El maestro de los enólogos mendocinos aporta sus originales y prácticas sugerencias para vivir al máximo la experiencia de beber en compañía, bajo un lema de «fierro»: «El mejor vino se comparte». Quienes seguimos en las redes sociales a este capo de la vitivinicultura conocemos su vocación de comunicar el vino sin vueltas, de manera simple, y de la fuerza que le pone a que la bebida nacional vuelva a la mesa familiar y se tome en todas las ocasiones que celebran la vida.
El decálogo de sugerencias
- Cada dos amigos, un vino diferente (región, varietal, añadas, estilos, precios, etcéterea) para comprender mejor cuál resulta más tomado y comentado. La diversidad de la oferta nos invita a notables aventuras sensoriales.
- Cuidar la temperatura de servicio de acuerdo a la estación del año y el tipo de vino. Con copas adecuadas el placer es mayor.
- Elegir vinos de acuerdo al conocimiento y la experiencia de ellas y ellos. Hay amigos con paladar de caviar y bolsillos de cerveza. Suele ser muy atractiva la degustación a ciegas con botellas cubiertas y numeradas.
- El destape o el descorche debe ser una escena divertida y emocionante. El descorche provoca emociones inolvidables. El cri-cri de la tapa rosca también emociona y podemos volver a cerrar los ricos sabores.
- Con aperitivos y brindis iniciales, vinos livianos, jóvenes, blancos, rosados, claretes, con burbujas, mucha frescura y mucho humor. No olvidar una buena y suave música en el ambiente (saxo y vientos es una combinacion seductora.
- En la comida, vinos de sabor y cuerpo acorde al plato y la “expresión de amor” del cocinero.
- En la sobremesa y en tertulias largas, los más contundentes y conservados. De colección, culto y reflexión.
- Hacer de los vinos sólo acompañantes, no protagonistas. ¡El marco del cuadro de la felicidad, el jolgorio y la diversión compartida, no el cuadro!
- En los buenos vinos con amigos, como con los buenos libros, lo mejor es poco prólogo y mucho epílogo.
- Cuando una botella de buen vino se vacía, se llena de hermosas historias y momentos con los seres más queridos. Elegir un vino para amigos es un solemne acto de hospitalidad.
Los Diez Mandamientos
- Siempre que compres un vino, debes definir la ocasión, dónde, cómo, para qué, con quién lo disfrutas y compartes.
- El vino comienza a deleitar desde que lo elegimos. Su diversidad es apasionante, a veces da miedo (terruños, añadas, estilos, colores, jóvenes, reserva y mucho más).
- Antes de comprar mira bien la botella. Duda de los descuentos exagerados. Cree poco en las contraetiquetas porque a veces venden ilusiones.
- En las vinotecas y supermercados las botellas caras de grandes vinos siempre mueren de pie. Y las botellas blancas, con la luz.
- No siempre el vino más caro es el mejor.
- No hay grandes vinos. Hay grandes momentos con vino.
- El mejor vino siempre te invita a una segunda copa.
- Para disfrutar con placer el vino, no olvides la temperatura de servicio y la copa adecuada.
- Vinos blancos y rosados para platos de tonos pálidos. Vinos tintos para comidas más coloreadas. El gusto personal y la anarquía es la base del deleite.
- Con el vino, nunca sólo ni a solas. Vivir con pasión, beber con inteligencia.












