Una investigación de especialistas de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del grupo Avinea estudió cómo la incorporación de infraestructuras ecológicas, tales como bandas florales, pueden ser estrategias importantes para promover la diversificación del agroecosistema y favorecer los servicios ecosistémicos de organismos benéficos, a la vez que aportar valor estético al contexto productivo. El uso de este tipo de estas coberturas vegetales contribuye a aumentar la biodiversidad, reducir la compactación, controlar la erosión eólica e hídrica, mejorar la infiltración, y aumentar las comunidades microbianas del suelo, además de tener un impacto estético para el enoturismo.
Por Laura Sánchez y Sonia Fioretti, de la Cátedra de Espacios Verdes de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo; Emilia Mazzitelli y Bruno Marcucci, del Laboratorio de Fitofarmacia del INTA EEA Mendoza; José Villacide, del Grupo de Ecología de Poblaciones de Insectos del IFAB-INTA Bariloche; y Cecilia Acosta y Carolina Michieli, de la Bodega Argento del Grupo Avinea.
La incorporación de infraestructuras ecológicas, tales como bandas florales, pueden ser estrategias importantes para promover la diversificación del agroecosistema y favorecer los servicios ecosistémicos de organismos benéficos, a la vez de aportar valor estético al contexto productivo. El viñedo, cultivo de gran importancia en Mendoza, se ha manejado históricamente bajo estrategias de remoción de las coberturas vegetales de sus interfilares, con una consecuente reducción de la diversidad y complejidad de las interacciones biológicas.
En este trabajo, se evaluaron diversos atributos de fenología, adaptabilidad, control de malezas, impacto estético y artrópodos asociados a nueve especies herbáceas perennes de flor incorporadas como bandas florales en los interfilares de un viñedo bajo manejo orgánico. En este contexto, considerando además las limitantes del sitio, se seleccionaron especies con aquellos atributos que permitan promover la biodiversidad de organismos benéficos, disminuir la erosión hídrica, tener mayor adaptabilidad y otorgar un valor agregado de impacto estético y escénico. Las especies Achillea filipendulina, Gazania repens, Centranthus ruber y Salvia microphylla fueron las que presentaron las mejores respuestas en relación a los atributos evaluados.
Introducción
En el marco de una agricultura sostenible y considerando el viñedo como un “paisaje multifuncional” (Gudynas, 2001; Silva Pérez, 2010), se estudian diferentes prácticas de manejo en el interfilar que pueden impactar de forma diferencial sobre el agroecosistema y sus servicios ecosistémicos. En este sentido, el uso de coberturas en viñedos, cada vez más difundido, presenta múltiples beneficios como aumentar la biodiversidad, reducir la compactación, controlar erosión eólica e hídrica, mejorar la infiltración, y aumentar las comunidades microbianas del suelo, entre otras (Fruitos et al., 2019).
Uliarte et al. (2019) manifiesta que los paisajes heterogéneos no sólo aumentan la polinización y el control biológico, sino que también generan otros beneficios que se reflejan en controlar el vigor del viñedo, mejorar la calidad de la cosecha y la reducción del polvo en racimos.
En este contexto, se planteó incorporar infraestructuras ecológicas, tales como bandas florales, como estrategias importantes para diversificar el agroecosistema, favorecer los servicios ecosistémicos por organismos benéficos y generar impacto estético en quien lo visita o recorre, agregando un valor escénico o vivencial al paisaje productivo.
Los objetivos planteados fueron los siguientes: diseñar bandas florales en los interfilares con especies que se adapten a las limitantes del sitio y convivan con el manejo del viñedo orgánico, evaluar la respuesta de las especies en el interfilar, registrar el desarrollo de malezas en relación a la especie de cobertura y relevar la diversidad de artrópodos predadores, himenópteros parasitoides y polinizadores asociados a especies florales.
Metodología
•Elección de la locación y sitio: El ensayo se llevó a cabo en una finca de la bodega Argento en el distrito de Agrelo de Luján de Cuyo, Mendoza. La parcela seleccionada está ubicada a los 1.100 msnm, cultivada con la variedad de uva malbec de selección masal sobre portainjerto 3.309. La misma se plantó en el año 2010 a una densidad de plantación de 6.250 plantas/ha, con riego por goteo. Se maneja con poda doble Guyot y presenta sistema de tela antigranizo tipo Grembiule modificado.
•Selección de la especie: La Cátedra de Espacios Verdes seleccionó las especies acorde a las limitantes del sitio (microclima, suelo) y a la convivencia con el viñedo (altura de alambres, radiación solar, estrategias de riego anuales,malla antigranizo, y su manejo en general). Se listaron aquellas herbáceas de aspecto silvestre o natural, con floración llamativa y prolongada, con altura y establecimiento viable para las condiciones del ensayo y con diferentes formas de expresión. Se diseñaron coberturas de flores con homogeneidad de especies en la hilera y heterogeneidad en la parcela del viñedo orgánico. Las especies seleccionadas fueron nueve entre las que se encuentran: Achillea filipendulina, Centranthus ruber, Ceratostigma plumbaginoides, Coreopsis grandiflora, Gazania repens, Salvia microphylla, Salvia gregii, Nepeta racemosa y Bulbine frutescens (Figura 1).
