Un informe del Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA) -dependiente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) y de la Bolsa de Comercio de Mendoza- analiza el impacto que tendrá el incremento de reintegros a las exportaciones vitivinícolas, medida económica anunciada hace 15 días por el gobierno argentino. Para el estudio, el OVA toma como referencia las exportaciones totales de 2019.
El Observatorio Vitivinícola Argentino analizó el impacto que tendrá el paquete de las medidas anunciadas por el gobierno nacional a principios de octubre en el complejo exportador de la vitivinicultura, evaluando de qué manera Argentina podría alcanzar el objetivo de los 1.000 millones de dólares por la exportación de vinos.
El 1 de octubre, el gobierno argentino anunció un paquete de medidas tendientes a fomentar las exportaciones de los sectores que mostrarían mayores posibilidades de crecer en materia de comercio exterior y, por lo tanto, de acelerar el ingreso de divisas genuinas a la economía argentina. Entre estos sectores se encuentra la vitivinicultura, que ocupa hoy el décimo lugar como complejo exportador.
Argentina exportó durante 2019 U$S 65.115 millones, mientras que la vitivinicultura, con sus U$S 1.026 millones de exportaciones en vinos, pasas de uva, uva en fresco y jugo de uva concentrado (JUC), ubicó al complejo vitivinícola en el décimo lugar, igualando, prácticamente, a los complejos exportadores de la cebada y la siderurgia.
Hay que destacar que los 11 principales complejos exportadores representaron el 77% del total (U$S 50.000 millones) de las exportaciones de nuestro país.
En este sentido, las medidas tendientes a apoyar las exportaciones vitivinícolas implican un aumento superior al 100% en los reintegros a las exportaciones para productos vitivinícolas de exportación, tales como el vino fraccionado y a granel, los espumantes y el jugo de uva concentrado o mosto.
El régimen de reintegro tiene por objetivo restituir total o parcialmente los importes que se hubiesen pagado en concepto de tributos interiores erogados en las distintas etapas de producción y comercialización por las mercaderías manufacturadas en el país, que se exportan para consumo, o bien por los servicios que se hubieren prestado con relación a estos productos exportados (artículo 825 del Código Aduanero Argentino). Este concepto se debe distinguir de otros consignados en ese Código Aduanero, tales como reembolsos, draw backs y devolución de impuesto al valor agregado.
Tomando como referencia el valor de las exportaciones en 2019 de vinos fraccionados (espumantes y tranquilos), graneles y JUC, el impacto promedio en todo el sector sería de 3,88% del valor de las exportaciones de esos productos.
Ese porcentaje surge de considerar un promedio ponderado de las variaciones en cada uno de los productos vitivinícolas exportados que son alcanzados por el beneficio del incremento de reintegro.
En el cuadro presentado a continuación se verá el valor de las exportaciones 2019, el impacto absoluto (en pesos y dólares) y el impacto relativo (%) de las medidas adoptadas.
Objetivo: U$S 1.000 millones
Entre los anuncios realizados, el gobierno argentino expresó que, a través de su plan de exportaciones, la apuesta es llegar a un valor de 1.000 millones de dólares al año por envíos de vino al exterior.
A los efectos de tener una noción de las variaciones que podrían producirse para alcanzar esta meta, y tomando a modo de ejemplo escenarios extremos, el Observatorio Vitivinícola Argentino cuantificó dos escenarios, tomando como referencia los precios FOB promedio de las exportaciones de vino a granel y vino fraccionado.
En el primer escenario, se cuantificó la cantidad de litros de vino fraccionado adicionales que deberían exportarse (al precio promedio FOB actual) que permitirían alcanzar la meta de U$S 1.000 millones, suponiendo que no se modifican las exportaciones de vino a granel. En este caso, la meta se alcanzaría exportando algo más de 51 millones de litros adicionales (27% de incremento en cantidad) o alternativamente vendiendo la misma cantidad, pero incrementando el precio un 27%. Este ejercicio numérico no tiene en cuenta la reacción de la demanda, sino simplemente intenta ilustrar casos extremos para alcanzar la meta.
En el otro extremo, suponiendo que las exportaciones de vino fraccionado no cambien, sería necesario incrementar un 295% los litros de vino a granel exportados (algo más de 356 millones de litros) o bien incrementar su precio en 295%.
De los ejercicios realizados surge que, dada su importancia en términos de valor, el vino fraccionado es el sector que más puede aportar al logro del objetivo, ya que durante el año 2019 registró U$S 736 millones en exportaciones, por supuesto sin dejar de lado el rol que el vino a granel pueda tener, atento al importante desempeño que sus exportaciones vienen teniendo durante el 2020.
Alcanzar objetivos de crecimiento del valor de las exportaciones tiene, al menos, dos caminos bien diferenciados con dos estrategias también distintas. Una estrategia de precios altos y menos cantidades o, en el otro extremo, una estrategia de precios más bajos y más litros vendidos a los mercados externos.
De manera que lo que también resulta muy claro es que, más allá de estos objetivos de carácter sectorial, la estrategia individual debe ir en el mismo sentido que la estrategia sectorial. Alcanzar metas para una cadena productiva requiere además el acompañamiento de las condiciones de competitividad país, esto es variables macroeconómicas y eficiencia logística para destacar como las más importantes.
Ante los posibles escenarios, el entorno competitivo y las decisiones individuales de los exportadores serán las que en definitiva marcarán el camino de la evolución de las exportaciones del sector.
Fuente: Observatorio Vitivinícola Argentino