Trabajar como ingeniero en esta especialidad tiene sus complicaciones en Argentina, y es por eso que algunos desisten de dedicarse a la profesión, incluso cuando ya se recibieron.
A pesar del rol protagónico de Argentina en materia agropecuaria, se necesitan más ingenieros agrónomos para satisfacer las demandas productivas de cada región. Frente a este escenario, esta carrera se convierte en prioritaria no sólo a la hora de cubrir áreas de vacancia, sino también para asegurar la protección de los recursos naturales, la sustentabilidad de los sistemas agropecuarios, la inocuidad de la producción, y la seguridad y la soberanía alimentarias.
El sector privado y las políticas públicas nacionales y locales desempeñan un papel decisivo y estratégico para estimular el interés de los jóvenes por embarcarse en esta profesión.
Los sistemas productivos cada vez más complejos e innovadores en cuanto al uso de insumos, maquinaria y logística de comercialización, requieren de personas altamente competentes que sean capaces de tomar decisiones, aprovechando oportunidades, minimizando los costos y mejorando la rentabilidad pero con prácticas cada vez más responsables para conservar los recursos naturales.
En Mendoza se demora la aprobación de leyes
Además del requerimiento de profesionales del área, hay algunas otras temáticas mas complejas a resolver. Leyes que no logran cumplirse, colegiaturas no específicas de la profesión, falta de un gremio que los agrupe y discusiones para aprobar nuevas leyes o modernizar las ya existentes.
En diciembre de 2018, en la Cámara de Diputados de Mendoza se comenzó a debatir un proyecto de ley para la creación del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Mendoza, ya que hasta ahora están agrupados en el Colegio de Ingenieros y Geólogos. Y esta colegiación tiene sus inconvenientes, porque la ingeniería civil, la geología y la agronomía no tienen las mismas necesidades, y en ese marco a los profesionales del agro se le hace difícil conseguir los beneficios que requieren.
Ante esta necesidad, integrantes de la comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales (LAC), que preside Jorge Albarracín (UCR), analizaron el proyecto de ley de creación del Colegio de Ingenieros Agrónomos de la Provincia de Mendoza, originalmente impulsado por el diputado Marcelo Aparicio (UC).
Con esta finalidad fueron invitados a la reunión representantes del Centro de Ingenieros Agrónomos de Mendoza, matriculados del Consejo Profesional de Ingenieros y Geólogos (Copig) y de la Federación Argentina de Ingenieros Agrónomos,
Durante el encuentro no se descartó la incorporación al Colegio de profesionales de otras carreras de la Facultad de Ciencias Agrarias y también a ingenieros forestales.
En la presentación de su proyecto, el diputado Aparicio planteó que “se han recibido asociaciones que manifestaron la necesidad de su colegiatura en forma independiente, para así poder tratar la especificidad de su profesión, ya que son más de 1.600 las tareas que puede llevar adelante un ingeniero agrónomo… Este proyecto es muy importante porque tiene que ver con los alimentos, una gran responsabilidad en el sistema alimentario de nuestra población”.
Según la propuesta de Aparicio, el Colegio de Ingenieros Agrónomos de la Provincia de Mendoza tendría, entre otras, las siguientes funciones y atribuciones:
- Realizar el control de la actividad profesional en todas sus modificaciones.
- Ejercer el poder de policía sobre los colegiados.
- Habilitar las Delegaciones Zonales del Colegio, cuando se integren por un número mínimo de profesionales, tal cual lo defina el reglamento del Colegio.
- Proponer las pautas para establecer los aranceles profesionales y asesorar a los poderes públicos en lo relativo a la profesión.
- Asesorar al Poder Ejecutivo o a las reparticiones técnicas por vía consultiva de carácter oficial, en la conducción de problemas de orden técnico y cuando sea recabada su opinión.
- Expedir certificados.
- Colaborar con las autoridades en estudios, informes, proyectos, reglamentaciones y demás necesidades que requieran los poderes públicos en cuestiones referidas a la profesión de la ingeniería agronómica.
- Gozar de los derechos y garantías que hacen a la libertad profesional, inclusive de agremiarse y de asociarse con fines útiles, sin perjudicar ni afectar la organización, funcionamiento y fines del colegio.
- Representar a los colegiados ante las autoridades y entidades públicas y privadas, adoptando las disposiciones necesarias para asegurar el ejercicio de la profesión.
- Velar por el prestigio, independencia y respeto del trabajo profesional, así como defender y mejorar sus condiciones y retribuciones.
- Asesorar, informar, representar y respaldar a los colegiados en la defensa de sus intereses y derechos ante quien corresponda y en relación a toda la problemática de carácter jurídico, legal y económico contable.
Una mayoría de agrónomos, fuera del sistema
El ingeniero agrónomo Martín Betancud, recibido en 2015 en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, es uno de los principales impulsores de la reunión de todos los profesionales en una colegiatura específica. Pese a su juventud, es un profundo conocedor del tema, a punto tal que se desempeña como asesor al respecto del bloque Unidad Ciudana en la Legislatura.
