El 10 de octubre pasado, la biorrefinería de Palmira, San Martín, Mendoza -establecida hace 86 años en el lugar con el objetivo de procesar derivados vínicos y otras materias primas para obtener de manera sustentable bioproductos-, presentó ante unos 50 líderes y referentes de la industria y la tecnología de Argentina su renovado proyecto Alianza Upcycling. Se trata de una iniciativa de carácter único en el país, diseñada especialmente para Cuyo, con la finalidad de acelerar la transición en esta región hacia un modelo de economía más circular y regenerativa.
En la actualidad, Dervinsa recibe y refina 200.000 toneladas anuales de subproductos de la industria vitivinícola, provenientes del 80% de las bodegas del país. Mediante tecnologías de avanzada, equipos propios y sistemas desarrollados al efecto, maximiza el valor de la materia prima que procesa, convirtiendo esa biomasa en un total de 12 bioproductos, principalmente ácido tartárico, alcohol y aceite de pepita de uva. Su proyecto Alianza de Upcycling Natural busca integrar ahora a más productores de agroalimentos (tomates, ajos, alfalfa, aceitunas y aceite de oliva) que aporten su biomasa residual, con el objetivo de hacer completamente sustentable a la economía regional, generando valor agregado, mayor rentabilidad e incluso fuentes de trabajo.
En su reciclada sala de reuniones -antes un galpón con enormes tanques de acero para producir destilados- de la planta ubicada en el ya histórico predio entre la estación ferroviaria de Palmira y el río Mendoza, sobre la ruta 50 de San Martín, la Biorrefinería Dervinsa presentó ante una audiencia de 50 destacadas personalidades su renovado proyecto de integración de empresas elaboradoras de alimentos, con el fin de realizar en conjunto una transformación productiva de los recursos biológicos renovables.
Profesionales de industrias agroalimentarias, investigadores, técnicos de compañías privadas y organismos nacionales, intelectuales universitarios, líderes de empresas, funcionarios públicos, jóvenes estudiantes y periodistas escucharon con atención la propuesta enunciada por directivos de la casa, entre ellos el gerente general de Dervinsa, Roland Kosche; el gerente de Asuntos Institucionales, Federico Urigüen y la responsable de Márketing y Negocios, Miriam Rodríguez.
Por su parte, el empresario, consultor y escritor paraguayo Andrés Silva Chaves, especialmente invitado por su cercanía filosófica con los principios que inspiran a la compañía mendocina, habló sobre uno de los pilares sobre los que se funda el recurso humano de Dervinsa: el trabajo en equipo y la evolución del liderazgo al «equipazgo».
Qué es la Alianza Upcycling
A partir de las exposiciones de los directivos de Dervinsa y del intercambio posterior con los asistentes al encuentro, surgieron una serie de preguntas y respuestas que explican claramente la propuesta de la biorrefinería, las que a continuación resumiremos:
¿Qué es la Alianza Upcycling? Es una iniciativa impulsada por actores públicos y privados de la región de Cuyo, que deciden integrar conocimientos, recursos y capacidades, detrás de un propósito compartido.
¿Cuál es el propósito de la Alianza? Acelerar la transición de la región hacia un modelo de economía más circular y regenerativa.
¿En qué contexto surge la Alianza? Nace ante la necesidad y la urgencia de producir respuestas eficaces y sostenibles a los desafíos que plantea la crisis climática. La Alianza expresa y canaliza la voluntad de las empresas y organizaciones del territorio de alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para un desarrollo sostenible.
¿Cómo nace la idea de la Alianza? La Alianza es una idea originalmente planteada por Dervinsa, que ha ido enriqueciéndose y perfeccionándose a través del diálogo con otros actores del ecosistema.
¿Por qué plantea Dervinsa esta Alianza? Porque es un empresa que, a lo largo de sus 86 años de historia, ha logrado consolidar un saber hacer competitivo y sustentable en materia de upcycling de biomasas vínicas. Ese nivel de excelencia es el resultado de una alianza natural con las bodegas. Hoy, existe la posibilidad de extender y poner este saber hacer al servicio de la valorización de otras biomasas residuales de la región, facilitando una experiencia de integración territorial multisectorial, con beneficios ambientales, sociales y económicos para todo Cuyo.
¿Quiénes integran la Alianza? Empresas, productores, organismos científicos y tecnológicos, profesionales independientes, universidades, estudiantes, organizaciones de la sociedad civil.
¿Qué aportan los miembros de la Alianza? Fundamentalmente, biomasas residuales y todo lo necesario para transformarlas en bioproductos de alto valor y/o energía. Ello incluye conocimiento, información, tecnología, equipamiento, instalaciones, financiación y management.
