En el contexto actual de escasez de agua en Mendoza, no derrochar el vital líquido en el agro es fundamental. Presentamos una serie de útiles recomendaciones técnicas que brinda el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, donde se detallan acciones para mantener y evaluar los equipos de riego por goteo.
Para el INTA, el éxito de un equipo de riego comienza con un buen diseño agronómico e hidráulico. Por eso, a continuación se reproducen las recomendaciones para lograr este objetivo:
Elementos de medida y control: Alimentación: Si el motor es eléctrico, es ideal contar con un amperímetro que mida el consumo de corriente. Un aumento del consumo podría indicar que la bomba y motor están trabajando exigidos.
Elementos de protección: Válvulas de sobrepresión, válvulas de purga, sensores de flujo.
Mantenimiento: El programa de mantenimiento debe considerar todos los componentes: bombas, filtros, válvulas, cañerías, emisores.
Importante: Es necesario conocer los valores de funcionamiento en condiciones normales (volumen por tiempo, presiones, consumo eléctrico) del equipo para poder diagnosticar posibles futuros problemas. Se debe registrar con el equipo recién instalado y comparar con el diseño propuesto.
Antes de la temporada de riego: Revisar rodamientos y sello mecánico de las bombas. Observar si existe desgaste de la turbina. También se deben revisar el estado interno de los filtros (mallas, anillas o arenas) para ver su conservación. En cuanto a los medidores de flujo, válvulas y reguladores de presión es importante realizar una inspección visual, controlar su buen funcionamiento, desarmar y limpiar las válvulas. Para los controladores y sensores se debe verificar que las conexiones eléctricas estén limpias y apretadas y que no existan fugas en comandos hidráulicos (agua) o neumáticos (aire).
Durante la temporada de riego: Se debe comprobar el correcto funcionamiento del equipo, midiendo las presiones en los distintos puntos del sistemas que tienen que ser las que figuran en el plano de diseño. Además, es fundamental controlar los caudales entregados por los goteros.
Cuando el equipo se pone en funcionamiento por primera vez hay que comparar los valores obtenidos con los tomados, realizándolo al menos dos veces en la temporada o cuando se observe algún problema puntual.
Si sobre un gotero actúa una presión mayor que la predeterminada, erogará un mayor caudal, y esto desperdicia agua y fertilizantes; y si la presión que actúa es menor, el caudal también lo será y la planta dispondrá de menos agua.
Esta falta de uniformidad en los caudales puede resultar en un cultivo poco uniforme. Para determinar el caudal que eroga un gotero, se puede utilizar un recipiente graduado y recolectar el líquido por un tiempo de 2 minutos, por ejemplo.
Para tomar la presión se utilizará un manómetro portátil, que permite medir la presión al final de un lateral y en distintos puntos de la red de conducción.
Se deben evaluar al menos 4 mangueras en la unidad de riego: la 1º línea, la ubicada a 1/3 desde el origen, la ubicada a 2/3 y la última de la unidad. En cada una de ellas se medirán cuatro goteros, con el mismo criterio de elección que el de las mangueras.
Para calcular el Coeficiente de Uniformidad (CU) hay que calcular el promedio de caudal de los 4 emisores más perjudicados y el promedio general de todos los emisores medidos según:
El desempeño de un equipo sería:
Principales problemas y su tratamiento
Controles básicos del sistema de bomba: Comprobar su correcto funcionamiento, medir la presión entregada y controlar el consumo energético de la misma.
Filtros: La mayoría de los filtros generan una pérdida de presión debido a su funcionamiento. Esto debe controlarse tomando las presiones antes y después del sistema de filtrado y en caso de que la diferencia de presión sea mayor a 3 m.c.a. (0,3 Kg/cm2 ) se debe realizar la limpieza de los mismos. El filtrado es considerado el “corazón” del sistema de riego y muchos errores son cometidos por incorrecto diseño, mala elección del filtro o pobre mantenimiento.
Contador volumétrico o “caudalímetro”: Verificar los volúmenes de agua regados en cada operación y compararlos con los establecidos en el diseño y funcionamiento normal del equipo.
Obturaciones de emisores: Pueden deberse a distintas causas tales como partículas pequeñas que no son retenidas por los filtros, partículas formadas dentro del sistema de riego (precipitaciones de carbonatos u otras sales) y/o crecimiento de algunas bacterias.
Taponamiento por algas y/o bacterias: En los reservorios de agua a cielo abierto pueden crecer algas, estas algas pueden taponar filtros o los restos de algas muertas pasar el filtrado principal. Esto constituye una fuente de alimento para bacterias que pueden crecer sin luz dentro de las cañerías y forman masas gelatinosas (mucílago) que también taponan los goteros.
