A la merma de racimos del 30% en la última cosecha, se suma el drástico freno del 70% impuesto a las exportaciones de bienes y servicios en todo el mundo. Así lo analiza el consultor y periodista agrario Adrián Alonso, cuyo artículo publicado en el Diario de Cuyo de San Juan y en Comex Online reproducimos a continuación. En la nota, empresarios del sector consultados por Alonso cuentan sus experiencias y sugieren estrategias para enfrentar el problema.
Por Adrián Alonso
(Periodista especializado en temas del agro, colaborador de El Diario de Cuyo y Comex Online, de San Juan)
La pandemia económica no es ajena al sector pasero, donde productores y exportadores están atónitos ante la paralización generalizada del comercio mundial.
Los galpones trabajan entre el 20% y el 50% de su capacidad total y, a diferencia de otras campañas, son contadas las operaciones concretadas y sólo alcanzan a cubrir los gastos de mantenimiento. La pandemia de covid-19 generó estragos en Brasil, mercado que demanda del 65% al 80% de las ventas externas de nuestros secaderos.
Lo extraño es que el consumo de pasa y, por ende, el negocio de los importadores brasileños, depende en un 92% de los secaderos sanjuaninos. Según datos de la Cámara de Comercio Exterior local, Brasil importa entre 27.000 y 28.000 toneladas anuales, de las cuales de 25.000 a 26.000 son abastecidas por los parrales de nuestra provincia de San Juan.
Preocupados
El empresario Enzo Manzini, de la cooperativa Ecozonda Ltda., indicó que «comenzamos la cosecha con un 30% menos de volumen, pero luego la pandemia planchó la demanda. Si cada productor el año pasado a esta fecha había podido colocar 5 cargas, este año sólo hicimos 1 o 2 como mucho. Sólo Chile nos ha comprado pasa a granel y entregamos algo al mercado interno, como para sacar los gastos de mantenimiento…» Y agregó Manzini: «Vendemos más por necesidad que por negocio, eso nos lleva a bajar los precios».
«La pandemia y la devaluación de Brasil hace que no tengamos negocios con San Pablo», informó por último el productor y exportador cooperativo.
Pasar el año
La misma realidad destacó el empresario Guillermo Meló, de Agroindustrias Meló, quien indicó que «el sector está bastante complicado; hoy trabajamos como mucho al 50% de nuestra capacidad y sólo cubrimos los costos». Y afirmó: «Para nosotros el lema es ‘pasar el año’. Brasil tracciona el 65% de las ventas que ahora estamos redireccionando a otras naciones latinoamericanas y algo a EEUU». «Brasil es formador de precio en este rubro y si bien el año pasado en esta época vendíamos a U$S 19 o 20 la caja de 10 kilogramos, en esta campaña nos ofertan U$S 14 o menos y por ende deja de ser negocio para nosotros», indicó el productor y exportador finalmente.
Para Francisco Paladini, de Lomas del Sol SA, «la única salida o forma de hacer negocios en esta campaña es apelando a nuevas estrategias. Apuntamos a nichos pequeños, con muchos negocios de menor volumen y de alto valor agregado, es decir, productos certificados… O bien como insumos de otros alimentos, como el mix de cereales entre otros. También apuntamos a reducir costos estructurales».
«La crisis actual del sector es muy delicada y puede generar stock para la próxima campaña. Esto significaría dos campañas perdidas. Por eso, en nuestro caso fuimos reduciendo las ventas a Brasil, las ventas a granel y las de escaso valor agregado; y fraccionamos más del 60% de la producción», contó Paladini.
Precio de referencia
Pero además, si faltaba algo, en función de algunas operaciones a precios muy bajos, la Aduana emitió la Resolución 4710/2020 que dispone precios de referencia para los productos destinados a países del Mercosur. En el caso de la pasa, quedó en U$S 16,50, lo que significaría imposibilitar el acceso al mercado brasileño.
