Según un informe realizado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la variación mensual del Índice de Precio del Vino (IPV) en junio de 2023 alcanzó el 11,2% en comparación con el pasado mes de mayo. En el acumulado octubre 2022-junio 2023 la variación del IPV fue del 95,1%. Esto significa que, tanto la variación de junio, como la acumulada, exceden las registradas por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) calculado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), de un 6% en junio y un 66,2% acumulado.
El centro de investigación Vinodata, dedicado al mercado del vino argentino y asociado al Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Conicet, tiene como objetivo generar información accesible, útil y de calidad para facilitar la toma de decisiones de productores, hacedores de política y consumidores de vino, así como para todos aquellos interesados en el estudio de este sector en Argentina. Los informes que realizan se enfocan principalmente en cuatro áreas: precios, consumo, producción y mercados globales.
Para generar el informe de precios, el equipo investigador releva mensualmente los precios de lista de los vinos comercializados a través de diversas plataformas online. Los vinos son caracterizados según los siguientes atributos: variedad, composición varietal, provincia y, cuando la información está disponible, región vitivinícola, departamento y localidad. Recientemente publicaron los resultados del informe del Índice de Precios del Vino (IPV) del mes de junio de 2023.
La muestra de vinos utilizada para la estimación del IPV incluyó 4.577 etiquetas que cubren todas las gamas de precios del mercado. Esta muestra se extrae de una base más amplia, que contiene alrededor de 6.600 botellas, considerando sólo aquellas que cumplen con ciertos criterios mínimos de continuidad en la publicación de precios mes a mes, y descartando las observaciones extremas, cuya inclusión podría distorsionar indebidamente los resultados de las estimaciones. En el cuadro 1 se observa la caracterización de dicha muestra por provincia de origen. En los gráficos 1 y 2 se hace lo mismo según gama de precios y tipos de uva.
Del informe resultante se desprende que la variación mensual del IPV en junio de 2023 alcanzó al 11,2% en la comparación con el pasado mes de mayo (cuadro 2). En el acumulado octubre 2022-junio 2023 el IPV acumuló una variación del 95,1%. Tanto la variación de junio, como la acumulada en el período citado exceden las registradas por el Índice de Precios al Consumidor calculado por el INDEC (6% en junio y 66,2% acumulado entre octubre de 2022 y dicho mes). En tanto, si se anualiza el IPV en base a la tasa de crecimiento acumulativa observada desde octubre a junio (8,7%) el incremento anual proyectado alcanzaría al 173%.
Las variaciones mensuales del IPV se asocian con fuertes oscilaciones en la proporción de etiquetas que registran aumentos de precios y la magnitud de dichos aumentos (gráfico 3). Así, en marzo (cuando el IPV registró una suba de 1,8%) el 28% de las botellas de la muestra tuvieron aumentos de precios (promedio 10,8% para las botellas con aumentos).
En tanto, en abril y mayo hubo remarcaciones en el 82% y 66% de las etiquetas respectivamente (con aumentos de precios promedio de 23,4% y 13,8% en abril y mayo), mientras que la suba del IPV de esos meses fue de 21,1 y 10,4%. En junio, cerca del 56% de las botellas relevadas registraron aumentos, que en promedio llegaron al 14,9%.
Evolución del IPV por principales atributos
En junio de 2023 se observan diferencias importantes en la evolución del IPV en los distintos tipos de atributos considerados para clasificar a las etiquetas relevadas.
En cuanto a gamas de precios, las botellas de menos de $10.418 registraron un aumento de 14%, mientras que las etiquetas de entre $1.041 y $1.784 arrojaron un aumento de 12,4%. Las etiquetas de la siguiente gama aumentaron en promedio 9,8%, mientras que las tres gamas de mayores precios registraron variaciones entre 7% y 8% aproximadamente.
