En 2023, con respecto a 2022, la producción de vino en Uruguay cayó 34%, y correlativamente, también el consumo. Además de las condiciones ambientales que perjudicaron la cosecha, cambios en los hábitos de consumo de bebidas alcohólicas, especialmente de jóvenes y mujeres, incidieron en esa baja. A la par, existe una demanda de vinos de baja graduación y sin alcohol, por lo que el Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi) de Uruguay permite desde el año pasado la producción y la importación de vino desalcoholizado por ósmosis. Sólo faltan regulaciones para los elaboradores que, según anunció hace unos días el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, están a la firma del presidente del país.
El Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi) de Uruguay permite desde 2023 la producción de vino sin alcohol o desalcoholizado. Ahora, sólo faltan la firma de los ministros del área y del presidente para poder avanzar en el tema.
El decreto establece la normativa para la producción de vino sin alcohol debido a que aún no existe su figura jurídica. En tanto, según la legislación nacional, el vino debe tener un mínimo de 9,5 o 10 grados de alcohol.
La producción de vinos en Uruguay cayó un 34% a lo largo del año pasado en comparación con 2022. El mayor descenso en la elaboración lo sufrieron los vinos rosados, donde el retroceso fue del 54%. Según los registros del Inavi, las 162 empresas vitivinícolas del país totalizaron una producción de 50,2 millones de litros de vino en 2023, una baja anual del 34% en todas las variedades.
El presidente del Inavi, Ricardo Cabrera, adelantó que en pocos días quedaría firmado el decreto para habilitar su producción. Además, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), aseguró que Uruguay va a tener en los próximos meses el vino sin alcohol.
Es un instrumento y una herramienta y un producto más que la industria vitivinícola va a poder disponer para un público que va creciendo en el mundo”.
Fernando Mattos, ministro de Ganadería de Uruguay
Cómo se elabora el vino sin alcohol
El tratamiento que recibe el vino es por osmosis inversa, a través de una membrana que separa los componentes del alcohol. En el procedimiento se produce un vino tradicional y de buena calidad y luego lo expone a osmosis inversa para lograr la separación. Este tratamiento se le puede hacer a cualquier tipo de vino -hasta espumantes- aunque tiene un costo elevado.
Entre los países que elaboran vino sin alcohol están Países Bajos, Australia y España. Este último fue el primer país en desarrollar una planta capaz de desalcoholizar el vino en 2004.
«El vino sin alcohol tiene más de 30 años en el mundo, los pioneros fueron España y Francia y en América Latina en Chile ya existe un vino desalcoholizado, no cero”, agregó el presidente del Inavi.
Fuentes: Ámbito y El Observador