Según explicaron desde la Cámara de Comercio Exterior Antonio Giménez -su presidente- y Roberto Gutiérrez -gerente-, el pasado martes al medio día realizaron una presentación que propone un mecanismo de interconuslta permanente con la Cámara y el Centro de Despachantes de Aduana local, a fin de establecer los valores de referencia más cercanos al mercado, y con una posibilidad de dispersión del 10%.
Según un informe reciente de la Cátedra de Agronegocios, elaborado con información estadística de empresas privadas y el INV, en los primeros 5 meses del corriente año se remitieron al exterior 7.136.917 de kilogramos de pasa de uva por un valor FOB de U$S 10,7 millones .
En volumen, esta cifra significa una merma en las ventas externas del orden del 33,50% respecto de los volúmenes enviados el año pasado y del 40,50% menos respecto de los casi 12.000.000 de kilogramos remitidos a igual período del año 2018, año en que las ventas externas de uvas secadas bajo el noble sol sanjuanino batieron récord. Ya el año pasado había un 10,5% menos de envíos en peso.
En tanto, en valor FOB el comportamiento es un poco más marcado en cuanto al retroceso entre enero y mayo del presente año respecto del 2018 y 2019. Existe una caída en las ventas externas del orden del 45,50% en relación al 2018, según el informe elaborado para Suplemento Verde de Diario de Cuyo. Es decir, es un 5% más acentuada la caída en el valor comercial que en el volumen. 33,5% es la actual reducción respecto de este mismo período del año pasado.
Estos promedios encuentran un alto grado de dispersión en la micro economía de las pymes agroexportadoras locales, cuya dispersión de la parálisis va desde el 88% de su capacidad de trabajo y hasta el 15%.
Mercados
Nuestro país pelea el séptimo lugar entre los exportadores de pasa de uva del mundo junto con China. Antes de ellos se ubican Turquía, EEUU, Irán, Sudáfrica y Uzbequistán.
Cabe destacar que, según el informe de la Cátedra de Agronegocios, el 93% de la uva para secar al sol argentina es producido y comercializado en el exterior por la provincia de San Juan que, tras años de buena competitividad internacional, llegó exportar a casi 50 mercados distintos.
Actualmente, Brasil -por nuestra falta de competitividad internacional- concentra entre el 64% y el 68% de la demanda de pasa sanjuanina, a la que, por su calidad y sabor, los paladares brasileños prefieren a las de otras naciones productoras. Este país adquiere a nuestra provincia el 92% de la pasa que consume. En cifras, este valor significa 26.000 de las 28.000 toneladas totales. EEUU, Colombia y más de 45 naciones conforman el resto de la demanda para nuestros racimos destacados.
El efecto del covid-19
Un dato no menor es el comportamiento de la demanda de Brasil en los meses de pandemia, una realidad que golpeó duro a este socio comercial mayoritario del Mercosur. Por ejemplo, sólo citaremos que en abril del 2018, los importadores brasileños compraron el 50% de nuestras ventas por un volumen superior a 1.800.000 kilogramos y un valor FOB de U$S 3,3 millones. El año pasado, esta nación compró el 60% de nuestra pasa por un peso cercano a los 2.000.000 de kilogramos y precio FOB aproximado de U$S 4 millones. En cambio, este abril pasado, los envíos fueron de apenas unos 800.000 kilogramos; a un valor FOB de U$S 1,3 millones.
Según los datos del INV, ya finalizada la cosecha, se habían destinado a pasa y consumo en fresco unos 43.829.006 kilogramos de uva. Esto es un 50,05% menos de 2019.
Para obtener un kilogramo de uva secada al sol son necesarios aproximadamente 4 kilogramos de uva, conforme al contenido de azúcar en los granos. La presente década será de sequía extrema, y esto puede llegar a regular la oferta de uva para secar al sol. La otra salida para el sector será un Estado presente, comprando pasa para los merenderos y comedores escolares y sociales.