Autoridades del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) recibieron a representantes de la empresa Tubes B. V. de Holanda, interesados en fabricar en Mendoza tubos de vidrio de 100 ml. para envasar vino varietal en «dosis» individuales para consumo personal.
El formato, inédito para Argentina pero ya popular en Europa desde hace más de 10 años, también se ofrece para realizar catas en casa (cajas con varios tubitos de diferentes varietales y/o marcas) y para que bodegas que buscan vender envíen muestras al exterior a menor costo.
En la sede central del organismo regulador del vino en Mendoza, los técnicos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), encabezados por el flamante director Martín Hinojosa, recibieron a Hieronymus Van Rhee, representante de la empresa Tubes B.V. de Holanda, interesado en montar en nuestro país una fraccionadora de vinos en tubos de vidrio de 100 mililitros.
El envase se utiliza desde hace más de una década en Europa para ofrecer al consumidor «dosis» o raciones individuales, equivalentes a una copa pequeña. La idea de los holandeses es fabricar aquí en Mendoza y abastecer los tubitos al mercado argentino y también, desde nuestro país, exportar a los países de la región y Europa.
Van Rhee comentó que su empresa tiene un alto interés en el mercado argentino y considera que este envase puede ser una buena alternativa para el consumidor local, porque facilita el consumo individual con un envase que además es reciclable.
Este novedoso envase también ofrece ventajas a las bodegas, ya que les permite enviar muestras al exterior con menores costos, porque se reduce considerablemente el espacio necesario y el peso de las cargas con respecto a las botellas tradicionales de 750 ml.
Los funcionarios del INV le informaron a Van Rhee sobre el marco legal y reglamentario de la Argentina y le ofrecieron el asesoramiento de la institución para materializar el emprendimiento.
La empresa garantiza entre sus cualidades que además de ser 100% reciclables, preservan las cualidades organolépticas de los vinos, licores y otros productos asegurando que sea estable sin defectos entre 6 y 18 meses, dependiendo de la calidad del vino. Además aseguran tener la certificación de SKAL Biocontrole para embotellar productos orgánicos.
En algunos países de Europa, en especial en Alemania e Inglaterra, los tubitos de 100 ml y 60 ml se han hecho populares no tanto como un envase para consumo personal cotidiano sino como un formato para regalar, en cajas que contienen 3 o 6 varietales.
Otro uso no tradicional y si se quiere «con onda» es el que proponen algunas bodegas europeas, envasando vinos varietales de alta gama sin identificar el varietal, para que el consumidor «juegue» a catar. Para ello, acompañan en la caja instrucciones sobre cómo catar, consejos para percibir los caracteres organolépticos y hasta listados de los descriptores (por ejemplo tabaco, café, frutillas, pimienta, pasto recién cortado, frutos rojos, etcétera).