La empresa productora de botellas y envases para las industrias del vino, aceite de oliva y otros alimentos, originaria de Francia, con planta en Guaymallén, Mendoza, ha diseñado una de las botellas del tipo Burdeos más livianas de la historia, sin renunciar a la icónica forma que ha definido la Burdeos clásica durante generaciones. Con un peso de tan sólo 300 gramos, este diseño eco friendly demuestra respeto por el medioambiente, sin comprometer el rendimiento en las líneas de embotellado ni la estética de la botella.
La innovación de Verallia constituye un hito sin precedentes en la industria del vidrio y representa todo un reto tanto en el diseño como en la producción industrial.
La botella Burdeos Air ya ha sido producida en Europa y será fabricada en América Latina durante el 2024.
Como líder europeo y tercer mayor productor global de envases de vidrio para bebidas y productos alimentarios, Verallia ha desarrollado una de las botellas Burdeos más livianas, preservando los contornos estéticos icónicos que definieron la clásica botella Burdeos durante generaciones.
Actualmente, el peso promedio de una botella estándar de vino (vacía) de 750 ml es de 350-450 gramos, que en el caso de los vinos espumosos se incrementa hasta 800 gramos, debido a su formato específico.
Con un peso de tan sólo 300 gramos, esta innovación refleja el compromiso de Verallia con su lema «reimaginar el vidrio para construir futuro sostenible». Hay que destacar que esto fue conseguido sin comprometer la estética, que es una característica de Burdeos Air 300G.
Corinne Payen, directora de Investigación y Desarrollo de Varallia, explicó al respecto: «Este proyecto ha sido un desafío significativo, El trayecto involucró herramientas de modelado pioneras para anticipar la resistencia mecánica de la botella, abarcando factores como resiliencia al impacto o resistencia a la carga vertical. Estas herramientas de modelado también ofrecieron insights para la optimización de la distribución del vidrio, considerando el proyecto del molde en blanco y los parámetros de moldeo. No obstante, la innovación no terminó ahí. Otra fase crucial en este camino desafiante involucró dominar el proceso industrial, incorporando controles rigurosos para garantizar la calidad del vidrio durante todas las fases de la producción».
Contribución a reducir la huella de carbono
Una botella de vino de vidrio estándar, con un peso seco típico de 500 g, representa el 29% de la huella de carbono de un vino, según un estudio de 2011 realizado por PE International para el Wine Institute of California. Sin embargo, hay muchas botellas de vinos tranquilos que tienen un peso sustancialmente mayor, con un peso de casi un kilo en algunos casos, lo que hace que la parte del envase en la producción de carbono del vino se acerque al 50%, y la producción total de carbono aumente en torno al 10%.
La reducción contínua del peso de las botellas es un desafío estratégico significativo para los enólogos, que se esfuerzan para cumplir sus compromisos de reducción de emisiones de CO2. Alessandro Bocchio, vicepresidente de Márketing de Verallia, afirmó: «Burdeos Air 300G es la combinación de tradición, innovación, experiencia y refleja nuestro propósito de ‘»‘Reimaginar el vidrio con vistas a un futuro sostenible’. Toda la industria podrá, ahora, tener acceso a una botella Burdeos tradicional que pesa solo 300 gramos y que está dotada de excelente estética. Ella finalmente está a nuestra disposición».