¿Qué destino tienen esos aportes? Potenciar el upcycling de biomasas descartadas, como estrategia de creación de valor ambiental, social y económico de la región. De esa forma, contribuir a la diversificación de la matriz productiva y mejorar el desempeño ambiental y la sustentabilidad de las cadenas agroindustriales del territorio, entre ellas la vitivinicultura.
¿Qué es el Upcycling? Es una práctica específica de la economía circular. Consiste en la transformación productiva de residuos o materias descartadas, para crear nuevos productos, de mayor valor, real o percibido.
¿Por qué el upcycling es la clave de la Alianza? Porque es un saber hacer que permite, por un lado, minimizar los posibles impactos negativos de una mala disposición de biomasas orgánicas descartadas (residuos, contaminación). Y, por otro lado, permite expresar el máximo potencial y el valor integral de esos recursos biológicos descartados.
¿Cómo se obtiene el máximo potencial y valor de los recursos biológicos descartados? Todas las actividades agrícolas y agroindustriales de la región generan descartes o efluentes. Esos efluentes son valiosos recursos biológicos renovables que pueden (y necesitan) ser dispuestos u optimizados. El upcycling propone no enterrar o sepultar el valor que aún conservan esas ricas biomasas, a pesar de haber sido descartadas. Para ello, utiliza creativamente distintas tecnologías y combinaciones de procesos industriales, para activar la riqueza que aún permanece latente en esos recursos biológicos. Esa riqueza se transforma en bioproductos, bioinsumos, biomateriales y energía que dinamizan otras cadenas productivas en todo el mundo, generan empleos, ingresos para las familias y cumplen el propósito de acelerar la transición hacia una economía más circular y regenerativa.
¿Qué es el certificado de creación de valor circular? Es un documento que entregará Dervinsa a las otras partes con las que interactúa, en cada uno de sus procesos productivos. El certificado ofrece evidencias del aporte de valor realizado por esa otra parte y cuenta una historia de colaboración, integración y creación de valor compartido, que produce impactos positivos en materia de desempeño ambiental, sustentabilidad, diversificación económica, desarrollo de bioproductos y proyección de la bioeconomía argentina al mundo.
¿Cómo se accede al certificado? Se podrá descargar directamente de la web de Dervinsa, con un código provisto a tal fin. Dicho código se habilitará, una vez firmado y concretado el acuerdo de trabajo conjunto entre Dervinsa y la otra parte proveedora de biomasas, insumos, conocimientos o servicios.
¿Qué expresa el sello de la Alianza? El sello de la Alianza es un distintivo complementario al certificado de creación de valor circular y expresa exactamente lo mismo. Su propósito es ser exhibido asociado a la marca y/o a los productos de cada portador, evidenciando su compromiso con los fines que persigue la Alianza. El sello incluirá un QR o link que remitirá a una página web, en la que periódicamente se publicarán indicadores de impacto verificables, asociados a la creación de valor de la Alianza.
¿Cuáles son esos “indicadores de impacto”? Están en proceso de definición, pero podrían ser, por ejemplo: GEI evitados; toneladas de dióxido de carbono ancladas; disminución de la huella de carbono; eliminación de puntos de vertido potencialmente contaminantes; toneladas de enmiendas orgánicas destinadas a regeneración de suelos, metros cúbicos de agua reutilizada, becas de investigación otorgadas; cantidad de hectáreas forestadas; biodiversidad protegida, etc.
¿Quiénes pueden exhibir el sello? En un principio, quienes accedan al certificado de creación de valor circular. Es decir, aquellos que interactúan con Dervinsa para viabilizar el upcycling de distintas biomasas residuales.
¿Qué beneficios tiene ser parte de la Alianza? El privilegio de impulsar y protagonizar la transición de nuestra región hacia un nuevo modelo de creación de valor integral o de triple impacto, apalancado en la biología (la sabiduría resiliente del mundo natural), el conocimiento, la colaboración y la integración ecosistémica.
¿Qué valor agrega la Alianza a la región? La posibilidad de posicionar a la región como una gran biorrefinería, una región que desarrolla bioproductos y energía, haciendo «minería» de recursos biológicos renovables descartados.
La misión de Dervinsa: acompañar la labor regenerativa de la naturaleza
Al presentar la propuesta Alianza de Upcycling Natural, el gerente general de Dervinsa, Roland Kosche, explicó cuál es la razón de ser de Dervinsa, sus tareas y procesos industriales, y cómo buscan ampliar su integración con empresas e instituciones de la región con la finalidad de mejorar el medio ambiente y generar el máximo valor posible de los subproductos -la biomasa- que procesan.