•Preparación de suelo y riego del interfilar: Se planificó y se llevó a cabo la preparación del suelo. Se realizó una zanja en la línea media del interfilar dos semanas antes de la plantación. Se trabajó el suelo entre los 20cm – 30cm de profundidad, agregando materia orgánica (orujo orgánico agotado) para aumentar la retención de humedad. Para el riego, se extendió el sistema de riego por goteo de cada hilera hacia sus interfilares, los cuales se abrían y cerraban manualmente mediante una llave durante el primer año de plantación, según las necesidades de las especies, respetando principalmente las necesidades hídricas del viñedo. Se realizó un riego de implantación profundo 24 horas previas a la plantación.
•Plantación del material vegetal en maceta: Se adquirieron las especies en diferentes viveros del medio, donde se asegurara un manejo orgánico. Se realizó el acopio del material vegetal en finca Agrelo de Bodega Argento, protegido del sol directo y con riegos hasta el momento de su trasplante. Se planificó y ejecutó la plantación según el diseño, colocando las plantas correspondientes en los interfilares de las hileras del viñedo, y a la distancia adecuada según la expresión vegetativa de cada especie entre 50 cm a 100 cm. La plantación se realizó en marzo de 2019.
•Registros: Durante 2019-2020 y 2021-2022 se registró por parte de la Cátedra de Espacios Verdes diferentes variables en relación a la cobertura de suelo (cordón continuo, diámetro y altura), a la fenología, al impacto estético, al desarrollo de malezas, a la resistencia a la erosión, al manejo orgánico del viñedo y a la observación de visitantes florales (especies de artrópodos u otros insectos). Se llevó a cabo un registro fotográfico por especie y su adaptación a las diferentes texturas de suelo.
Por otra parte, durante las temporadas 2020-2021 y 2021-2022 se realizaron aspiraciones florales de las distintas especies de los interfilares, con una frecuencia de un mes. Los artrópodos capturados, específicamente parasitoides himenópteros, depredadores y polinizadores fueron separados e identificados a nivel de morfoespecie. Posteriormente se calculó la riqueza y abundancia de cada uno de estos grupos funcionales. Finalmente, se determinó el índice de Shannon-Weaver considerando cada especie vegetal. Esta actividad estuvo a cargo de técnicos del laboratorio de Fitofarmacia de la EEA Mendoza INTA.
A continuación, el Índice de Shannon-Weaver, el cual se utiliza para medir la biodiversidad específica:
Resultados
Atributos asociados al manejo de la infraestructura ecológica: Todas las especies de la paleta vegetal seleccionada presentaron similar respuesta en su desarrollo, con un tamaño acorde a la altura del primer alambre (60-80cm), resistiendo 3 lluvias torrenciales durante el periodo de ensayo (mayores de 60 mm, medidos en la estación meteorológica de la finca). (Tabla 1).
Se suma el impacto de floración como otro atributo a destacar, producto del largo de floración y lo llamativo de la flor (recomendando un valor igual o superior a 6) como es el caso de Achillea, Gazania, Centranthus, Ceratostigma, Bulbine, Salvia (Tabla 2).
Atracción de artrópodos benéficos asociados a la infraestructura ecológica: En relación a la presencia de artrópodos benéficos en el interfilar de un viñedo orgánico en las nueve especies, los resultados reflejan que cuatro de ellas presentaron índices de biodiversidad (H’) mayor a dos: A. filipendulina G. repens, S. microphylla y C. ruber (figura 2). A. filipendulina presentó la mayor riqueza de parasitoides y polinizadores y la mayor abundancia en los tres grupos funcionales. En C. ruber y N. racemosa no se encontraron polinizadores, mientras que en S. greggii y C. plumbaginoides los parasitoides estuvieron ausentes. Dentro de los parasitoides se pudieron identificar los siguientes géneros Trichogramma, Aphelinoidea (Trichogrammatidae) presentes en C. ruber y A. filipendulina respectivamente, Anagyrus (Encyrtidae) en G. repens, Aprostocetus (Eulophidae) y Aphelinus (Aphelinidae) en A. filipendulina y Xenopolynema (Mymaridae) en G. repens y S. microphylla. Varios de estos géneros se encuentran asociados al control biológico de plagas presentes en las diferentes regiones vitícolas del país.
Conclusiones
Las especies de mayor adaptación cumplieron con los objetivos específicos planteados, por lo que estos resultados aportan información relevante para el diseño de infraestructuras ecológicas que busquen promover, entre otros, los servicios del control biológico y polinización en agroecosistemas típicos de viñedos. El rápido establecimiento de algunas especies permitieron clasificarlas en pioneras o estructurantes, las cuales al controlar el desarrollo de malezas en el primer año, redujo los jornales estimados en el desmalezado. El cultivo de vid en convivencia con las bandas de flores, presentó un equilibrio en su desarrollo vegetativo, reduciendo los jornales de manejo de canopia estimados.
El impacto estético y vivencial de las flores en el interfilar produjo gran atracción en visitantes y público en general. Como parte del programa Matriz Viva de Bodega Argento se generaron códigos QR con información de interés para los visitantes.
Gracias a los resultados positivos obtenidos desde la FCA de la UNCuyo se plantearon nuevos ensayos con especies exóticas resistentes y nativas de nuestra ecorregión, ampliando la paleta vegetal y la biodiversidad en los paños de cultivo. Desde INTA se propuso ampliar el estudio para conocer la dinámica de enemigos naturales de plagas de vid en distintos manejos de interfilares, comparando tres escenarios de cobertura: parcela con flores implantadas, vegetación espontánea y suelo desnudo.
Fuentes: Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA)