en los pasillos de la Facultad, cuando éramos estudiantes. No éramos compañeros pero siempre me llamó la atención su saludo amistoso y esa mezcla de intelectualidad, bondad y el esbozo casi permanente de una sonrisa franca. El tiempo quiso que nos encontráramos por allá, en el 2005, en la Revista de la Facultad, él como evaluador y luego como editor asociado; y también compartiendo proyectos y equipos de trabajo que fuimos consolidando, el INTA y la FCA.
¡Qué placer enorme y qué privilegio fueron esos 15 años de reuniones en nuestros espacios de trabajo o en el campo para hablar, no sólo sobre el estrés salino e hídrico de nuestras amadas vides, sino también sobre la vida, la existencia del ser humano y la mirada profunda sobre cómo ocuparnos de nuestros jóvenes y del futuro de las instituciones que tanto queremos!
Hombre profundo, franco, inspirador, con fuertes convicciones y sentido de la ética. Exigente con él y con nosotros a la hora de trabajar… tan generoso y humilde a la hora de comprender al otro y enseñar todo, absolutamente todo…
¡Querido amigo, llevo en mi corazón tu sonrisa franca y la expresión sincera y afable de tu mirada de cuando nos encontrábamos en nuestras largas y profundas conversaciones!»
«Sus comentarios te animaban a ser una mejor persona»
Ingeniera agrónoma Laura Alturria, del Consejo Asesor de la EEA Mendoza: «Conocí primero a Hernán en los inicios de Cambio Rural. En su rol de agente de proyecto, coordinaba a los colegas que siempre teníamos algo que preguntar. Así comencé a apreciar a Hernán; se hacía el tiempo para escuchar, para entender un problema y para brindar no sólo un consejo técnico sino el comentario que te animaba a hacer un mejor trabajo. Esta forma de trabajar me mostró sus cualidades de gran persona.
La vitivinicultura revelaba la pasión con que encaraba una tarea, el entusiasmo por poner la información al alcance de todos. Su equipo medía brotes, diámetro de troncos y contaba bayas en un clima distendido y alegre mientras comenzaba a tomar forma el trabajo que definiría el modo de elaborar indicadores cualitativos de la uva.
Era curioso, inquieto, incansable, cualidades que lo llevaban a entablar conversaciones más que interesantes en las que yo siempre aprendía algo.
A través del trabajo en el Consejo Asesor de la EEA Mendoza, retomamos charlas en las que aparecía el amor por su familia, sus gustos, sus motivaciones, y yo le contaba las mías. Recién allí comenzábamos el ‘trabajo’, ya contagiados de su optimismo.
La vida me ha puesto frente a momentos muy duros como éste, pero también me regaló la inmensa alegría de coincidir con un gran ser humano y compartir vivencias con él».
«Le debo toda mi carrera profesional«
Ingeniera Agrónoma Inés Hugalde: «Yo fui becaria doctoral de Hernán por insistencia; primero fue mi director de maestría y cuando le pedí que fuera director de mi doctorado, él estaba concursando para ser director del INTA, y tenía puestos de coordinación de investigaciones y proyectos internacionales del INTA; me dijo que no porque no le alcanzaba el tiempo, pero yo insistí tanto que aceptó. Fue un honor para mí, y defendí mi tesis el 22/8 del año pasado, un mes y medio antes de qué él falleciera.
Básicamente fue como un papá para mí… Yo lo extraño muchísimo, le debo absolutamente toda mi carrera profesional.
El último paper (publicaciones científicas indexadas) que publicamos fue a fines del año pasado; Hernán ya había fallecido, así que ese trabajo está dedicado a él, tiene una dedicatoria a su memoria.
Yo soy una persona muy ansiosa y él me conocía muchísimo y se daba cuenta cuando esa ansiedad estaba empezando a angustiarme y me frenaba y me decía esa frase ‘Vístanme despacio que estoy apurado’.
Otra cosa muy bonita que tenía Hernán es que me acompañaba en todas las mediciones de campo, lo que no es obligación de los directores, especialmente cuando tenía que hacer mediciones de preamanecer, que se hacen justo antes del amanecer en las plantas cuando están a oscuras. Un día tuve que hacer las mediciones más largas, fue un día completo que él estuvo conmigo desde las 5 am hasta las 5 pm».
Maestro de maestros, con una pila de saberes
- Hernán Vila egresó como ingeniero agrónomo de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).
- Obtuvo el título de Magister Scientiae en Viticultura y Enología en la Facultad de Ciencias Agrarias y en la École Nationale Agronomíque de Montpellier, Francia.
- Doctor en Ciencias Biológicas con orientación en Fisiología Vegetal del Programa de Posgrado en Biología (Probiol) de la UNCUYO.
- Su calidad como investigador se hizo notable en el Laboratorio de Viticultura de la EEA Mendoza, en el que trabajó desde 2001 al 2015, año en que asumió la dirección de la Estación Experimental Mendoza.
- Hizo extensión vitivinícola en el marco del Programa Cambio Rural, en la EEA Mendoza (1993-1999).
- Fue coordinador del Proyecto Regional INTA «La vitivinicultura en la Región Centro Oeste argentina» y referente vitivinícola del Programa Nacional Frutales del INTA (2002-2005).
- Se desempeñó como coordinador científico del Proyecto INTA, FCA-UNCuyo y Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Acrea), financiado por la Corporación Vitícola Argentina (Coviar): «Desarrollo de sistemas de manejo del viñedo para optimizar la calidad y producción de uvas de vinificar y creación de estándares de calidad de uva» (2005-2010).
- Fue coordinador del Proyecto Nacional INTA «Ajuste de la tecnología de agricultura de precisión a la fruticultura», en el marco del Programa Nacional Frutales del INTA (2007-2009) y del Proyecto Integrador «Intensificación sostenible de la fruticultura argentina», en el marco del Programa Nacional Frutales INTA (2013-2015).
- A nivel académico, también fue profesor invitado en la Maestría de Viticultura y Enología de la FCA-UNCUYO (2005 y 2012), miembro de su Comité Académico (2006-2008) y director de tesis de maestría y doctorado.
- Dirigió el grupo técnico que condujo la redacción del Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI 2020) desde 1999 a 2002 y luego continuó con el diseño del PEVI 2030, a continuación reproducimos en pequeños videos, lo que él mismo contó al respecto durante el desayuno de la Coviar de 2020.