Una reciente investigación de mercado realizado por la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) sobre el consumo de vino, con 16 focus groups y 1.500 encuestas, muestra que el 53% de los vinos que se consumen en el país son tintos; mientras que sólo 20% son blancos y 8% son rosados. También refleja que tanto en el mercado de los jóvenes centennials como el de mujeres de todas las edades, el consumo de vino crece y que sus gustos se inclinan más hacia los blancos y rosados.
La Semana del Torrontés, que comienza en Argentina mañana 12 de octubre, con distintas actividades online, es una oportunidad para redescubrir las virtudes de este varietal autóctono.
A partir del lunes se comienza a transitar en Argentina la Semana del Torrontés, una cepa que «marida» perfectamente con los días primaverales. El estudio de mercado realizado recientemente para la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) por la consultora W, liderada por el especialista Guillermo Olivetto, describe que estos vinos son percibidos como «más amables y frescos, que se consumen no sólo en la mesa, sino también fuera de las comidas. Y en ese sentido, expanden la huella de la categoría al percibirse como una oferta menos rígida, más abierta. Incluso son vinos que se pueden beber más fríos, o con hielo, y en mezclas a gusto del consumidor, como en cócteles”. Esta percepción indicaría que se abre una oportunidad para que este vino sume nuevas ocasiones de consumo, más cercanas al universo de los jóvenes y las mujeres de todas las edades, especialmente.
Blancos y rosados dan batalla al tintocentrismo
En Argentina, el consumo de vinos es predominantemente de vinos tintos. El estudio de mercado antes mencionado y realizado con 16 focus groups y 1.500 encuestas, muestra que 53% vinos que se consumen en el país son tintos; mientras que sólo 20% son blancos y 8% son rosados. Esta tendencia al “tintocentrismo” es en gran medida una limitante a la hora de aumentar las ocasiones de consumo. Pero la buena noticia es que los blancos, rosados y espumantes tienen una oportunidad para crecer. Veamos en qué radica esta puerta que se abre y por la que el torrontés tiene una gran posibilidad de entrada.
Varios datos para mirar en esta tabla: en primer lugar, que las mujeres muestran mayor afinidad a los vinos blancos. La investigación realizada por la Coviar afirma que 61% de las mujeres consultadas beben vino habitualmente, entonces si se considera que las mujeres están ganando protagonismo en el consumo de vinos, hay en esa franja un espacio para explorar. Por otro lado, la tabla expresa también que entre los más jóvenes -los denominados centennials- también hay mayor predisposición y cercanía con los blancos, rosados, frizantes y espumantes.
En el siguiente gráfico se ve claramente cómo la preferencia por el vino tinto se hace más notoria entre los hombres adultos, mientras que los “otros vinos” -blancos, rosados, con burbujas- “linkean” muy bien con el segmento más joven:
Frescos, livianos y descontracturados
¿En qué reside el atractivo de estos vinos para dos segmentos del mercado con tanto potencial como jóvenes y mujeres? El informe mencionado afirma que son vinos percibidos como más “amables y frescos, que se consumen no sólo en la mesa, sino también fuera de las comidas. Y en ese sentido, expanden la huella de la categoría al percibirse como una oferta menos rígida, más abierta. Incluso son vinos que se pueden beber más fríos, o con hielo, y en mezclas a gusto del consumidor, como en cócteles”.
En un mercado que tiene a concentrarse en una propuesta monolítica -los vinos tintos, los consumidores hombres adultos- los vinos blancos vienen a traer una bocanada de aire fresco, capaz de renovar el romance con nuevos consumidores que buscan productos más frescos y dulces. “Como productos, los vinos blancos, rosados y con burbujas le suman al vino frescura y refrescancia, dos atributos sumamente valorados especialmente en las épocas cálidas donde el vino puede y debe estar; son vinos percibidos como más livianos y más versátiles, que se pueden adaptar a situaciones cotidianas, incluso fuera de las comidas; en muchos casos, se los nota más suaves, se aprecia que tengan menor graduación alcohólica”, afirma la investigación.
Infinitas combinaciones
El torrontés, con la generosidad de sus aromas, la dulce explosión de frutas y hierbas en la boca y su textura suave y fresca se adapta perfectamente a escenas veraniegas y descontracturadas. Es ideal para beberlo bien frío o con hielo y tiene una enorme capacidad para potenciar los sabores con los que se encuentra.
La Semana del Torrontés es la mejor excusa para probar exquisitas combinaciones: habrá que animarse a las empanadas salteñas o riojanas con un torrontés de aquellas tierras; y por qué no una completa picada con quesos (que no falte el azul) y frutos secos acompañada a la que el torrontés sumará una nueva dimensión. Y no pueden faltar los postres que también encuentran en esta variedad el compañero ideal. Probar, descubrir, disfrutar… Todo con torrontés.
Agenda de la Semana del Torrontés
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Fuente: Fondo Vitivinícola