Si se anualizan los incrementos por gama de precios (extrapolando las cifras acumuladas de octubre de 2022 a junio de 2023) vemos que el mayor crecimiento del IPV se da en la gama entre $1.784 y $2.676 (177,7%), mientras que las dos más bajas registraron aumentos muy similares (174,4% y 174,8%). Para las tres gamas restantes los aumentos anualizados son inferiores al 170% y en el caso de la más alta (precios mayores a $7.433) llega a 159%. Esto representa una reversión del patrón de aumentos observado hasta marzo, donde los mayores aumentos se observaron en vinos de gamas más altas.
Tanto en junio como en mayo los mayores aumentos se dieron en las botellas de las gamas de precios más bajas. Las etiquetas con precios menores a $1.041 registraron un aumento promedio de 14%, seguidas de las que están en la gama de $1.041 a $1.784 pesos (+12,4%), en los casos restantes los incrementos fueron menores al 10%.
Respecto de la evolución del IPV por variedad de uvas, en junio los vinos blancos subieron un 13,2%, los rosados un 12,1% y los tintos un 10,6%; en el otro extremo, los dulces y espumantes registraron incrementos de apenas 3,3% y 1,1%. En la proyección anual octubre 2022/septiembre 2023 el ranking de aumentos sería liderado por los vinos blancos (191%) y en el último lugar aparecerían los dulces (91%).
Entre las uvas blancas, los mayores aumentos, tanto en junio (13%) como en la proyección anual (207%), se dan en las botellas de Chardonnay. Entre las tintas, el ranking anual es encabezado por los vinos Merlot (206%), seguidos por los Pinot Noir (186%), que fueron los que más aumentaron en junio (24%). Por provincia de origen se observa una gran dispersión en el comportamiento del IPV en el mes de junio.
Respecto a las provincias productoras, los vinos que más aumentaron son los originarios de San Juan (21,1%), seguidos por los de Neuquén (17,3%). En el otro extremo, los vinos rionegrinos observaron un aumento promedio de 0,8%, mientras que los de Salta subieron un 5,1%. Los vinos de esta última provincia son los que exhiben un menor ritmo de aumento de precios en la proyección anual (132%), mientras que los de San Juan y Neuquén están al tope de este ránking (209 y 191% respectivamente) –junto con los del grupo de las aquí llamadas provincias “emergentes” (198%).
Niveles de precios
El volumen y la diversidad de la información disponible permiten considerar diferentes estimaciones para medir el nivel de precios de la muestra. En particular, los investigadores se concentraron en 3 medidas: el precio promedio (o precio de una botella promedio), el precio mediano (o, como nos referiremos de aquí en más a este indicador, el precio de una botella típica) y el precio promedio ponderado por nivel de consumo (o precio de una botella representativa).
El precio promedio se obtiene, como su nombre lo sugiere, tomando el promedio simple de precios a lo largo de toda la muestra. El precio de una botella típica -o precio mediano- se calcula como la mediana de la distribución de precios, es decir, como el precio tal que la mitad de los precios de la muestra quedan por debajo del mismo. Finalmente, el precio de una botella representativa se calcula como un promedio ponderado de los precios, donde los ponderadores representan el peso de cada botella en una canasta de consumo representativa. Dado el gran peso que tienen las etiquetas de gama baja en una canasta de consumo representativo, es de esperar que este último estimador arroje valores significativamente por debajo de los otros.
En el mes de junio, el precio de una botella representativa de vino argentino en el mercado local fue de $1.499. En línea con lo esperado, este valor se encuentra bastante por debajo del precio de una botella típica (o precio mediano) y del precio de una botella promedio, que se ubicaron en $4.290 y $7.351 respectivamente.
La diferencia significativa entre el precio de una botella típica y el de una botella promedio sugiere que la distribución de precios tiene un comportamiento asimétrico, con presencia importante de valores extremos (valores de precios muy elevados) que impactan en mayor medida sobre el precio promedio (pero no tanto sobre el precio de una botella típica o la mediana de precios).
Fuentes: Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet),