Los trabajadores de Mendoza que tienen a su cargo el cuidado y mantenimiento de los viñedos en las fincas siguen en estado de movilización en reclamo por un aumento de sueldo. Según denuncian, el ingreso básico promedio de un contratista de viña y frutales ronda los $273.000, a lo que se suma un porcentaje sobre el precio de la uva vendida, que a causa de la crisis del sector tiene un valor igual o menor al de 2024, con lo que apenas pueden llegar a los $500.000 por mes. «La estamos pasando mal», describió el secretario general del Sindicato, Edgardo Lera.
En los últimos días de noviembre y principios de diciembre de 2025, los trabajadores nucleados en el Sindicato Único de Contratistas de Viñas y Frutales de Mendoza han visibilizado sus justos reclamos por un aumento salarial con sendas movilizaciones -sin cortar el tránsito ni causar molestias a peatones y automovilistas- en la ruta nacional no. 7 y en el centro de la ciudad de Mendoza. Piden y negocian en paritarias una remuneración de $60.000 por hectárea trabajada -actualmente les pagan $32.000 más la promesa de un bono a fin de año-, y denuncian que los sueldos actuales, que rondan los $273.000, no alcanzan para cubrir los gastos básicos en un contexto de inflación creciente.
Exigen una recomposición urgente en el marco de las paritarias, actualmente reabiertas, donde aseguran que las propuestas de la parte patronal han sido “insuficientes” y no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de las familias.
Situación crítica
Los trabajadores señalaron que su situación económica es crítica. Actualmente, por cada hectárea trabajada les pagan $32.000, ante lo cual reclaman un piso de $60.000 por hectárea, lo que implicaría un incremento cercano al 100%. Y que la oferta más reciente de la patronal ha sido de $57.000, pero en ea cifra está incluido un bono de fin de año. Según explican, al aplicar el aumento real ese incremento equivaldría a apenas $600 por hectárea, es decir, unos $6.000 más por mes en el caso de los que trabajan 10 hectáreas.

“Para nosotros es muy insuficiente -manifestó uno de los trabajadores durante la última protesta, desde el nudo vial de Mendoza hasta la Casa de Gobierno-; imaginate el caso de un contratista que tiene a su cargo sólo 5 hectáreas, ¿de cuánto sería el aumento?”.
Ante el escenario de tensiones, el gobierno provincial decidió reabrir la paritaria del sector. Mientras tanto, representantes del gremio de los contratistas sostienen su pedido de un salario mínimo de $60.000 por hectárea y remarcaron que el sueldo promedio actual ronda los $273.000, monto que no les permite llegar a fin de mes. El malestar se profundizó luego de que la Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines (Foeva), cerrara acuerdos salariales para trabajadores de viña y bodega hasta febrero de 2026, dejando a los contratistas sin una actualización definida.
Los manifestantes advirtieron que el desfasaje entre ingresos y costos es cada vez mayor: “La inflación fue del 2,4%. Subió la carne, el combustible, los impuestos. No llegamos a cubrir las necesidades básicas”, señalaron.
Menos porcentaje por el bajo precio de la uva
Consultado por Enolife, el secretario general del Sindicato Único de Contratistas de Viñas y Frutales de Mendoza, Edgardo Lera, manifestó: «En verdad, este 2025 ha sido uno de los peores años que nos ha tocado como entidad, por los sueldos bajos, por la inflación que uno sabe que no es real, y a eso se le suma el bajo precio del vino y de la uva, las fincas abandonadas, muchos trabajadores sin registrar, desempleo… Y los que trabajan en una viña apenas tienen un porcentaje sobre el rédito de la venta de la fruta de entre el 15 al 18%.»

Y agregó sobre la situación actual: «Nosotros justamente ahora estamos en negociaciones paritarias intentando mejorar nuestra situación… Hoy un contratista de viña cobra $32.000 por hectárea trabajada, o sea que si tiene 10 hectáreas gana $320.000, pero obviamente con los descuentos le queda un poco menos».
En torno a las perspectivas en el futuro inmediato, el representante gremial explicó: «Vemos que algunos gremios del campo que están cerrando acuerdos negocian por aumentos del 1% al 1,6%. Y el tema es que cuando vos lo trasladás al sueldo mensual, eso no es nada. Fijate que la inflación de octubre en Mendoza fue el 2,4%».
«Para afrontar la difícil situación -contó Lera-, nosotros hemos armado una red de cooperativas de trabajadores rurales y ofrecemos a nuestros asociados y sus familias alimentos a precios razonables, lo más bajo que conseguimos… Por ejemplo tenemos yerba, azúcar, aceite de oliva, aceitunas, mermeladas, fideos, salsas, hongos, productos que nos mandan desde varias provincias, Jujuy, Catamarca, Misiones y por supuesto Mendoza… Al estar integrados a una red de alimentos cooperativos a nivel nacional, podemos comercializar también parte de nuestros productos, por ejemplo vinos… Y aunque igual se siente el impacto de la crisis, es algo que se está moviendo un poco…»
Para finalizar, Lera se quejó de que a nivel de la política provincial y nacional no interpretan su difícil situación y la crisis de los trabajadores en la base de la vitivinicultura: «Cuando vino el presidente Milei a San Rafael y habló de la vitivinicultura, parecía que estuviéramos en el top ten mundial… Tal vez sea cierto a nivel de grandes bodegas, pero no así con los trabajadores y no así los pequeños productores… Yo creo que el gobierno nacional desconoce una realidad que es la nuestra. Ojalá lo empiecen a ver mejor, porque si los gobiernos nacional y provincial no intervienen en esta crisis vitivinícola que tenemos, pronto vamos a desaparecer.»