«Somos una industria de base biológica; una biorrefinería que utiliza el conocimiento y la tecnología para acompañar la labor regenerativa de la naturaleza –arrancó definiendo Kosche. Y amplió: «Nos especializamos en el ‘upcycling’ de biomasa residual vínica, es decir en la reutilización y la transformación productiva de recursos biológicos renovables, los orujos y borras descartados del proceso de elaboración del vino… Transformamos esos subproductos en algo que tiene un valor superior al que tenía cuando llegó a nuestra planta».
Dervinsa en números y datos
–La biorrefinería de Palmira, San Martín, Mendoza, recibe 200.000 toneladas al año de distintos subproductos de la industria del vino.
–Con esa biomasa fabrican 8.000 toneladas de 12 bioproductos, entre los cuales se destacan el ácido tartárico, el alcohol y el aceite de pepa de uva.
–También elaboran 20.000 toneladas anuales de enmiendas orgánicas: sustratos, compost y diversos nutrientes de suelos.
–Con los residuos finales, generan su propia energía: un 95% de la energía calórica que consume la planta se obtiene usando esa biomasa, lo que implica un ahorro de 7.000 toneladas de emisiones de CO2 al año.
–En el predio de la planta, Dervinsa ha cultivado y protegido el bosque de eucaliptos más grande de Cuyo, de 100 hectáreas, capaz de capturar 1.200 toneladas de CO2, reduciendo 6 veces el impacto de uso de combustibles fósiles.
–Generan 215 millones de calorías al año con biomasas, y el 92% del agua que utilizan se sanean y continúan pendiente abajo para regar ese bosque.
–Tienen una cadena de 900 proveedores, de los cuales 98,5% son locales.
Acerca de la propuesta de la Alianza Upcycling, el CEO de la compañía manifestó: «Queremos hacer la Alianza de Upcycling porque estamos en una de las regiones más ricas del mundo para la industria vitivinícola, y además tenemos un gran potencial en la producción de ajo, tomate, alfalfa, aceite de oliva. En ese contexto, nosotros proponemos hacernos cargo de cualquier subproducto de cualquier agroindustria, para que termine de cerrar esa economía circular… La idea es crear una comunidad, estudiantes, universidades, actores privados, actores estatales, centros de investigación, profesionales independientes, para escribir esta historia de manera conjunta. Entre todos podemos aportar para que esto funcione, no es una cuestión individual, sólo de Dervinsa…».
A la par de su actividad industrial, Dervinsa realiza acciones de integración con la comunidad local, tales como charlas educativas sobre temas ambientales y capacitaciones para estudiantes y profesionales de distintas áreas científicas. También apoya investigaciones y proyectos de upcycling.
Finalmente, Kosche expresó: «Buscamos crear valor ambiental, social y económico, porque detrás de ese desperdicio monumental que hacen las empresas hay un montón de plata que se está perdiendo, y la idea es crear valor a partir de eso… Queremos desarrollar en conjunto un certificado, un sello, una cosa que muestre que estamos haciendo todo esto en conjunto. Nosotros aportamos nuestro know how, que tiene que ver con la parte de logística, producción, tomar estas cosas y crear valor, podemos recoger cualquier cosa que alguien tire que sea orgánico… Ahora estamos empezando con los recortes de poda del municipio de San Martín».
Un desafío: aplicar la Inteligencia Colectiva en beneficio del ambiente
A tu turno, el consultor y escritor paraguayo Andrés Silva Chaves, especialista en desarrollar proyectos que aplican como motor la inteligencia colectiva, invitado para la presentación de la alianza upcycling, contó por qué su adhesión a la propuesta mendocina: «Creo que es ejemplificador la búsqueda que tiene esta empresa de ir pensando más sistémicamente sus acciones en beneficio de la comunidad, lo que exige de un recurso desafiante, que es la inteligencia colectiva, que tiene que ver con mi especialidad».
Con respecto a las acciones propuestas por Dervinsa en beneficio del ambiente, desde su perspectiva Silva Chaves evaluó: «Ninguna de las cuestiones que nos planteamos, que tienen que ver con lo ambiental, con lo social, con lo político, se pueden resolver desde compartimentos estancos, y muchos menos desde organizaciones aisladas, ahí es donde necesitamos aprender a coordinar esfuerzos más allá de nuestros propios ombligos… Y para eso debemos reconocer que el ego corporativo no es suficiente para abordar y resolver esos problemas ambientales».