La empresa productora de cierres para vino sustentables, Vinventions -con planta en San Juan y oficinas en Mendoza- lanzó al mercado un nuevo tapón, que usa como materia prima residuos plásticos marinos de áreas costeras de Asia. Estos deshechos representa el 80% de la basura que se acumula en mares y océanos, por lo que la iniciativa ecológica de la firma belga-norteamericana contribuye a sanear el medio ambiente, al darle una «segunda vida» al plástico, reciclándolo en nuevos productos que forman parte de la cadena de valor. Por ahora, este tapón para vino se comercializa sólo en Europa, y la bodega pionera en utilizarlos es la siciliana Donnafugata, que ya tapa su vino «Damarino» con el nuevo Nomacorc Ocean.
En línea con su objetivo declarado de ser «el proveedor global más innovador, más sostenible y fiable de soluciones completas de tapones para la industria de vino tranquilo y espumoso», Vinventions acaba de lanzar en el mercado europeo un nuevo producto, Nomacorc Ocean, el primer cierre en el mundo fabricado con residuos plásticos marinos, sumándose de esta manera a las acciones que contribuyen a frenar la contaminación de los mares que, año tras año, va en aumento.
Una de estas medidas consiste en recoger los residuos que ya llegaron al mar, y otra acción es interceptar los desechos plásticos antes de que sean vertidos en el océano, los residuos que se denominan Ocean-bound plastics (OBP, en español “plásticos en riesgo de terminar en el mar”), y son precisamente éstos los utilizados por Nomacorc. Se trata de residuos plásticos que se obtienen de zonas costeras donde las infraestructuras de recolección no existen o son deficientes, y donde la basura representa un mayor riesgo de contaminación.
Cabe mencionar que mucho antes de este nuevo lanzamiento, siempre en línea con el objetivo arriba consignado, Vinventions tiene en su portfolio de productos los tapones Nomacorc Green Line, de origen vegetal, que se producen partiendo de materias primas renovables y sostenibles, derivadas de la caña de azúcar.
“De acuerdo con varias investigaciones científicas, se estima que el plástico marino representa un 80 por ciento de la basura que se acumula en mares y océanos. El objetivo es reciclar este plástico y usarlo para fabricar nuevos productos con el fin de que forme parte de la cadena de valor, en nuestra área, y también para aumentar la demanda de recolección de residuos plásticos, lo que reduciría el volumen y el riesgo que supone para la naturaleza. Para evitar de manera eficiente este tipo de contaminación, el área de recolección es muy importante. La materia prima reciclada que empleamos en la fabricación de Nomacorc Ocean procede de áreas costeras ubicadas en Asia, donde se producen las mayores emisiones de contaminación marina”, informa Romain Thomas, director de Producto de Nomacorc en Vinventions.
Residuos plásticos marinos, un peligro para la salud y el ambiente
La contaminación causada por el plástico en los ecosistemas acuáticos ha crecido considerablemente en los últimos años y se prevé que se duplique para 2030, con consecuencias nefastas para la salud, la economía, la biodiversidad y el clima, según un informe de la ONU realizado en 2021.
Para hacerse una idea del problema, aproximadamente 7.000 millones de los 9.200 millones de toneladas de producción acumulada de plástico entre 1950 y 2017 se convirtieron en residuos plásticos, tres cuartas partes de los cuales fueron desechados y depositados en vertederos, formaron parte de flujos de residuos incontrolados y mal gestionados o fueron vertidos o abandonados en el medio ambiente, incluso en el mar.
El plástico es de hecho la fracción más grande, más dañina y más persistente de los desechos marinos, y representa al menos el 85% del total de esos desperdicios. Para 2040, los volúmenes de este material podrían llegar a un verdio anual de entre 23 y 37 millones de toneladas. Esto significa alrededor de 50 kilogramos de plástico por metro de costa en todo el mundo.
En consecuencia, todas las especies marinas, desde el plancton y los moluscos, hasta las aves, las tortugas y los mamíferos, se enfrentan a riesgos de intoxicación, trastornos del comportamiento, inanición y asfixia. Los corales, los manglares y los pastos marinos además están sofocados por desechos plásticos que les impiden recibir oxígeno y luz.
El cuerpo humano también es vulnerable a la contaminación que generan los residuos plásticos en las fuentes de agua, lo cual podría causar cambios hormonales, trastornos del desarrollo, anomalías reproductivas y cáncer. El plástico es ingerido a través de los productos del mar, bebidas e incluso la sal común, pero también penetran en la piel y pueden ser inhalados cuando están suspendidos en el aire.
El sudeste asiático es uno de los principales contribuyentes a la fuga de desechos plásticos terrestres a los océanos del mundo, y más de la mitad proviene de cuatro naciones: Indonesia, Filipinas, Vietnam y Tailandia, junto con China, el principal contaminador.
En 2017, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente lanzó la campaña «Mares limpios» con el objetivo de impulsar un movimiento global para revertir la marea del plástico al reducir el uso de plásticos innecesarios, evitables y problemáticos, incluidos los de un solo uso, y eliminar los microplásticos añadidos intencionalmente. Desde entonces, 63 países se han unido a la campaña y han adquirido compromisos para mejorar la gestión de los plásticos mediante, entre otras medidas, la reducción de la prevalencia de productos plásticos de un solo uso.
Donnafugata, pioneros en tapar su vino Damarino con Nomacorc Ocean
Quienes se suman a la propuesta de la empresa fabricante están contribuyendo con su decisión de compra a proteger los mares y océanos. En este sentido, la primera firma vitivinícola en sumarse ha sido la bodega siciliana Donnafugata, de fama internacional, que se unió a esta iniciativa al elegir el cierre Nomacorc Ocean para su vino blanco Damarino.
Ubicada en el mar Mediterráneo, Sicilia es una isla italiana con un clima único y una amplia biodiversidad. Donnafugata, con más de 400 hectáreas de viñedos, está firmemente vinculada con el entorno. “La sostenibilidad forma parte de nuestro ADN”, explican José y Antonio Rallo, propietarios de Donnafugata.
La bodega lleva más de 30 años comprometidos con la producción de vinos respetuosa con el medio ambiente y el hombre: desde la incorporación de prácticas ecosostenibles en la bodega, hasta la protección de la biodiversidad e iniciativas que ayudan a mantener el terruño y las tradiciones.
“Hemos reforzado nuestro compromiso con la sostenibilidad medioambiental, social y gubernamental, de acuerdo con los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, al unirnos a SOStain Sicilia, un programa de sostenibilidad para bodegas sicilianas. Nos hemos criado a orillas del Mediterráneo y nuestros viñedos están rodeados de sus aguas. Elegir Nomacorc Ocean para nuestro vino ha sido una decisión natural en nuestro camino hacia la sostenibilidad, que no deja de crecer”, agregan desde la bodega.
En todas sus iniciativas de sostenibilidad, Vinventions siempre opta por seguir las mejores prácticas y certificación que tengan relación con las normas vigentes. Para Nomacorc Ocean, al plástico marino lo recoge una empresa certificada de acuerdo con los estándares de la ONG Zero Plastics Oceans.
Este certificado garantiza que el plástico se recogió en condiciones éticas y favorables, de las que se hace un seguimiento externo, y que las zonas de recolección y los residuos recolectados cumplen con la definición de plásticos marinos (los conocidos OBP) por parte de Zero Plastic Oceans. Esto a su vez garantiza que las tareas de recolección tengan un mayor impacto en la prevención de la contaminación de los mares y océanos.
Sobre Donnafugata
Ubicada en Sicilia, fue fundada por una familia que, gracias a su pasión, supo innovar en el estilo y la percepción de los vinos sicilianos alrededor de todo el mundo. Giacommo Rallo, cuarta generación de una familia con más de 170 años de experiencia en la elaboración de vinos de calidad, fundó Donnafugata en 1983 junto a su mujer, Gabriella, una pionera en el mundo de la viticultura siciliana. Hoy la quinta generación está formada por José y Antonio, quienes lideran la empresa y un equipo que se centra en la excelencia.
Donnafugata cultiva sus viñedos en entornos muy diferentes. Cuenta con cuatro fincas y una bodega familiar histórica. Algunos viñedos se encuentran en el oeste de Sicilia, desde las tierras que miran al mar en la pequeña isla volcánica de Pantelleria hasta la zona montañosa de Contessa Entellina; hacia el este en Vittoria, tierra de la famosa DOCG, y a los pies del Etna, el volcán activo más alto de Europa. Por último, la bodega histórica de la familia en Marsala es un ejemplo de una realidad productiva en constante actualización.