A partir de la segunda década del siglo XXI, la energía solar fotovoltaica se convirtió en uno de los pilares de la transición energética en búsqueda de reemplazar las fuentes de energía de origen fósil, para así combatir el impacto del cambio climático. Pero además de ser sustentable, es una opción altamente económica, que reduce los costos de energía eléctrica de las empresas, motivo por el cual crece tan aceleradamente el mercado de los paneles solares. En este sentido, Rodrigo Valladares, CEO de la empresa de energía fotovoltaica Solper -con sedes en Mendoza y Santiago de Chile- explica que la principal inquietud de las empresas que asesora es el ahorro económico, que la inversión en este tipo de energía se recupera de 2 a 5 años -dependiendo el tipo de proyecto contratado- y que tienen una tasa de retorno del 50%.
Entrevista por Lorena Mellone, directora Comercial de Enolife
La energía solar fotovoltaica es aquella que se obtiene al convertir la luz solar en electricidad empleando una tecnología basada en el efecto fotoeléctrico. Se trata de un tipo de energía renovable, inagotable y no contaminante que puede producirse en instalaciones que van desde los pequeños generadores para autoconsumo hasta las grandes plantas fotovoltaicas.
Para conocer más sobre este tipo de energía, entrevistamos a Rodrigo Valladares (38), CEO de Solper, empresa con sede en Tunuyán (Mendoza, Argentina) y filial en Santiago de Chile. Fanático del enduro y piloto de parapentes, Valladares es ingeniero industrial recibido en la Universidad de Mendoza, y desde el 2010 trabaja en proyectos de energía solar.
–Enolife -¿Cómo arrancaste en el mundo de la energía solar?
–Rodrigo Valladares: Con 14 años en el mercado, hay una historia atrás…. A muy poco de recibirme de ingeniero me contrató una empresa de energía solar en el 2010. Ellos hacían electrificación rural e instalaban paneles solares en el campo para llevar la energía eléctrica o luz a la gente que vivía en el campo aislada. Ganaron una licitación muy grande del gobierno para instalar 6.500 sistemas fotovoltaicos, proyecto en el cual yo fui supervisor y coordinador.
Luego tuve un paso por el Ministerio de Energía e Infraestructura de la provincia de Mendoza, y por la empresa de energía de la provincia EMESA.
En 2014, ya con 4 años en el mercado y habiendo decidido que la energía solar era mi camino, tuve que tomar la decisión de irme de Argentina, dado que el mercado no despegaba y las condiciones del país no eran favorables para la tecnología (importaciones, tarifas, dolar, etc). Me fui a Chile donde me hice cargo del Departamento Fotovoltaico de una empresa de allí y fue donde todo tomó otra inercia. Ese año en Chile se firma la Ley de Generación Distribuida que permite instalar sistemas solares para autoconsumo y vender los excedentes, así que había mucha demanda de trabajo.
Mientras tanto en 2016 tomé la decisión de fundar Solper en Mendoza, pero seguía trabajando en la empresa chilena. Viajaba mucho. En 2020, la pandemia me agarró justo en un viaje de este lado de la cordillera y me quedé con mi familia en Mendoza. Solper ya estaba creciendo a paso firme y ese mismo año, iniciamos las operaciones de Solper Chile.
-¿Cuáles son los principales mercados que atiende Solper?
-Atendemos principalmente al mercado agrícola e industrial en Argentina y Chile, y estamos evaluando el desarrollo en otros países de la región. Nuestros clientes son fincas en producción o en etapa de desarrollo, supermercados, frigoríficos, bodegas y viñedos, fabricas, etc. Todos los consumidores de energía son sujetos de invertir en solar.
Con el tiempo hemos adquirido mucha experiencia en la implementación de sistemas solares en el sector productivo. En el agro instalamos sistemas para reducción del consumo energético, pero también desarrollamos sistemas de bombeo solar donde no hay energía. Esto nos permite, desarrollar establecimientos agrícolas en el campo, donde no llega la red. Esta aplicación está creciendo mucho en tamaño y hoy tenemos Pivots y sistemas de riego tecnificado con bombas por arriba de los 150 Hp.
En la industria y el comercio, desarrollamos soluciones específicas para el ahorro de energía, ya sea instalaciones sobre techos o a nivel de piso.
-¿Qué diferencias hay entre el mercado chileno y el argentino?
-Chile es un mercado muy distinto al de Argentina, están en etapas diferentes en lo que al negocio de la energía solar se refiere, ellos alcanzaron una madurez de mercado que a nosotros todavía nos falta. Allí estamos con varios proyectos grandes de Norte a Sur, incluso tuve la suerte de hacer un proyecto en La Isla de Pascua. En Argentina el mercado está en etapa de crecimiento y despegando fuerte, por suerte estamos bien posicionados, tenemos mucha demanda.
Hoy en Solper Chile y Solper Argentina tenemos más de 150 plantas en operación. Somos una empresa que tiene suficiente experiencia y nos encontramos en franco crecimiento. Para 2025 esperamos un buen año y planes de expansión hacia otras regiones.
–La demanda, ¿viene mucho por el lado de la sustentabilidad?
-Al principio, hace muchos años, esa era el principal motivo de la implementación de la tecnología, ideas verdes. Luego se fue transformando en una inversión dura, que competía por rentabilidad, tasa de retorno y PayBack con otras inversiones, y competíamos contra eso en el sector productivo. Hoy las inversiones energías renovables, tienen ambos componentes, lo que la hace más atractiva. Es una inversión buscada para la sostenibilidad de los negocios a la vez que es una inversión muy rentable, te diría que hoy es de las más rentables. Las empresas buscan reducir su huella de carbono y costos de producción al mismo tiempo. La fotovoltaica soluciona ambas.
