El Fondo para el Desarrollo del Enoturismo (FDE) en la Argentina, una iniciativa financiada por el Ministerio de Economía de la Nación y articulada entre el Ministerio de Turismo y la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), calificó a 102 proyectos de enoturismo en todo el país como beneficiarios de los denominados Aportes No Reembolsables (ANR), los que recibirán unos $2.000.000 cada uno que deberán ser invertidos en infraestructura, bienes y servicios. Según anunciaron desde el gobierno nacional, los desembolsos comenzarán a partir de julio de 2023. Además, aseguraron, hay en proceso de revisión para su aprobación otros 55 proyectos.
El Fondo para el Desarrollo del Enoturismo (FDE) en la Argentina, una iniciativa financiada por el Ministerio de Economía de la Nación, a través del Fondo Fiduciario Nacional de Agroindustria (Fondagro) de la Secretaría de Agricultura, y articulada con el Ministerio de Turismo de la Nación y la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), eligió a los primeros beneficiarios de los Aportes No Reembolsables (ANR) para otorgarles fondos que deberán ser invertirdos en infraestructura, bienes y servicios, para potenciar sus servicios turísticos o abrirse al enoturismo en la Argentina. Son en total 102 proyectos, que recibirán en total $210,9 millones, o sea un promedio $2 millones cada uno.
Las bodegas y productores vitivinícolas beneficiados están en Mendoza, San Juan, Neuquén, La Rioja, Salta, Jujuy, Entre Ríos, La Pampa, Córdoba, Chubut, Tucumán, Río Negro, Córdoba y Catamarca.
El fondo se lanzó con la firma del ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, del secretario de Agricultura de la Nación, Juan José Bahillo, y del presidente de Coviar, Mario González, el 26 de abril de este año, y tiene como objetivo «generar herramientas para el fomento y desarrollo del sector en su conjunto y de los emprendimientos enoturísticos, actuales o por venir, que incentiven con sus acciones y actividades la optimización de recursos humanos, capacitaciones y soportes tecnológicos«, y constituye uno de los ejes Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) en su actualización al 2030.
La convocatoria se dividió entre los proyectos que ya estaban abiertos al turismo, los que tuvieron que presentar iniciativas que impliquen inversiones y mejoras en sus infraestructura y servicios, y los proyectos que no estaban abiertos al turismo pero que sí tenían planes para empezar a ofrecer estos servicios. A los nuevos y futuros establecimientos enoturísticos, ya sean bodegas o fincas, se los capacitó y guió primero en el proceso de armado de un plan de negocios para luego avanzar en proyectos específicos.
En Argentina hay aproximadamente 380 bodegas abiertas al turismo, instaladas en 17 provincias, representando un crecimiento del 90% en 3 años, ya que en 2020 se eran 200 bodegas en 14 provincias.
«Para nosotros -afirmó Pablo Asens, vicepresidente de Coviar- el turismo del vino es muy importante, no sólo porque en los últimos años ha sido protagonista del turismo en Argentina, sino principalmente porque cumple con varios objetivos estratégicos de la vitivinicultura como son la promoción del vino en el mercado interno y externo, además de posibilitar la integración de pequeños productores para que tengan mayor visibilidad y puedan ofrecer sus vinos a quienes visitan las bodegas en las distintas regiones del país».