El economista, docente, referente en enoturismo y actual parlamentario del Mercosur presentó en público su vino «Paisano», fruto de una pasión compartida con su amigo el enólogo Juan Pablo Michelini. Nuestro padrino Gabriel Fidel nos invitó a probarlo: está buenísimo. Es un malbec equilibrado, elegante y expresivo de los altos viñedos del Valle de Uco.
Por Pedro Straniero
(pstraniero@enolife.com.ar)
De la teoría, la academia, y la política, a la producción. Ese es el camino que Gabriel Fidel ha recorrido desde sus inicios como estudiante destacado de Economía en la UNCuyo a la actualidad, tras haber pasado por todos los cargos públicos que le permitieron ponerse la camiseta de Mendoza y defender los intereses de la provincia en la Nación y en foros internacionales. Hoy, sin dejar de bregar por «una Sudamérica bioceánica sin barreras arancelarias» desde su puesto en el Parlasur, hace una pausa para dedicar energías a materializar un antiguo anhelo: el vino propio.
La etiqueta «Paisano», esa exacta botella en sus manos, sintetiza muy bien la pasión de Fidel por el vino como la más legítima expresión de la economía regional. Desde hace muchos años, cuando era el máximo responsable de Turismo de Mendoza, entrevió que el enoturismo se convertiría en un motor de la economía local. Y le dio impulso desde el gobierno, como ministro de Economía, y luego desde la cátedra y el ensayo, con su libro «Turismo del Vino, la Experiencia Argentina» (Mendoza, Ediunc, 2016, 262 pags.)
«Sin los paisanos no tendríamos las copas llenas»
Pero dejemos que el soñador nos cuente qué soñó y como convirtió el deseo en realidad. “Paisano es un proyecto muy importante para mí y mi familia, después de muchos años de trabajar en la vitivinicultura, en bodegas, en la etapa fundacional del enoturismo, incluyendo la publicación de un libro, desde lo público y también desde la academia», cuenta Fidel. Y vale aclarar que «la academia» se refiere a la cátedra universitaria, de ninguna manera a Racing de Avellaneda ni a Atlético Argentino de San José, ya que el corazón futbolero de Fidel está entregado desde siempre a Independiente Rivadavia, la «Lepra» mendocina.
Años atrás, Fidel adquirió una parcela en The Vines of Mendoza, en Los Chacayes, Vista Flores, Tunuyán, donde fructifican sus viñedos de malbec.
«Con la ayuda de mi querido amigo Juan Pablo Michelini, un joven y talentoso enólogo a quien quiero y admiro -cuenta el productor debutante-, con mis uvas de Los Chacayes de mi parcela de The Vines of Mendoza, y con la elaboración y guarda en Bodega Passionate Wine, de la familia Michelini, ya tenemos nuestro ‘Paisano’ Malbec 2018».
No hay buena viña sino buen viñedo, y su cuidado depende de la mano del hombre, y el hombre que lo hace viven en el campo».
La idea inspiradora, según Gabriel Fidel
El nombre del vino es un homenaje al trabajador de la viña, al productor primario, a quien representa la identidad del vino, al que labora la tierra. «Sin los paisanos no tendríamos nuestras copas llenas», apunta Fidel. Y agrega: «Paisano’ interpreta lo que alguna vez hablamos con Juampi (Juan Pablo Michelini), cuando en una cata de sus vinos le conté cuál es el estilo que más me gusta y él me prometió que me iba a ayudar a cumplir este sueño». «No hay buena viña sino buen viñedo -sentencia Fidel-, y su cuidado depende de la mano del hombre, y el hombre que lo hace vive en el campo».
«De esa idea y de ese terruño salió este vino, con un gran respeto a la identidad de las uvas de Los Chacayes… Yo creo que logramos un vino elegante, sin extremos, sin exuberancia, con una acidez equilibrada…», describe.
Anclado en Mendoza, con reminiscencia europea
Sobre el estilo de su «Paisano», Fidel explica: «A mí me gustan mucho los vinos europeos, los tradicionales, en los que la fruta está presente, que no sean vinos demasiados pesados, que sean fáciles de entender y tomar, elegantes, delicados. Quise hacer un tipo de vino siguiendo esa tradición más europea. No es un vino exagerado ni extravagante, no es un vino pesado, no vas a sentir la madera».
La cosecha se realizó en el momento elegido, ni temprano ni con excesiva madurez, con la intención de que la uva «refleje toda esa rica fruta que debe tener un vino». El autor detalla: «Fue fermentado en pequeñas piletas de cemento, luego llegó la crianza por 18 meses en barricas nuevas de roble francés de 500 litros, que es un tipo de barrica que permite que la fruta esté presente, pero aportando toda la complejidad de la madera y dejando que la uva de Los Chacayes exprese toda su riqueza».
«Es un vino de segunda copa, como dice mi amiga Isabel Mijares… Hice un vino buscando que te den ganas de servirte otra copa», grafica Fidel.
Ficha técnica
Etiqueta: «Paisano»
Variedad: Malbec
Origen: Los Chacayes (IG), Tunuyán
Cosecha: 2018
Grado alcohólico: 14º
Envase: botella Borgoña («sin hombros»), de color
Cantidad de botellas producidas: 2.300
Enólogo: Juan Pablo Michelini
Precio sugerido: $1.250
Punto de venta: Go Bar
El producto y el proyecto
«Hicimos solamente 2.300 botellas -informa el productor-, y en Argentina se va a comercializar sólo a través de Go Bar, con cuyos dueños tengo una relación de hace mucho tiempo, porque ellos distribuyen Piatelli, donde yo trabajé. Ellos van a tener la exclusividad. Yo espero que esté en la carta de la mayoría de los restaurantes de Mendoza… Pero siempre será en poca cantidad, porque es un proyecto acotado a mi acre (0,4 hectárea)».
Y agrega: «Este año se está vendiendo la cosecha 2018, el año que viene sale la 2019, que estamos por embotellar, porque el vino está mucho tiempo en barrica. Y al 2020 le falta, claro».
Le preguntamos a Fidel si piensa escalar hacia producciones mayores o si elaborará otro tipo de vinos, por ejemplo más jóvenes. La respuesta fue: «Por lo pronto, voy a arrancar y veré cómo me va, pero hasta aquí es un proyecto acotado». Y confiesa: «Pero algún día me gustaría tener un vino de consumo más masivo».
Juan Pablo Michelini, el amigo enólogo
Según especifica «Juampi» Michelini -el joven experto que ayudó a Fidel con su proyecto, vigilando la vida del vino desde su nacimiento-, la densidad de plantación en The Vines de donde proviene «Paisano» es de 5.550 plantas por hectárea, «lo que da un marco de plantación bastante alto y denso». La cosecha 2020 fue la octava cosecha de la parcela, por lo que se considera al viñedo como adulto, maduro, «lo que te da rendimientos parejos y homogéneos de una gran calidad», estima Michelini.
Las uvas son de la variedad malbec, de una selección masal, con plantas injertadas sobre pie americano. La plantación tiene 1,80 m de distancia entre hilera e hilera, y 0,8 m entre planta y planta. El rendimiento o carga de ese viñedo es de entre 7.000 a 9.000 kilos por ha, «pero el marco de plantacion tan alto hace que ese valor sea bastante equilibrado para lograr una alta calidad», valora finalmente Michelini.