La bodega Los Haroldos, propiedad de la Familia Falasco, con establecimiento en San Martín, Mendoza, logró un importante reconocimiento internacional para su botella de aluminio reciclable y reutilizable del Chacabuco Chenin Dulce Natural. El premio «Best of Category Bottles» le fue otorgado por la International Metal Decorating & Packaging Association (Imdpa), que valora los logros de la industria mundial de la decoración y el envasado de metales. El Chacabuco Chenin en botella de aluminio fue lanzado al mercado en marzo de 2023, sumándose Familia Falasco como pioneros en su categoría a una tendencia de packaging sostenible iniciada en 2019 junto a otras bodegas como Zuccardi y Bianchi, con sus vinos en lata Santa Julia y New Age, respectivamente.
La reciente apuesta por el packaging sustentable para el vino Chacabuco Chenin Dulce, desarrollada por bodega Los Haroldos junto a Trivium Packaging Argentina, fue reconocida en este 2023 con el premio «Best of Category Bottles», que cada año otorga a nivel global la Asociación Imdpa para el sector industrial del packaking con metales.
Según se declara en la web de Imdpa, «la misión del concurso es honrar a las empresas destacadas que han hecho de la calidad excepcional y la coherencia precisa su misión en la búsqueda de la excelencia en la decoración y el envasado, donde se evalúa la calidad de la impresión, el grado de dificultad, el aspecto de los acabados del revestimiento, el registro y la pericia técnica requerida para cada pieza».
Desde la empresa, sus directivos manifestaron orgullo y satisfacción por el galardón que premia su trabajo: «Nos sentimos muy honrados al haber sido reconocidos en el ámbito de la innovación, uno de los pilares de nuestra filosofía empresaria. Somos pioneros en el uso de este envase en Argentina, el cual no sólo comercializamos en el mercado nacional sino también se exporta a nuestros clientes internacionales».
Y agregaron: «Chacabuco en botella de aluminio es una gran inversión que refleja nuestro compromiso con el medio ambiente, ya que los beneficios que tiene el material son muchos, por ejemplo la reutilización de la botella, el hecho de que se enfríe más rápido, que sea fácil de transportar y que constituya una medida justa para tomar un Chenin Dulce bien frío… Además es reciclable, lo cual genera menor impacto en el planeta a corto plazo».
Finalmente, los responsables de Familia Falasco agradecieron a su partner Trivium Argentina, «por su colaboración en este proyecto que marca el inicio de una nueva era de envases más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente».
Tras el lanzamiento de los primeros vinos en lata de Argentina por Santa Julia (Familia Zuccardi) y New Age (Bodegas Bianchi), a fines de 2019, luego se sumaron más marcas, a tal punto que en la actualidad hemos podido detectar 19 etiquetas de 9 empresas diferentes, entre ellas el Grupo Peñaflor, con Dadá; Fecovita, con Dilema; AmBev (Quilmes), con Blasfemia; Viniterra (Grupo Cepas), con Omnium; Bodegas López, con Traful, y Viña Las Perdices, con Chac Chac. Y recientemente, como pioneros en su categoría, llegó el Chacabuco Chenin Dulce Natural en botella de aluminio reciclable.
Medio litro de dulzura con 7% de alcohol
La botella de aluminio del Chacabuco Chenin Dulce Natural tiene tapa a rosca y un contenido de 500 mililitros. El vino tiene igual graduación que en su envase de vidrio: 7%.
La ficha técnica también detalla que el nivel de azúcar es de 70 gramos por litro y su acidez es de 6,80 gramos por litro, con un PH de 3.10. La cosecha es 2022 y la variedad es 100% Chenin Blanc.
De color verdoso pálido con reflejos de acero, presenta sabores tropicales y cítricos, que recuerdan a manzanas verdes, piñas y melocotones blancos.
En boca, al principio tiene un impacto dulce, refrescado de inmediato por una buena acidez. Es un vino ligero y muy aromático.
Es ideal para beber como aperitivo o en compañía de quesos y nueces, mariscos, vieiras o camarones. También para que utilizarlo en cócteles. Se recomienda servirlo a una temperatura de entre 8 y 10°.
En cuanto al diseño de la etiqueta, sigue presente la bicicleta celeste, aunque sólo se ve una parte de ella y cobran relieve las frutas que carga en la canasta delantera y que refuerzan la idea de dulzura.
Una historia sobre ruedas
La Bodega Los Haroldos es propiedad de la Familia Falasco, arraigada a la industria vitivinícola con casi 80 años de trayectoria. En la actualidad, es la tercera generación la que conduce los destinos de un sueño que comenzó en 1939.
En 1939, el fundador de Familia Falasco, don Haroldo Santos Falasco, recorría el pueblo de Chacabuco, en Buenos Aires, repartiendo vino en su bicicleta. Ya soñaba en grande, y la bicicleta le quedó chica. Hoy, 84 años después, sus nietos hacen realidad su sueño.
Con respecto al nombre y al logo de la bicicleta del envase de aluminio del Chacabuco Chenin Dulce Natural, en la web de la empresa cuentan: «Corría el año 1939 cuando Haroldo Santos Falasco comenzó este gran sueño. ‘Don Lolo’, como lo llamaban todos, recorría en su bicicleta las calles de una pequeña ciudad llamada Chacabuco, en Buenos Aires. Haroldo pensó en grande y la bicicleta con la que repartía los vinos le había quedado chica. Año tras año, el sueño de Don Lolo se acercaba a hacerse realidad. Sus hijos y nietos tuvieron una misión: se acercaron a lo que en aquel momento parecía una utopía y continuaron con la tradición de crear vinos de excelencia».
En la actualidad, las nuevas generaciones apuntalan con la misma fuerza de siempre los destinos de aquel sueño que comenzó a finales de la década del ’30. Y poseen tres unidades de negocios bien diferenciadas: Bodega Los Haroldos, Bodega Balbo y Familia Falasco Premium Wines.
Los Haroldos se encuentra en la zona Este de Mendoza, en el departamento de San Martín. En la bodega todavía se conservan dos bicicletas con las que “Don Lolo” hacía el reparto de vino.
La llegada del Chacabuco Chenin en botella de aluminio se suma a los Torrontés, Viognier, Malbec, Sauvignon Blanc y Rosé de la misma etiqueta. Ahora el catálogo, aparte de estar completo como siempre, brilla por su diseño de avanzada y búsqueda de un equilibrio medioambiental.
Fuentes: Familia Falasco, The Wine Time y Vinómanos