El organismo creado por ley por la Legislatura de Mendoza el 5 de agosto de 2020 con la idea de equilibrar los stocks vínicos, evitar la malventa del producto y mejorar los precios que se le pagan al productor, concluyó su primera acción concreta: el llamado a tenedores de vino para que inmovilizaran sus vinos a cambio de una renta financiera. Sin embargo, nadie se presentó a la convocatoria, por lo que el Consejo Asesor y el presidente de la entidad, Alfredo Aciar, evaluaron que, ante la falta de oferentes, el mercado quedó estabilizado a la fecha, sin stocks sobrantes.
En el marco del último encuentro del año del Banco de Vinos de Mendoza, el director ejecutivo de la entidad dependiente de la cartera económica provincial, Alfredo Aciar, hizo una comparación de la situación en relación con la última reunión del 3 de noviembre. Por aquel entonces, se podía apreciar una tendencia levemente creciente en el stock vínico y una disminución del precio real del vino.
En este sentido, Aciar destacó: «A principios de noviembre, el stock vínico había superado levemente los cinco meses de comercialización y su tendencia era creciente. A su vez, los precios reales del vino marcaban una disminución respecto de la época de elaboración. Fue en ese contexto en que el Consejo Asesor recomendó salir a captar depósitos en vino, dando cumplimiento a lo que establece la ley. Este primer programa de control de stock vínico se puso en vigencia a principios de este mes y cerró su convocatoria el día 17».
El Banco de Vinos de Mendoza fue creado el 5 de agosto de 2020. Según la ley, el organismo debe salir en busca de depósitos de vino cuando el stock en las bodegas supere los 5 meses, tomando en cuenta las cifras de consumo promedio y las operaciones comerciales pactadas.
Desde la entidad explicaron que, durante la primera semana de diciembre, se observó una reacción positiva del mercado y se tonificaron los precios del vino y del mosto, a punto tal de que se recuperó lo perdido. «Esto quiere decir que, actualmente, estamos en una situación de precios similares, en términos reales, aclaro, al de la época de elaboración y liberación de los vinos» (mayo-junio).
Como resultado de este proceso, resultó bastante esperable -a juicio de los directivos y asesores del Banco de Vinos- que, al vencimiento de esta primera experiencia, ningún tenedor de vino se presentara a depositar sus caldos.
«Los resultados de esta primera intervención fueron considerados en esta última reunión del año. En su mayoría expresaron que, si bien existen más de cinco meses de stock, en el contexto actual no se puede hablar de una situación excedentaria. Incluso algunos consejeros plantearon la posibilidad de modificar la reglamentación incrementando de cinco a seis los meses de comercialización el umbral de intervención del Banco de vinos», agregó el funcionario.
Sobre este último planteo, el titular del Banco de Vinos de Mendoza dijo: «No creo que haga falta modificar la ley, ya que el consejo puede recomendar la no intervención, como ya lo hizo en otras oportunidades, cuando las expectativas así lo indiquen. Entiendo que esta primera experiencia nos dejó un gran aprendizaje a todos».
«Esta primera experiencia nos ha dejado un mensaje. El resultado no es ni bueno ni malo. El Estado puso a disposición la herramienta y el mercado consideró, por el momento, que no era necesaria. De igual modo, queremos agradecer al Gobierno de la provincia por el acompañamiento en la decisión que se tomó en este espacio», aseguraron desde el Consejo.
Satisfacción de productores y pedido de mayor diversificación
Por su parte, Edgardo Roby, consejero de la zona Este, comentó: «La herramienta está y es buena. Hay que agradecer al gobierno provincial por poner a disposición un instrumento más. Hay que agradecer que este es un ámbito en el que estamos todos y no falta nadie. Este espacio debe ser un lugar que no permita que ningún productor más se funda y que, en el fondo, la vitivinicultura, sea una actividad rentable».
Rubén Panella, representante de los cooperativistas en el Consejo Asesor, expresó: «Llegamos a la conclusión de que la oferta está muy restringida, sobre todo en los vinos tintos. Seguramente esto debe haber influido en las decisiones de los tenedores de vino. En este mes de diciembre, el vino tinto, principalmente, viene recuperando su valor. Esta herramienta es muy buena para regular el stock. Debemos trabajar fuerte en el porcentaje de diversificación para evitar grandes excedentes y que el Banco regule en caso de que existan pequeñas diferencias».
«Ante la ausencia de ofertas y la tonificación que se está dando en los precios, nos permitió llegar a la decisión de no prorrogar el operativo y esperar hasta la próxima elaboración. Se está observando una pequeña suba en el consumo y los pronósticos para la próxima cosecha nos indican que no se esperan grandes excedentes. Por otro lado, seguimos viendo con preocupación la falta de botellas y la situación internacional para conseguir los contenedores y el costo de los mismos», cerró Panella.
Por último, Carlos Crotta, en representación del sector fraccionador, añadió: «Coincidimos en que la experiencia fue muy interesante porque por algo nadie bloqueó vinos, precisamente. Nos preguntamos lo porqué de esto y es una sumatoria de cosas que hicieron que el productor prefiera guardar los vinos en su bodega y no en el Banco de Vinos. Es señal de que el mercado está equilibrado, que no es necesario intervenga el Banco de Vinos y que ha sido el propio productor quien ha hecho una suerte de equilibrio pidiendo más por los precios del vino».
Al cierre de esta última instancia, los presentes acordaron llevar a cabo una nueva reunión a principios de febrero de 2022.
Fuente: Gobierno de Mendoza