Los días 18 y 19 de octubre último se realizó en la sede del Gruppo Caviro, Emilia Romagna, Italia, el XI Foro Mundial de Cooperativas Vitivinícolas. El encuentro congregó a los representantes de los principales países productores de vino y de otros que empiezan a desarrollar fuertemente la industria: Italia, España, Francia, Portugal, Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Australia y Bolivia.
El debate principal fue cómo afrontar en conjunto la corriente de pensamiento que acusa al vino de ser nocivo para la salud, equiparándolo a otras bebidas alcohólicas. Las asociaciones coincidieron en que el vino es un alimento saludable, un producto netamente agrícola ya que sólo se hace con uva. Tras estas conclusiones, las entidades eligieron como presidente del Foro para 2023 a la cooperativa argentina La Riojana, de La Rioja.
«El vino ha sido un alimento básico de la dieta mediterránea durante más de 8.000 años. Se elabora a partir de un único ingrediente, la uva, y no a través de una receta como ocurre con la cerveza y los licores. Como tal, no debe equipararse con otras bebidas alcohólicas y no debe demonizarse.» Con estas palabras, Luigi Moio, presidente de la Organización Internacional de la Vid y el Vino dio inicio al XI Foro Mundial de Cooperativas Vitivinícolas, que se llevó a cabo del 18 al 20/10/22 en Emilia Romagna, Italia.
Al respecto, los representantes de las principales bodegas cooperativas de Italia, España, Francia, Uruguay, Chile, Argentina, Portugal y Brasil han decidido unir fuerzas e involucrar en el debate a representantes del mundo científico y político internacional, así como activar acciones de sensibilización de la opinión pública.
Por elección de los participantes, acorde a un sistema de titularidad rotativo, la presidencia del Foro para 2023 quedó encomendada a la cooperativa La Riojana, de la provincia de La Rioja, Argentina.
Entre los disertantes sobre «Vino y Salud», participó el médico Attilio Giacosa, director científico del Departamento de Gastroenterología del Grupo de Salud del Policlínico de Monza, argumentado: «Por los estudios que he hecho a lo largo de mi vida, puedo decir que beber vino con moderación es saludable y te hace vivir más tiempo. El consumo excesivo de alcohol es perjudicial». Y detalló Giacosa que con sus estudios ha analizado el proceso biotecnológico de fermentación, del cual se obtienen nutrientes (antocianinas, polifenoles, procianidinas, resveratrol) importantes para el buen funcionamiento del organismo humano.
La motivación detrás del movimiento político contra el alcohol es el problema del alcoholismo que aqueja particularmente a los países anglosajones. Para combatir el abuso del alcohol en muchos estados, incluida América del Sur, se busca introducir una política de «tolerancia cero» que involucra no sólo a los productores de cerveza y licores, sino también a los productores de vino. «Necesitamos distinguir el vino de otras bebidas alcohólicas a pesar de que obviamente también hay una presencia de alcohol en el vino», dijo al respecto el titular de la OIV, Luigi Moio.
El vino consumido durante las comidas, a pequeños sorbos y de forma responsable y correcta, es saludable y no crea los problemas relacionados con otras bebidas alcohólicas»
Luigio Moio, presidente de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV)
Y agregó Moio: «El vino es un producto de un solo ingrediente, todos los componentes necesarios para producirlo están dentro del racimo de uva, el alcohol se forma naturalmente durante la fermentación y alrededor del 85-86% del contenido del vino es agua. Como bebida alcohólica es única por la forma en que se obtiene y por los fuertes lazos con los territorios en los que nace, las variedades de uva propias de estos territorios, la cultura y tradiciones asociadas a ella. Tanto es así que el vino se está convirtiendo en un fenómeno mundial como modelo de diversidad. Entre otras cosas, el vino consumido durante las comidas, a pequeños sorbos y de forma responsable y correcta, no crea problemas especialmente relacionados con los licores. Además, su grado de acidez, la alta presencia de agua y taninos, ayudan a limpiar la boca dando más sabor a la comida. Sin embargo, el abuso debe distinguirse del consumo responsable. Un concepto que no se puede entender si no se inician procesos de educación para quienes se acercan a la bebida. Para países históricamente productores, como Italia, Francia o España, el consumo suele ser más correcto porque el vino y la viña forman parte de la tradición cultural».
Por su parte, Luca Rigotti, coordinador de la Alianza Vitivinícola de Cooperativas Agroalimentarias manifestó: «El abuso no se combate prohibiendo sino informando. Todo consumo excesivo es nocivo y es necesario invertir en educación respecto al consumo moderado y consciente. Estamos trabajando intensamente y en este frente necesitamos trabajar juntos, para trasladar el concepto del vino como alimento y cuál es la forma correcta de consumirlo».
El modelo de economía circular para el vino es sencillo: se parte del viñedo y se vuelve al viñedo. Con los productos sobrantes, hoy fabricamos el abono para nutrir la tierra donde vuelven a nacer las uvas.
Simon Pietro Felice, director general de Caviro
En el centro de la primera jornada del encuentro italiano hubo otro tema de interés prioritario para el sistema vitivinícola, «La economía circular y el papel de la agricultura para la transición ecológica».
En ésta línea, Simon Pietro Felice, director general de Caviro, la cooperativa italiana anfitriona del Foro, dijo: «Un viñedo produce una masa de producto de la que sólo una parte se convierte en vino; una parte se convierte en orujo y lías (menos del 20%) y recortes de poda. Cuanto más seamos capaces de recuperar productos y energía incluso de los residuos, más seremos capaces de cumplir con nuestra misión. El modelo de economía circular es sencillo, parte del viñedo y vuelve al viñedo. Para nosotros era muy importante cerrar este círculo, lo completamos con un abono que nutre la tierra de la que nacen las uvas».
Al explicar a los invitados internacionales del Foro cómo Caviro inserta sus políticas circulares dentro de un modelo de negocios eficiente, en armonía con la legislación y las necesidades del país, Felice agregó: «Las inversiones en tecnologías y sistemas deben hacerse a tiempo. La dificultad es aceptar inversiones de millones de euros por adelantado. La habilidad es leer las directivas europeas y comprender cómo se pueden implementar en Italia o en los otros territorios donde operamos y anticiparnos a estos problemas, al menos por un par de años. Operamos sobre la base de directrices macropolíticas, que nos llegan de importantes mesas de investigación europeas. Entonces es necesario traducir estas directivas en proyectos, para lo cual son necesarias inversiones y espacios. Evidentemente, mucho depende también del Estado individual, de sus recursos, infraestructuras».
El segundo día del Foro, se constituyó una Mesa de Planificación para establecer las próximas acciones. En particular, se discutieron las relaciones con las organizaciones internacionales, en especial con la OIV pero también la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Foro Mundial de Alimentación (FAO); las dificultades en la adquisición de materias primas para los envases también con miras a crear grupos de compra entre las cooperativas del Foro y el intercambio de buenas prácticas. Pero la prioridad fue para el tema de cómo comunicar la relación entre vino y salud al público consumidor, para así contrarrestar con urgencia las políticas de «criminalización» vigentes.
Fuentes: ravenanotizie.it y Foro de Cooperativas Vitivinícolas