Según el cálculo realizado por el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) a fines de abril de este año, con un dólar oficial a $236,50, para concretar la campaña 2023/2024 de lucha contra la plaga lobesia botrana en toda la provincia se necesitaban U$S15.270.000, que en esa fecha eran $3.600 millones pero que hoy, con un dólar oficial a $365,50, son $5.600.
A mediados de julio, el gobierno de Mendoza le pidió los fondos a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, pero aún esa repartición no contestó ni envió el dinero. Entonces, Mendoza anunció en esos días que destinaría a los preparativos de la campaña $750 millones, en particular para ir comprando los caros difusores de feromonas. Es lo único que se ha hecho en previsión de la campaña, que debe comenzar a principios de noviembre. El problema serio es que la ley 27.227, que obligaba al gobierno nacional a enviar los fondos necesarios venció en 2022, y no hay novedades sobre la sanción de una nueva ley.
Por Pedro Straniero, editor de Enolife
Ante la incertidumbre sobre el futuro envío de fondos desde el gobierno nacional, y la urgencia por planificar la campaña 2023/2024 de lucha contra el dañino insecto lobesia botrana, más conocido como polilla de la vid, el gobierno de Mendoza, mediante la Resolución 1.540 publicada en el Boletín Oficial, asignó $750.000.000 para ir adquiriendo difusores de feromonas y tenerlos disponible para la primera semana de noviembre, cuando habitualmente cada año comienza la lucha efectiva en los viñedos mendocinos. Eso fue a mediados de julio, y calculado con un precio de referencia del dólar en ese momento. Hoy, seguramente esa plata rinde un 30% menos. O sea, hay que recalcular.
Con dificultades y todo, los operativos de control de la lobesia botrana, sostenidos en los últimos 6 años, han logrado mantener a raya al bicho en Mendoza y minimizar el daño económico.
El plan técnico, proyectado por el Programa de Control y Erradicación de Lobesia botrana del Iscamen, precisaba $3.600 millones, según un cálculo con un valor de referencia del dólar a $236,50 a fines de abril pasado. Pero hoy, 23 de agosto, con ese dólar a 365,50, los $3.600 millones se convierten en $5.600 millones. Es lo necesario para suprimir al máximo posible las poblaciones del insecto en la provincia. Además, se calculaba -en julio- que se necesitarían $2.500 millones más para desarrollar un plan de control que logre sostener la actual situación fitosanitaria, buscando evitar un incremento de las poblaciones de la plaga y su impacto sobre la producción.
En 2022, el presupuesto para combatir la polilla de la vid rondó los $1.500 millones, financiado en un 45% por la Nación y el 55% por el gobierno de Mendoza y los propios productores.
Pero más allá de los cálculos y actualizaciones del dinero necesario, lo cierto es que a la fecha no ha llegado a Mendoza un peso desde el gobierno de la Nación para tal fin. La situación ya empieza a inquietar a los productores locales, y más porque ya en junio, la mismísima presidenta del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Diana Guillén, decía en Mendoza que su organismo no podía garantizar los recursos necesarios, y que estaba preocupada por la falta de disponibilidad de los insumos, mayormente importados.
Como cada año, todo pasa por los fondos para encarar la lucha contra la polilla. El no disponer de ellos es serio, y, como reconoció la presidenta de Senasa, que salgan para fin de año tampoco serviría. Necesitamos contar con ellos para agosto, con lo cual está complicado el panorama».
Eduardo Senra, dirigente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), en declaraciones a Sitio Andino a principios de junio de 2023.
La técnica de confusión sexual, activa desde 2016
Según consigna el servicio de Prensa del gobierno de Mendoza en su página web, «el combate contra la plaga se inició en Mendoza en 2016, con la premisa del manejo integrado, que supone la combinación de procedimientos, técnicas y herramientas para lograr resultados óptimos con el menor impacto en el ambiente. El programa ha permitido sostener un control de la plaga por debajo del umbral de daño económico, es decir, que no implique una merma que genere riesgo en la producción».
«Para ello -resume la información aportada por el Ministerio de Economía de Mendoza y el Iscamen-, se han empleado herramientas de control activo, biológico, legales y de acción preventiva en los diversos oasis productivos de Mendoza. Entre ellas, asistencia con feromonas para la implementación de la técnica de confusión sexual; asistencia con productos insecticidas específicos para el control con tractopulverizador por parte de los productores; servicios de tratamientos aéreos con productos específicos y de bajo impacto ambiental y feromonas pulverizables. Además, se han incluido acciones y materiales de capacitación para optimizar los recursos disponibles. Cada una de estas acciones se realizan en los momentos oportunos en términos biológicos de la plaga y fenológico de las plantas de vid».
«Para la presente campaña -concluye la comunicación- se busca dar continuidad a la estrategia validada y empleada en temporadas anteriores, priorizando un control sobre la plaga con el menor impacto en el ambiente».
Fuentes: Gobierno de Mendoza y Sitio Andino