La Asociación Estadounidense de Economistas del Vino (AAWE) publicó información sobre los impuestos al vino que cobran en la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos. Entre los datos obtenidos se observa que Finlandia, Irlanda y Reino Unido cobran los impuestos más altos, mientras que Portugal, Luxemburgo y algunas ciudades estadounidenses -que tienen sus propios impuestos, independientemente de los del gobierno de EEUU- se encuentran en el extremo más bajo. En cuanto a los aranceles impuestos por el gobierno de Trump, entre junio y julio se registraron pagos récord por U$S60 millones.
Ante la inestabilidad provocada por los aranceles al vino de Estados Unidos (EEUU) en 2025, la Asociación Estadounidense de Economistas del Vino (AAWE, por sus siglas en inglés), realizó un informe con datos impositivos de diferentes países compradores de vino.
El panorama de EEUU sigue sin vislumbrarse aún claro, dado que hay que muchos países que están en fase de llegar a acuerdos para reducir o eliminar lo que el presidente estadounidense Donald Trump ha bautizado como «aranceles recíprocos». A este respecto, la AAWE formula la siguiente pregunta: «¿Cuánto se ha pagado en los aranceles de vino estadounidenses hasta ahora?». Y aclara que «en junio y julio se registraron pagos récord de aranceles al vino de US$60 millones. Sin embargo, no está claro quién es el pagador final: el productor extranjero o el consumidor nacional».
De todos modos, del informe publicado se concluye que Finlandia, Irlanda y el Reino Unido tienen los impuestos más altos, mientras que Portugal, Luxemburgo y algunas ciudades de Estados Unidos están en el tramo más bajo. Del mismo modo, Irlanda impone los impuestos más altos al vino espumoso, mientras que la ciudad de Nueva York tiene los más bajos.
El contexto en que se enmarca este análisis es que Trump está al frente de un país con políticas arancelarias cuya estrategia se dirige a que las empresas vuelvan a producir en Estados Unidos y por tanto generen empleo y riqueza, lo que se llama proteccionismo económico. Los aranceles se han convertido en una moneda de cambio y una forma de presión.
Así, la introducción un arancel del 15% sobre las exportaciones de vino europeo provoca un aumento los precios para los consumidores e impacta en la cadena de suministro, según datos de la AAWE. De todos modos la introducción de este arancel podría no ser definitivo, dada la irregularidad y el cambio de las decisiones de Trump, que en un inicio incluso habló de un 200% en el caso del vino europeo, que posteriormente se convirtió en un 20% para quedar de momento en un 15%, tras el acuerdo del Bruselas con Trump. Se vive un momento de incertidumbre e inestabilidad a la espera de novedades o cambios en las medidas o simplemente no saber si se van a mantener en el tiempo.
Otro aspecto a tener en cuenta es que los aranceles también tienen consecuencias en la cadena de suministro estadounidense, dado que suben los costos de los insumos importados de países europeos, de modo que también los productos embotellados estadounidenses se ven afectados.
Fuentes: Asociación Estadounidense de Economistas del Vino (AAWE) y Tecnovino