-¿En qué cambió esta mirada a Solper?
-Nos fuimos adaptando a la necesidad del mercado. Hoy somos muy buenos detectando la necesidad del cliente y presentando los proyectos de inversión. Nos enfocamos en solucionar técnicamente la necesidad porque muchas veces el cliente no sabe bien lo que necesita; bajamos el costo de producción o solucionamos problemas energéticos donde no hay electricidad. En nuestra presentación los clientes entienden muy bien la aplicación, como les va a funcionar y cuáles van a ser los resultados.
-¿Cómo arman el proyecto para cada empresa?
-Si es un sistema de riego, estudiamos el perfil de consumo, la potencia de las bombas, el cultivo y la necesidad. Luego de eso diseñamos una solución solar que se adapte a esa demanda en esa zona. A veces alcanza con regar solo con energía solar y a veces necesitamos una fuente de respaldo.
Cuando el objetivo es la reducción del consumo de energía de red, en primer lugar estudiamos el consumo energético de la empresa en un año, le pedimos la factura de energía, cuánto consumen, su curva de consumo, su perfil de demanda, tarifa y un montón de otros datos. Contra eso les explicamos cuál es el sistema que creemos adecuado para su empresa, generalmente les mostramos el tamaño que deberían tener, cuántos paneles solares deben instalar para generar la misma cantidad de energía que consumen anualmente y lograr autonomía energética, después ellos deciden si lo hacen todo junto o por etapas en función de la inversión que puedan realizar y su propia estrategia de desarrollo.
-¿Cómo encaran esta inversión los pequeños productores?
-En Argentina hay una necesidad enorme de los pequeños productores de ahorrar costos energéticos, el consumo para el uso de las bombas de riego es altísimo y la porción del costo de producción que se lleva la energía es considerable.
Lo que va a pasar con la fotovoltaica es que a medida que más productores la implementen y se suban a la ola, van a generar una necesidad en otros productores, que si no invierten no van a ser competitivos como sus colegas en sus precios finales, no va a poder vender su producción. Y esto va a suceder en el mediano plazo.
-¿De qué inversión estamos hablando?
-Depende de muchos factores. Si el objetivo es dar energía en lugares que no hay acceso para los sistemas de bombeo, la inversión dependerá del tamaño de la bomba; si la finalidad es bajar el consumo de energía eléctrica, dependerá entonces de la superficie y los consumos históricos, A veces hay combinaciones de ambos, donde necesitan crecer en producción pero no hay potencia suficiente en la red eléctrica. Así que dependiendo de cada proyecto -tipo de industria o tipo de sistema de riego, tamaño de bomba, etc- la inversión pueden ir de 10 mil dólares en adelante.
-¿En cuanto tiempo se recupera la inversión?
-Depende de varios factores, pero tenemos desarrollos en los cuales la inversión en energía solar se recupera en dos años y otras que se recupera en cinco, y tienen una tasa de retorno del 50%. Esto es según la tarifa que tengan de suministro, perfil de demanda, si usan respaldo diesel o no, etc. Cada cliente es un proyecto distinto.
-¿Cómo funcionan los sistemas «on grid» o conectados a la red?
-Un sistema «on grid» es un sistema fotovoltaico que se conecta en paralelo a la red eléctrica existente del usuario. Tiene como fin ahorrar un determinado porcentaje de energía. Ese porcentaje se define a nivel de proyecto.
Cuando sale el sol, el sistema empieza a generar energía, esa energía fluye de los paneles hacia la cargas. Si en ese momento la energía generada es menor a la consumida, el faltante viene de la red eléctrica, por el contrario, si es al revés y la energía generada es mayor a la consumida, el excedente se vuelca a la red, y se vende. En general en el agro y la industria el precio de venta de la energía es igual o muy parecido al valor de compra. Luego a fin de mes la cuenta es una suma y resta de energía comprada, volcada y auto consumida.
-¿Cómo funciona un sistema de bombeo aislado?
-Es un funcionamiento es diferente. El sistema solar se dimensiona en base a la potencia (Hp) de la bomba. Una vez que la energía solar es suficiente para mover la bomba, el sistema de riego arranca y riega todo el día. Luego, cuando por la tarde va decayendo la potencia solar, el sistema se apaga automáticamente. Si hay una fuente externa disponible, y es necesario, se automatiza para arranque el grupo electrógeno o entra a la red existente. En este caso pasamos a ser la fuente principal de energía. En algunos casos, ambos escenarios se juntan: solar + red + grupo diesel. Esto depende del tipo de cultivo, la zona y las características del proyecto.
-¿Qué otras soluciones brinda la energía fotovoltaica?
-Independientemente del proceso productivo o sistema de riego, hoy ya no tenemos limitaciones de potencia. Podemos dar soluciones energéticas prácticamente a todas las necesidades. Los sistemas de riego solar de alta potencia son un ejemplo. Nos hemos especializado mucho en eso, y creemos que va a haber cada más desarrollo. Las baterías también bajando mucho de precio. Tenemos proyectos donde ya hemos aislados establecimientos completos con respaldo en baterías también.
-¿Cómo financian los proyectos?
-Hoy en día hay muchas herramientas de financiamiento. En algunos casos financiamos nosotros mismos, en otros a través de la banca privada o través de algún mecanismo de promoción de gobierno. Se puede financiar a trves de créditos convencionales, leasing, créditos prendarios, o en el mercado de valores.