“Hoy contamos con alrededor de 3.000 profesionales -precisa Betancud-, de los que hay muchos que ya no están en actividad, como es el caso de los jubilados o de aquellos que no se están dedicando a la profesión, con lo cual se estima que hay alrededor de 2.500 profesionales activos. De ese total, sólo el 10% está matriculado en el Colegio de Ingenieros y Geólogos de la Provincia de Mendoza, y sólo el 7% paga su matrícula o se reinscribe el año siguiente. Es decir que tenemos un mundo fuera del sistema, ya que el 93 % de profesionales ingenieros agrónomos estaría haciendo lo que podría llamarse un ‘ejercicio ilegal’ de su profesión, porque para que sea legal hay que estar habilitado y esa habilitación la da la matrícula”.
Continúa Betancud: “También se intentó hacer una colegiatura nacional pero no tuvo éxito, ya que casi todas las legislaciones para el desarrollo de la actividad son provinciales… Y Mendoza tiene una ley de agroquímicos que es bastante obsoleta, a la cual también estamos tratando de modificar, ya que no es posible cumplirla sin una matrícula que avale a los profesionales a realizar recetas para la trazabilidad de los agroquímicos… Entonces, se empiezan a desencadenar todas las problemáticas del sector.”
Conocé la ley que regula el uso de agroquímicos:
https://www.manualfitosanitario.com/Legislacion/Mendoza/Ley-5665.pdf
Asimismo, señala el ingeniero que “la intención es jerarquizar la profesión y abordar todas las problemáticas que vienen surgiendo en base a la producción de alimentos, que incluye la perdida de salinidad del suelo, pérdida de rentabilidad y el gran problema que constituye la utilización indiscriminada de agroquímicos. Se requiere de la dimensión de un Colegio para trabajar en la mejoría de estos aspectos de la profesión”.
“Además -amplía Betacund-, la cantidad de ingenieros agrónomos en Mendoza aumentó en los últimos años, y hoy somos una comunidad numerosa, que al pertenecer a un Colegio que tiene tantas profesiones agrupadas, no podemos encauzar las problemáticas particulares… Así, algunas ingenierías terminan predominando sobre otras, porque en este esquema de consejo profesional es difícil contener todas las problemáticas y demandas específicas de nuestra profesión”.
“Hay muchos trabajadores en negro -revela el profesional-; los insumos que utilizamos son muy caros, se nos agrupa en convenios colectivos de trabajo de otros gremios, por ejemplo algún profesional que trabaja en bodega entra en Soeva, que es el Sindicato de los obreros del vino, en general tenemos un montón de problemáticas e irregularidades y entramos en muchos grises por no tener la parte gremial que posibilita un colegio”.
“Por otro lado -agrega- estamos bastante desactualizados en la provincia en el uso de tecnología, capacitaciones, con lo cual las problemáticas laborales aumentan; no tenemos fijaciones de honorarios para el asesoramiento, ni para otras prácticas”.
También destaca Betancud que no son sólo los agrónomos los que enfrentan este problema, sino todos aquellos profesionales involucrados en la producción de alimentos y el cuidado del ecosistema, como bromatólogos, enólogos, expertos forestales, etcétera. Por eso, en la actualidad se realiza una recolección de firmas entre los colegas para la creación del Colegio.
Una Ley de Agroquímicos que precisa renovación
Dentro de este panorama, uno de los temas candentes es la necesidad de precribir recetas agronómicas, por lo cual está en proceso la aprobación de la Ley de Agroquímicos de Mendoza.
A principios del año 2018, el proyecto de Ley de Agroquímicos tenía ya la media sanción de Senadores y esperaba su tratamiento en Diputados.
La misma se centra en la regulación de “uso, fabricación, formulación, fraccionamiento, almacenamiento, transporte, comercialización, exhibición, publicidad, y prescripción de los productos, sustancias o dispositivos destinados directa e indirectamente al uso agrícola, sean de origen natural o de síntesis, nacionales o importados, como asimismo el uso y la eliminación de desechos o residuos y la aplicación de nuevas tecnologías menos contaminantes”.
Los dos puntos principales en los que se enfoca este proyecto son el tratamiento de los envases de agroquímicos y la necesidad de que esas sustancias sean expendidas bajo una receta o una orden de un ingeniero agrónomo, para que se haga un uso controlado.
Humberto Mingorance, secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial de la Provincia de Mendoza, señalaba hace más de un año y medio: “Me reuní con el presidente de la Cámara de Diputados, Néstor Parés, para ajustar los últimos detalles de este proyecto, con la prioridad de que se le dé tratamiento en cuanto se retomen las actividades legislativas en el próximo mes (febrero 2018), teniendo en cuenta la necesidad de que sea aprobado, ya que éste tiene un amplio consenso de todos los sectores.”
