La Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM) nuclea y representa a productores primarios de Mendoza en temas de producción, industria y comercio vitivinícola. Ya casi terminada la cosecha de uva en esta provincia, la AVM publicó una serie de consejos útiles para proteger las plantas y el suelo, que deben aplicarse a partir de ahora y antes del invierno.
El período de tiempo que transcurre entre la cosecha y la caída de hojas de las plantas, alrededor de fines de mayo, es sumamente importante para la vid. Tareas como fertilización, riego y, de ser necesario, control de plagas y enfermedades, deben ser realizadas en estos días, ya que tendrán una clara influencia en el siguiente ciclo. Por ello, a continuación reproducimos las diapositivas de la 6 recomendaciones post-cosecha de AVM:
El INTA aconseja tres herramientas para el manejo nutricional de los viñedos
Para el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) el manejo nutricional de los viñedos es un elemento clave para el éxito productivo del cultivo. Una cantidad adecuada de nutrientes es esencial tanto para el crecimiento vegetativo como reproductivo de la planta, traduciéndose en una cosecha económicamente rentable. Por el contrario, un manejo nutricional incorrecto incidirá en una menor rentabilidad ya sea por deficiencia o por toxicidad de los nutrientes.
Para lograr un correcto manejo nutricional, el productor vitícola debe adquirir el hábito de monitorear la dinámica de los nutrientes a través de los años. Existen diferentes herramientas que pueden ayudar al productor a realizar esta tarea y así definir una estrategia adecuada de fertilización. Ellas son: observación visual a campo, análisis de suelo y análisis de hojas o pecíolos.
La observación visual a campo es sin duda la más conocida y realizada por el productor. La observación de síntomas de deficiencia y toxicidad en hoja como así también del vigor y tamaño de la planta nos da una información muy útil sobre el estado nutricional de la planta. Sin embargo hay que prestar especial atención porque no toda anomalía foliar tiene su origen en un problema nutricional. Cuenta además como desventaja que cuando hay síntomas visibles de carencia de nutrientes, ya se han producido pérdidas de rendimientos.
La segunda herramienta es el análisis de suelo. Éste se debe realizar antes de la implantación del cultivo, para identificar los niveles de nutrientes preexistentes en el suelo. También deberá realizarse en “post-plantación” para observar las tendencias de los distintos nutrientes a lo largo del tiempo. Si bien la información que nos proporciona el análisis de suelo es muy útil, éste no es adecuado para predecir el nivel nutricional del viñedo. Esto se debe a las diferencias en los niveles de absorción de cada nutriente en las distintas variedades, clones y portainjertos, como así también a las diferentes estrategias de riego y fertilización.
La tercera y última herramienta es el análisis foliar. Ésta es muy útil para monitorear el contenido de nutrientes que poseen las plantas y ayudar a identificar niveles nutricionales extremos como deficiencias o toxicidades. Cuando los análisis son tomados sistemáticamente a través de los años es una herramienta muy útil para manejar el estado nutricional de los viñedos y predecir futuros problemas. Debido a que los niveles nutricionales en las hojas varían a lo largo del ciclo, los momentos recomendados para tomar muestras de hojas son en “floración” y en “envero”.
Fuentes: Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM) e Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria