Para obtener más kilos de uva en la cosecha, los productores pueden recurrir a tecnologías de bioestimulación y bioprotección de los viñedos, tales como la utilización de fisioactivadores. Estos productos regulan los genes necesarios para activar las fitohormonas, los metabolitos y enzimas requeridas en cada una de las etapas del cultivo, fortaleciendo el proceso fisiológico. En la fase de floración y fructificación, la aplicación de fertilizantes foliares con actividad bioestimulante puede promover el crecimiento vegetal, restableciendo la fisiología normal de la planta en condiciones climáticas adversas.
Al respecto, UPL -proveedor global de productos y soluciones agrícolas sostenibles, con sede central en India y presencia en 130 países y oficinas en Mendoza- nos transmitió el testimonio de un productor de vid de la zona de Lavalle, quien con la aplicación de un fertilizante foliar logró una mejora en el rendimiento de alrededor del 15% en la cosecha 2021 con respecto a la 2020. El viñatero, además, notó «una mejora importante en el cuaje, con racimos mucho más completos y tamaño de baya mayor».
Martín Grattoni, ingeniero agrónomo encargado de Desarrollo de Mercado Zona Cuyo y Alto Valle de la empresa UPL, consultado por Enolife explicó que una biosolución es un producto que se utiliza en algunos determinados momentos del ciclo fenológico del cultivo, para maximizar algún proceso, ya sea el enraizamiento, ya sea los cuajes, el crecimiento o llenado de bayas, y que apunta a obtener un beneficio y un redito económico para el productor. En cuanto a su producto de marca «Biozyme TF», lo describió como «un producto a base de extractos vegetales que lo que produce es que la misma planta produzca las hormonas que está necesitando en ese momento, principalmente las que son promotoras del crecimiento, entre las que encontramos auxinas y citoquininas».
Como testimonio de la aplicación de su bioestimulante, Grattoni mencionó al viñatero Carlos Groselj, de Gustavo André, Lavalle, Mendoza, quien integra la Cooperativa Altas Cumbres, asociada a Fecovita. «La aplicación de Biozyme TF en la finca de Groselj fue requerida para aumentar el cuaje y el crecimiento de bayas. Si nosotros aumentamos el cuaje, obtenemos mayor cantidad de bayas o unidades por racimo, y si aumentamos el tamaño de las bayas vamos a aumentar el peso de las mismas, logrando un racimo más pesado, que a la larga nos va a repercutir en el rendimiento final, en los quintales finales por hectárea que se van a obtener».
Según explican los técnicos de UPL en su página web, este fertilizante foliar tiene origen natural, está hecho en base extractos vegetales y contiene elementos menores de acción coenzimática, que actúan en el metabolismo de las plantas, estimulándolas a producir sus propias hormonas. Estas «fitohormonas» son un compuesto producido internamente por la planta, que trabaja en muy bajas concentraciones y cuyo principal efecto se produce a nivel celular, cambiando los patrones de crecimiento de los vegetales.
Cómo actúan las fitohormonas
Se reconocen 5 grupos de fitohormonas principales y en general se las divide en estimuladoras e inhibidoras de crecimiento. Entre las primeras están las auxinas, giberelinas y citoquininas, que producen el mismo efecto que la actividad bioestimulante del producto, promoviendo el crecimiento vegetal y restableciendo la fisiología normal de la planta en condiciones climáticas adversas.
Con respecto al efecto que produjeron los bioestimulantes en su finca, Carlos Groselj relató: «Nuestro viñedo en general es de buenos rendimientos, por arriba de 300 quintales por hectárea y lo que yo estaba buscando fue mejorar un poco más el rendimiento y la estabilidad de la producción a través de los años».
«Comencé con el parral de bonarda, aplicando Biozyme en la dosis recomendad, que fue de 200 cm3 por cada 100 litros: lo hice junto con las aplicaciones de fungicidas programadas; la primera aplicación fue durante la floración y la segunda en poscuaje», describió Groselj.
Y resumió el productor: «En la cosecha obtuve una mejora en el rendimiento entre el 10 y el 15%; se notó una mejora importante en el cuaje y que los racimos estaban mucho más completos y el tamaño de baya fue mayor».
Fuente: https://www.upl-ltd.com/ar