Más de un año después, la ley está demorada en Senadores, ya que luego de su aprobación en la Cámara de Diputados se plantearon nuevas modificaciones y volvió en segunda revisión a la Cámara alta. Además, se acumuló un proyecto del diputado Ricardo Mansur (UCR) sobre el mismo tema, adhiriendo en el articulado a la ley nacional 27.279 y su decreto reglamentario, teniendo como base las condiciones y estructuras preexistentes que la provincia ha realizado a través del Iscamen.
Conocé más sobre la ley nacional 27.279: http://extwprlegs1.fao.org/docs/pdf/arg159585.pdf
En este marco, senadores de la comisión de Economía y Comercio Exterior retomaron el tema este año con la visita del ingeniero Raúl Delle Donne, del Consejo Profesional de Ingenieros y Geólogos de Mendoza, para profundizar sobre los alcances de la futura ley.
La comisión es presidida por Ana Sevilla (PJ), quien cuenta en una entrevista con Unidiversidad que “el sector dejó su preocupación por escrito en cuanto a esta situación. Intentamos que se tratara el proyecto, pero desafortunadamente no hubo quorum en la comisión. Sólo estuvo presente el justicialismo, mientras que el resto de los partidos, incluido el oficialismo, decidió no asistir”.
Desde la Cámara alta se pretende una Ley mucho más amplia y nueva, según Sevilla, mientras que en la Cámara baja sólo procuran modificar un artículo (Artículo 13 de la Ley 5665), lo que genera una serie de desencuentros entre un proyecto y el otro.
Conocé la ley 5665: http://www.iscamen.com.ar/wp-content/uploads/2012/08/MENDOZA-Ley-5665.pdf
“Nuestro proyecto tiene todo un abordaje integral mucho más amplio -sostiene Sevilla-; éste se estudió por mucho tiempo, participaron muchas personas, pasó por varias comisiones y el problema es que viene muy simplificado desde el otro lado”.
“Por el momento -advierte la senadora- no veo que pueda salir la ley a corto plazo. Se tendrá que hacer un estudio en profundidad para este expediente, por lo que vislumbro una situación compleja ya que empezarán a surgir intereses cruzados, desde los profesionales que ven que este proyecto no es muy claro, los productores que ven que es una carga más y, sobre todo, que se lleva a una situación en dónde parece más una expresión de deseo que un texto de ley”.
Ante esta dilación en el tratamiento, Unidiversidad consultó al senador por la UCR y vicepresidente de la Comisión de Economía y Comercio Exterior, José Orts, quien explicó: «Hasta el momento se está estudiando el proyecto en profundidad para tratarlo con la mayor de las urgencias”. En cuanto a los plazos demorados para que el proyectó llegue al recinto, el senador señaló: “Por el momento no hay una fecha determinada. Primero se verá si es necesario realizar algún tipo de ampliación y si tiene que volver a Diputados se hará sin ningún problema”.
Se viene la receta agronómica
El reclamo de colegiatura específica para los agrónomos adquiere importancia en el futuro inmediato, ya que el Iscamen, a través de su Resolución Nº 769 comenzará a implementar la «Receta Agronómica» para la compra de productos agroquímicos, y para poder prescribirla, los ingenieros agrónomos deberán contar con matrícula al día del Consejo Profesional de Ingenieros y Geólogos de Mendoza.
La receta agronómica contendrá todas las recomendaciones que son imprescindibles para una correcta utilización y aplicación de los productos fitosanitarios, con el fin de proteger la salud de la población, prevenir y disminuir los riesgos de intoxicaciones de toda persona relacionada con el uso y manejo de dichos productos y evitar la contaminación de alimentos y del medio ambiente.
Los ingenieros agrónomos, mediante una clave electrónica suministrada por Iscamen, deberán descargar e imprimir desde la página web oficial los formularios de las recetas. Sólo quienes figuren en los registros del Colegio Profesional de Ingenieros y Geólogos de Mendoza podrán obtener la clave electrónica en el Iscamen para descargar e imprimir los formularios de las recetas. A diferencia de otras provincias, la descarga desde la oficina virtual es gratuita.
Y el incumplimiento de la presente resolución hará pasible al infractor e las sanciones establecidas en la Ley provincial 5665 y su decreto reglamentario 1469/93 y normas que las complementen o reemplacen.
Desde Enolife, hoy 6 de agosto les decimos a los ingenieros agrónomos en su día:
¡SALUD Y GOOD SHOW!
Un poco de historia sobre la fecha
La historia del por qué se celebra esta fecha ya es conocida por todos los profesionales, pero siempre está bien recordarlo: el 6 de agosto de 1883, en el Instituto Santa Catalina de Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, comenzaron a dictarse por primera vez en la Argentina estudios agrícolas y veterinarios, formales y de nivel superior.
El Instituto Santa Catalina fue creado durante el gobierno bonaerense de Dardo Rocha. Fue el primer Instituto de estudios superiores de veterinaria en el país. En el año 1890 se trasladó a la ciudad de La Plata, pero ya como Facultad de Agronomía y Veterinaria. Por consiguiente, se instituyó la fecha como Día del Ingeniero Agrónomo y Médicas Veterinarias.
Fuentes: Página 12, Unidiversidad y Gobierno de la Provincia de Mendoza