El winemaker francés, propietario de 3 bodegas en Salta y Mendoza y asesor principal en 23 bodegas en Europa y América recorrió las localidades chubutenses de Dolavon y Gaiman. Conoció las zonas de las bardas patagónicas y la Bodega Bardas al Sur de la familia Barragán. Según sus anfitriones, la visita fue turística y, por ahora, sin intención de realizar inversiones.
Michel Rolland nació en 1947, en Pomerol, Francia, en el seno de una familia viñatera. Su vida entre las vides lo llevó a estudiar enología en la Universidad de Burdeos, donde tuvo como profesores a los famosos enólogos Pascal Ribéreau-Gayon (1930-2011) y Émile Peynaud (1912-2004), quienes ejercieron sobre él una fuerte influencia.
Es conocido en el mundo del vino como el «Fly winemaker» (el enólogo volante) por su característica nómade en busca de diferentes terroirs y asesor enológico en bodegas de 23 países, a los que viaja 3 o 4 veces al año. Llegó a Argentina en 1988 invitado por Arnaldo Etchart a Cafayate, Salta. Allí hizo su primer gran malbec argentino, Yacochuya, a 1.800 metros de altura.
Su historia en Argentina continuó en Mendoza, donde eligió el Valle de Uco, lugar al que define como «un lugar con un mosaico de terroirs que hacen de este lugar uno de los mejores del país para la vitivinicultura». Allí erigió su bodega e impulsó el gran proyecto de vinos Clos de los Siete, para el que convocó un grupo de viticultores franceses con los que construyó un predio de 850 ha a una altitud entre los 1.000 y 1.200 msnm. Las bodegas que lo integran son Monteviejo, Cuvelier Los Andes, DiamAndes y Bodega Rolland, las que destinan el 50% de su producción para elaborar conjuntamente el vino Clos de los Siete y con la mitad restante, cada una elabora los vinos de sus propias marcas.
La Patagonia argentina
La Patagonia argentina posee en su territorio varias Identificaciones Geográficas (IG) muy valoradas en el exterior. Los viñedos y bodegas allí emplazados van desde terroirs en las provincias de La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut y algunos incipientes en Santa Cruz, en el extremo sur argentino.
Con amplio conocimiento previo de zonas aledañas, por haber trabajado en la Bodega de Fin del Mundo de San Patricio del Chañar (Neuquén), el enólogo Michel Rolland visitó desde el 20 de febrero de 2025, por algunos días, la región costera de la provincia de Chubut. Fue invitado por el intendente de la localidad de Dolavon, Dante Bowen (foto principal, junto al visitante), para hacer un recorrido turístico por Dolavon y Gaiman, acompañados por Darío González Maldonado, asesor vitivinícola de la provincia patagónica.
Bowen, anfitrión de Rolland, destacó la importancia de este acontecimiento: «Es un honor recibir a Michel Rolland en nuestra tierra. Su visita confirma que Dolavon tiene un futuro prometedor en el mundo del vino. Estamos comprometidos en desarrollar la vitivinicultura como una nueva fuente de crecimiento para nuestra comunidad«.
«Dolavon es un territorio virgen con un potencial único para la viticultura de clase mundial. Inspirados en su legado global, le proponemos un nuevo desafío: transformar esta región en un ícono enológico», agregó el intendente.
Con suelos aluvionaes bien drenados, una amplitud térmica de hasta 20°C entre el día y la noche, y más de 300 días de sol al año, el clima semiárido y fresco de Dolavon ofrece condiciones inmejorables para una maduración lenta y equilibrada de la vid. Estas características permiten la elaboración de vinos elegantes y complejos en esta prometedora zona vitivinícola.
Con respecto a la visita, González Maldonado contó a Enolife: «Fuimos a ver una plantación de 7 hectáreas de olivos, aledaña al casco urbano del pueblo, donde hay una zona de faldeos muy suave que podría ser una buena locación para plantar viñedos, porque está más resguardada del viento, que en esa zona suele haber mucho. En esos faldeos protegidos hay acceso a los canales de agua y están los caminos vecinales, dándole un marco ideal a una bodega con proyección al enoturismo, allí hay un potencial de 150 has. Después recorrimos unas zonas de bardas, la más alta, que está de la ruta 25 hacia arriba, donde el potencial puede llegar a ser de 800 a 1.000 hectáreas, ideal para desarrollar un polo vitivinícola. Y visitamos la Bodega Bardas al Sur, de la familia Barragán»
«Luego de ver calicatas, mirar los análisis agroclimáticos del lugar -temperatura, frecuencia helada, etc- dijo que es un lugar ideal para la producción de vinos rosados», concluyó González Maldonado
La visita de Rolland representa un hito para la región y abre la puerta a futuras inversiones y desarrollos en el sector vitivinícola. Su experiencia y visión podrían ser clave para consolidar a Dolavon como una nueva zona destacada dentro de la vitivinicultura patagónica.
Para uno de los asesores acompañantes de Rolland, «Chubut tiene un gran potencial en muchos aspectos y sin dudas le hace falta más promoción a nivel nacional para hacer conocer todo lo bueno que tiene».