Los profesionales recibidos en el Wine Institute de Mendoza ejercen su labor no sólo en esta provincia o en distintas ciudades de Argentina, sino también en otras partes del mundo donde el vino y la gastronomía sean protagonistas. En esta sección “Egresados sin fronteras” los vamos a ir presentando. Hoy, la sommelier Adriana Gómez, Brand Ambassador de Luca Wines, los vinos de Laura Catena.
Por Gabriela Fernández para Wine Institute
Licenciada en Comunicación Social
Periodista – Editora
Especializada en empresas
-¿Qué formación profesional realizaste en Wine Institute y cómo fue tu paso por la institución?
-Inicié en 2016 mi carrera de Sommelier Profesional y me recibí a finales de 2018. Mi paso por la institución fue muy agradable; además de la parte académica y el nivel de los profesores, me llevé amigos y amigas para la vida. Yo ya estaba trabajando en la industria vitivinícola y conocía de vinos, pero me di cuenta de que necesitaba ampliar mis conocimientos e incorporar la parte técnica. Así llegué a Wine Institute.
-¿Cómo fue la experiencia de estudiar esta carrera?
-Previamente estudié abogacía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y luego en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), y me faltaban 14 materias para recibirme cuando comprendí que no era lo que yo quería para mi vida. Estudiar para sommelier fue un desafío, requirió bastante esfuerzo porque el cursado era presencial, en pre pandemia, cuando aún no existía el cursado virtual.
Salía cansada de mi trabajo como guía de turismo en la bodega Catena Zapata y me dirigía al Wine Institute a cursar. Pero lo hacía con gusto, ya que el grupo que se formó tenía muy buena onda y lo disfrutaba mucho. La institución también supo adaptarse a mis tiempos, a veces llegaba con los tiempos muy justos por mi trabajo y lo comprendían.
-¿Cómo fue tu acercamiento al mundo del vino y qué significa para vos esta actividad profesional?
-Fue por accidente, nunca soñé con ser sommelier… Cuando egresé de la secundaria en 2003 no estaba en mi horizonte esta carrera, ni se veía en la oferta educativa de las universidades. ¡Ni siquiera me gustaba el vino! (risas). En mi casa se tomaba vino en caja los domingos con el asado y a veces se mezclaba con gaseosa.
El haber crecido en Canadá y tener al inglés como lengua materna, me posibilitó conseguir trabajo en el área turística de Bodega La Rural (Rutini), en 2013, pasando luego a Catena Zapata, donde empecé a crecer en el área de hospitalidad y trade, donde trabajo actualmente.
-Residís en Mendoza, pero viajás mucho por tu trabajo. ¿A qué países y por qué motivo son estos viajes?
En 2018 Laura Catena me propuso ser “Brand Ambassador” o embajadora de marca de sus vinos personales, Luca Wines y La Posta Vineyards, y fue entonces cuando comencé a viajar sobre todo por Latinoamérica. Viajo mucho a Brasil, al menos dos veces por año, a Paraguay, Perú, Colombia, República Dominicana, Panamá, Costa Rica, Ecuador, así como también a EEUU.
Por eso digo que la carrera de sommelier me abrió fronteras, me permitió cruzar límites hacia otros países y sumergirme en su cultura y su gastronomía, que también me empezó a apasionar y por eso tengo como pendiente estudiar para chef, quizás, en el futuro.
-¿Cuál es el motivo de estos viajes?
-Fundamentalmente, capacitar a las fuerzas de ventas, ya que tenemos importadores oficiales en diversos países que compran nuestros vinos, los cuales tienen vendedores que necesitan conocer nuestros productos a fondo. Yo me dedico a contarles la historia de nuestra bodega y nuestros vinos, sus características.
Me di cuenta de que me encanta educar acerca del vino, falta mucha información, sobre todo en países de Latinoamérica. Me tocó hace unas semanas atrás ir a Nicaragua, donde estamos empezando a abrir el mercado, donde de a poco la gente está empezando a interesarse por el vino, ya que por historia son muy fuertes los espirituosos y aguardientes. Esta apertura tiene que ver con que cuentan con hoteles y gastronomía de primer nivel, que también requieren de vinos de primer nivel como los nuestros.
Con estos viajes también fidelizamos a nuestros clientes, ya que me dan la posibilidad de conocer personalmente a aquel sommelier o comprador de nuestros vinos, trabar un vínculo o “bonding” muy especial con cada uno.
-Desde tu mirada de sommelier, ¿qué puesto creés que tiene mayor demanda laboral en el mundo del vino hoy en día?
-Desde mi perfil de Linkedin veo que hay mucha oferta para las carreras de sommelier y también para guía de turismo. Las bodegas están exigiendo cada vez más conocimientos del mundo del vino, más profesionalismo. En el caso de Catena Zapata, por ejemplo, se ha avanzado tanto que ya es un requisito del puesto.
-¿Qué consejo le darías a tu vos del pasado?
-Me aconsejaría dar antes ese vuelco de carrera, de la abogacía a sommelier, ya que me di cuenta que no quería esa profesión luego de haber trabajado 4 años en un estudio jurídico de Buenos Aires. Esto me hizo inclinarme a ingresar en el mundo vitivinícola, sumado a mi conocimiento del inglés y el portugués.
Hubiese querido ponerle más atención a lo que soy en esencia, una persona social, e inclinarme antes por esta hermosa carrera que me permite educar y socializar, que es lo que más me gusta.
-¿Y qué mensaje le darías a los jóvenes que están pensando iniciarse en este mundo?
Les diría que, si les gusta el vino o les causa curiosidad, tomen en cuenta esta carrera tan apasionante que te abre la cabeza también a otros mundos y productos como el té, la cerveza, los chocolates, las bebidas espirituosas, el aceite de oliva, los cigarros, los quesos…
También que se preocupen de complementar la carrera con idiomas, lo cual es muy importante y cada vez más demandado. El inglés te diría que es excluyente y para mi fue un punto a favor en la profesión. También estudiar portugués, para poder comunicar el vino en el idioma del país adonde uno va, es un punto a favor.
Por último, que esta carrera te abre las puertas a muchos rubros y posibilidades como hotelería, cruceros, restaurantes, bodegas… Es una profesión con una salida laboral segura que se pide cada vez más.