Con la intención de llevar con un mensaje de salud, paz y trabajo a los 4 oasis de la provincia, la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM) emplazará en el corriente año 4 imágenes de la Virgen de la Carrodilla, Patrona de los Viñedos. Las murales de cerámica, de 1,60 m de alto por 1 m de ancho, realizados con la técnica de mayólicas, están en proceso de culminación a cargo de la reconocida ceramista mendocina Marta Isabel Moyano.
La obra de la artista plástica Marta Isabel Moyano consta de 4 murales similares, pintados sobre cerámica, y constituyen un homenaje cultural y religioso a la venerada Virgen patrona de los viñateros. Gracias a AVM, la entidad vitivinícola con sede en San Martín que nuclea a productores y trabajadores vitivinícolas, las piezas serán entronizadas en puntos a determinar de los oasis productivos de la provincia: Sur, Valle de Uco, Lavalle y Zona Este.
Marta Moyano cuenta con una trayectoria creativa de 33 años. Es ceramista egresada de la Facultad de Artes de la UNCuyo, con posgrado en la Universidad de Faenza, Italia. Su especialidad son los revestimientos, pero su devoción la ha llevado a transitar la imaginaría religiosa.
«Los hago con mucho respeto. El rostro de un santo o una virgen tiene que sacar, de su creador, una oración o un agradecimiento. Tiene grandes dificultades técnicas, una de las principales, al trabajar en la cerámica, es que no se puede borrar lo ya dibujado», asegura Marta, quien diseña en su taller cada una de las piezas encomendadas por la Asociación de Viñateros de Mendoza.
Debido a la envergadura del proyecto, la artista convocó a un colega para colaborar con la obra: Gabriel Fernández, un especialista en manejar las figuras humanas y quien le está dando ese toque distintivo a cada una de las representaciones. Cabe destacar que cada virgen contará con elementos y símbolos propios del lugar donde será consagrada: San Rafael, Tunuyán, Lavalle y San Martín.
Desde la Asociación de Viñateros de Mendoza señalaron: «Es una alegría muy grande poder llegar con este humilde pero emotivo gesto a cada uno de los oasis productivos. Es una manera, para todos aquellos religiosos, de mantener viva la creencia y tener la posibilidad de proteger los oasis mendocinos de las contigencias climáticas. Y para lo no religiosos, la Virgen de la Carrodila es un elemento cultural de la tradición vendimial, por ende, una forma de mantener el legado patrimonial vivo».
«Defendemos la cultura del trabajo y también defendemos nuestras raíces. Por eso estamos muy emocionados y expectantes de poder entronar a cada una de estas vírgenes en los próximos meses», aseguró Eduardo Córdoba, presidente de la entidad que nuclea a todos los productores vitícolas.
En los próximos días, representantes de AVM mantendrán reuniones con los funcionarios de los municipios interesados en acompañar la acción, con la idea de vivir la entorinización como una fiesta local. La tarea se complementará con una convocatoria a párrocos e iglesias de cada departamento que deseen sumarse a la iniciativa y la invitación al público en general que sienta la necesidad de ser protagonista de esta inédita experiencia religiosa colectiva.
La tradición de la Virgen de la Carrodilla
El origen de la veneración a esta Virgen se remonta al siglo XVII, cuando Antonio Solanilla, un inmigrante aragonés, oriundo de un pueblito español llamado Estadilla, ubicado a los pies de la sierra de la Carrodilla, llegó a la provincia de Mendoza. Cuenta la historia que la Virgen hizo su aparición a dos leñadores que se encontraban trabajando. Después del milagro, los mineros hallaron una veta de metal precioso que les permitió salir de la pobreza e hizo crecer la fe de los habitantes. El nombre de Carrodilla deriva de «carrocilla» o «carro», en referencia a esta tradición.
Cuando Antonio Solanilla se trasladó a Mendoza, llevaba consigo una imagen de la Virgen e hizo construir una capilla junto a la casona donde vivía, en Luján de Cuyo. Siendo Mendoza la tierra del vino, la virgencita con su racimo de uva en la mano se hizo popular enseguida. El 13 de febrero de 1938 se realizó la coronación de la Virgen en una solemne ceremonia y en ese día se conmemora el día de la Patrona de los Viñedos.