La bodega familiar Viña Alta, de San Martín, en el Este de la provincia de Mendoza, sigue creciendo en ventas en el mercado brasileño, un camino que comenzó a recorrer de la mano de ProMendoza en 2022, luego de la participación en una ronda inversa de vinos organizada ese año.
La firma se focaliza para que sus exportaciones sean una parte importante de sus negocios, destacando el arduo recorrido y los desafíos superados para llevar sus vinos al mercado internacional. En 2023, sus ventas al exterior aumentaron a 60%.
«La exportación siempre fue un desafío para Viña Alta», aseguró Emiliano Rico, uno de los integrantes de la bodega. Un primer cliente internacional que conocieron por ProMendoza, y que confió en la calidad de sus vinos, fue el punto de inflexión para vender en el exterior. «Este empresario, que conocimos en una ronda de negocios organizada por ProMendoza, mostró gran interés desde el primer momento y decidió apostar por nuestros productos, a pesar de que nunca habíamos exportado antes», indicó.
Hoy, Viña Alta se focaliza para que sus exportaciones sean una parte importante de sus negocios. Se destacan el arduo recorrido y los desafíos superados para llevar sus vinos al mercado internacional. El porcentaje de exportación de la bodega ha variado significativamente. En 2022, el 90% de sus ventas fueron en el mercado nacional y el 10% destinado a exportaciones. Sin embargo, en 2023 esto cambió. «Debido a una caída en el mercado interno, nuestras ventas al exterior aumentaron a 60%. Nuestro objetivo es equilibrar ambos mercados y crecer sin descuidar ninguno de ellos», dijo Rico.
Primera exportación a Brasil
En 2022, Viña Alta realizó su primera exportación enviando cuatro pallets de vino al mercado brasileño. Este primer envío incluyó dos pallets de su vino más económico y dos del reserva. «Desde entonces, el cliente brasileño ha seguido comprando y se ha convertido en uno de nuestros mayores importadores, logrando una relación comercial sólida y de confianza. En agosto pasado, enviamos un camión completo con 12 pallets de vino, distribuidos en el sur de Brasil. Este crecimiento ha sido posible gracias a nuestra estrategia de trabajar con distribuidores e importadores pequeños, lo que nos permite controlar mejor el producto y mantener una relación cercana con nuestros clientes», explicó Rico.
Participación en ferias internacionales
La participación en ferias como ProWine Brasil ha sido fundamental para la estrategia de crecimiento. «A pesar de las advertencias sobre las expectativas, nuestra inversión en esa feria resultó en la adquisición de tres nuevos importadores importantes en San Pablo, Río de Janeiro y Minas Gerais. Este éxito se debe a nuestra estrategia de networking, que consiste en distribuir miles de tarjetas y hablar con todos los posibles importadores, además de que nuestros vinos tienen buena recepción», concluyó.
Visión de futuro
Viña Alta es una bodega familiar gestionada por varias generaciones. Desde la incorporación de Valentina Iudica, hija del matrimonio fundador, en 1996, la empresa evolucionó. Pasaron de ser productores de granel a fraccionar y etiquetar vinos propios. En 2016, comenzaron a vender botellas de 750 ml, lo que marcó el inicio de una nueva era para la bodega.
Actualmente, Viña Alta ofrece varias líneas de vino, incluyendo Tupac, Esencial, Yato y Cordillera, cada una con su propia identidad y éxito en el mercado. El nombre de la bodega, inspirado en los viñedos altos que diseñó el fundador, refleja la historia y tradición de esa familia del Este mendocino.