Un día después de la Fiesta Central de la Vendimia, podemos analizar la escena de la política vitivinícola con un panorama más amplio, enfocando detalles y planteando reflexiones. Este año, a los tradicionales actos de Vía Blanca, Carrusel, Desayuno, Almuerzo, Fiesta Central y Coronación de la nueva Reina se sumó el «Contradesayuno» -en oposición al oficial de la Coviar- de productores y contratistas autoconvocados del Este de Mendoza -respaldados por colegas del Valle de Uco y San Juan-, en protesta por el bajo precio que se paga por la uva.
No es el primer año en que los productores se autoconvocan en la Ruta Nacional 7 durante los días de la Fiesta de la Vendimia en reclamo de mejores precios para la uva… Pero este último año, con una inflación acumulada del 50%, mayor presión tributaria y un bajo precio de la uva, muchos productores alzaron su voz más fuertemente, porque, consideran, existe un «estado de quebranto fruto de la falta de rentabilidad sostenida y el abandono de fincas, lo que genera pobreza y desocupación en los oasis productivos». Así lo declararon en un comunicado divulgado tras la llamativa protesta en San Martín.
La crisis institucional también formó parte de las protestas. Se reclamó «la participación real en la toma de decisiones respecto a la política pública vitivinícola… algo que erróneamente ha venido asumiendo la Corporación Vitivinícola Argentina, creyendo tener un rol gremial que no le corresponde por ley, además de fallar en la consecución de todos los objetivos del plan 2020”.
El comunicado de los productores en «pie de guerra» continúa expresando: “desde nuestra perspectiva de pequeños y medianos productores y elaboradores, reclamamos un rol protagónico en el diseño de futuros lineamientos, para lograr una justa distribución en la cadena vitivinícola. Esperamos que todos estén a la altura de las circunstancias y entendamos que perder hectáreas año tras año, sólo trae pobreza y desocupación a nuestra querida provincia”
“Estamos sometidos a abusos de posición dominante -denuncian en el comunicado-, con abusos en los precios que se pagan y los plazos en los que se hacen dichos pagos y, considerando que el precio que se está pagando al productor está por debajo de los costos de producción, denunciamos que ni siquiera una cosecha escasa como la que se viene dando ha significado un recupero en los precios que nos permita generar al menos una mínima rentabilidad”.
Según Natalia Acre, del grupo de productores independientes de zonas Norte y Este, el precio de la uva se equipara al de 2016, lo que genera abandono de fincas y luego desempleo y pobreza.
Otro de los reclamos tiene que ver con que los productores -argumentan- no tienen dónde colocar la uva, ya que muchos establecimientos tienen su propio viñedo, o no tienen espacio para guardar más uva o sólo demandan un varietal a precio de tinto común.
«El verdadero pueblo productor no está en el Hyatt, está en la ruta»
La colocación de la uva, el pago diferido hasta 9 meses, llevaron a que los productores manifestasen: “Repudiamos a todos y cada uno de los representantes del pueblo que asistan al desayuno de la Corporación, que el único logro que tuvo en 10 años fue la quiebra de los productores vitivinícolas, elevando las economías de 4 o 5 entidades y el bienestar de un puñado que forman el directorio… señor gobernador, señor vicegobernador, señores legisladores y autoridades nacionales, el verdadero pueblo productor vitivinícola, no está en el Hyatt, está en la ruta”.
El comunicado concluye alegando: “Es hora de reparar la democrática institucionalidad de nuestra amada industria y generar instancias de trabajo en donde todos los sectores tengan verdadera voz. Principalmente desde nuestra perspectiva de pequeños y medianos productores y elaboradores, reclamamos un rol protagónico en el diseño de futuros lineamientos , para lograr una justa distribución en la cadena vitivinícola”.