Desde el 1 de julio de 2019, cuando el Banco Central de la República Argentina puso en vigencia los cheques electrónicos (echeqs) para simplificar y reducir los costos de las operaciones, su utilización como fuente de financiamiento ha ido creciendo en forma paulatina. ¿Cómo pueden acceder las pequeñas y medianas empresas (pymes) a esta posibilidad? En esta nota especial para Enolife, una economista de reconocida trayectoria en Mendoza nos lo explica.
Por Elena Alonso
Licenciada en Economía – Gerenta de NIX Valores S. A.
Las pymes vienen de varios años de estrés financiero y ahora, en estos últimos meses, se suma una presión económica importante por el Covid-19, que hace que los empresarios deban estar atentos y tomar todos los créditos existentes en el mercado financiero y los subsidios del Estado para así poder continuar con sus operaciones y pagar los altos gastos fijos que hoy tienen.
En este contexto, si bien existen líneas de créditos con subsidios del Estado, a muchas pymes no les alcanza el monto que les otorgan, o directamente no pueden acceder a las mismas. Por esto es que siempre recalco la importancia del uso de las herramientas del Mercado de Capitales, que siempre están disponibles y con tasas comparativamente bajas respecto de los bancos, y con mejores condiciones que los créditos subsidiados que ofrece el gobierno actualmente.
Puedo nombrarles varias herramientas, pero las dos más importantes son el Cheque de Pago Diferido y la Factura de Crédito Electrónica.
La opción más conocida y que hoy concentra el mayor volumen de operaciones en el Mercado de Valores es el Cheque de Pago Diferido, y en su versión digital, echeq (Cheque electrónico).
Cuando comenzó la cuarentena con todas las medidas restrictivas, el echeq comenzó a tener más volumen y relevancia. Es importante recalcar que el cheque electrónico tiene la ventaja de que permite 100 endosos frente a los 2 que admite el físico, y que no es necesario el traslado del documento para luego negociarlo.
El mercado que está ofreciendo mejores condiciones es el de los Cheques Avalados (físicos y echeqs), ya que el aval de una Sociedad de Garantía Reciproca (SGR), lo convierte como en un «cheque de primera línea» y lo que compran los inversores es el riesgo de cada SGR, con lo cual la empresa conserva el anonimato.
En el cuadro de abajo se expresan los volúmenes de la semana del 27/4 al 3/5, y las tasas según los plazos de los cheques:
El gráfico nos muestra tasas de descuento promedios desde el 10% al 18% anuales, para plazos desde 30 días a un año, y también que en las últimas dos semanas las condiciones se han mantenido.
Mas allá de las tasas promedios, dependiendo con que SGR trabaje la pyme, es la tasa que puede obtener: con algunas SGR, las dos más grandes, las tasas de descuento han estado entre el 3,5% y 10% anual.
La pregunta que se hacen los empresarios es «¿cómo accede mi Pyme?» a esta herramienta. Aquí mencionaré algunos pasos:
- Tener certificado PYME, que se obitene por la AFIP: https://pymes.afip.gob.ar/estiloAFIP/pymes/ayuda/certificadoPyme.asp
- Obtener una calificación en una Sociedad de Garantia Recíproca. En Mendoza se encuentran Acindar, Cuyo Aval y Garantizar. Desde el agente autorizado podemos acercarlos a las mismas y acelerar los procesos.
- Tener una cuenta comitente en un agente de valores, en Mendoza. En este caso, NIX Valores S.A puede gestionar la apertura en 24 horas, con un formulario y la misma documentación que se presenta en la SGR.
Con estos tres pasos, la pyme ya se encuentra en condiciones de usar la herramienta del cheque avalado, que pueden ser cheques de terceros y propios. Para el caso de que el cheque de terceros sea de primera línea, el tiempo de calificación en la SGR se acorta bastante.
Es fundamental que la pyme deje los tres pasos antes explicados ya listos, y así tendrá siempre estas herramientas dentro de su abanico de opciones financieras. A la vez, cuando empiezan a utilizar la cuenta comitente, se pueden generar operaciones en el mercado muy seguras y conservadoras que optimicen su flujo de fondos y disminuya el costo financiero total.