Taponamiento por sales: Naturalmente, el agua de riego contiene sales disueltas; esas sales pueden precipitar por evaporación u otras reacciones formando escamas que pueden tapar los goteros. Así también, el agregado de fertilizantes y su mezcla con el agua de riego puede producir precipitaciones no deseadas.
Taponamiento físico: Es posible que el agua de riego contenga partículas de tamaño pequeño que pasan el sistema de filtrado depositándose en las cañerías y formando agregados de mayor tamaño. Así también algunas perforaciones transportan partículas de limo e incluso arenas que pueden no ser retenidas en los filtros.
Formas de tratar el problema de las obturaciones
De manera preventiva: Mejorando las condiciones de filtrado y/o tratamiento del agua (por ejemplo, la eliminación de algas de un reservorio con la aplicación de sulfato de cobre o la siembra de peces herbívoros). Incluir un filtro de seguridad detrás del punto de inyección de fertilizantes. Durante la fertilización, en la última parte del riego suspender la inyección de fertilizante y regar sólo con agua. Con esto se evita que quede agua con abono evaporándose desde los goteros hasta el siguiente riego. Antes de aplicar un abono, realizar una prueba en blanco del fertilizante mezclando en una botella con agua de la red de riego y observar si se forman precipitados o se enturbia.
De manera correctiva: Limpieza de tuberías y mangueras. La limpieza de la tubería principal se realiza cerrando las válvulas de las tuberías secundarias y dejando salir el agua por el extremo abierto, hasta que salga limpia. El mismo procedimiento se repetirá con las tuberías secundarías, terciarías y laterales. Para que la presión de limpieza en los laterales sea elevada, se abrirán pocos laterales al mismo tiempo.
Según la calidad del agua utilizada: Será la frecuencia de limpieza necesaria, en caso de aguas relativamente limpias realizarlo una o dos veces en la temporada, si el agua es de mala calidad es necesario limpiarlo todas las semanas. Siempre realizar este procedimiento después de la reparación de cualquier rotura.
Lavado a presión “Flushing”: En los sistemas preparados para esto, realizar lavados con agua a mayores presiones (30 a 40 mca) de la de funcionamiento para destapar y arrastrar posibles taponamientos.
Lavado con cloro: Es para el tratamiento de las obturaciones por algas y/bacterias. Para el lavado con cloro existen tres alternativas:
Inyecciones continuas a bajas concentraciones: En el punto más alejado del sistema, el agua debe salir con 2-3 ppm de cloro libre al menos 45 minutos. Si el tiempo es menor no hay seguridad de su efecto. Para lograr esta concentración aproximadamente se debería inyectar 3 a 10 ppm de cloro en el sistema. Sin embargo, y dado las distintas características del agua de riego y de los productos comerciales, es necesario ensayar las cantidades a utilizar en cada propiedad.
Inyecciones intermitentes a mayores concentraciones: Si las aplicaciones de cloro se hacen pocas veces en la temporada, y se pretende limpiar el sistema se deben utilizar concentraciones de 15-50 ppm en la inyección y lograr 4-5 ppm en el final de manguera. También debe dejarse un tiempo de acción de al menos 45 min.
Recuperación de emisores obturados: Cuando los goteros presentan un alto grado de obturación por microorganismos es necesario hacer aplicaciones de cloro a mayores concentraciones (250-500 ppm) y dejarlas actuar por un periodo de al menos 12 horas.
Lavado con ácido para tratar las obturaciones por sales: Al igual que para el lavado con cloro, existen distintas formas de tratar las obturaciones por sales.
Tratamientos preventivos: Se logra acidificando levemente el agua (lograr pH de 7,5 o menores) en cada riego. El ácido debe aplicarse al final del riego.
Tratamientos de limpieza: Se realiza la inyección de ácidos para lograr acidificar el agua a un pH de 2 o 3, se inyecta a la red asegurándonos que llegue esa agua tratada hasta el punto más alejado del sistema, se deja reposar al menos 1 hora y luego se procede a la limpieza de cañerías y mangueras.
Posterior a cada tratamiento de lavado (con cloro o con ácido) debe hacerse la limpieza de tuberías y mangueras (como se describió anteriormente) para permitir la salida de los restos de sales y/o materia orgánica desprendida de las cañerías y mangueras.
Calidad del agua
El primer análisis que se le hace al agua cuando llega al laboratorio, es la determinación del pH y la conductividad eléctrica (CE). Luego se determinan las sales que la constituyen.
Es importante conocer estos parámetros ya que, si utilizamos aguas de muy mala calidad, podremos ocasionar el taponamiento de los goteros.
“Un equipo de riego por goteo mal mantenido puede regar peor que cualquier riego por superficie medianamente sistematizado”.
Consideraciones generales
Como anexo se agrega la tabla 2, con datos sobre las dosis de ácidos más utilizados en la corrección de pH, en función de los resultados del análisis de agua.
Es muy importante manejar un rango de pH entre 6 – 6,5 para evitar precipitados de carbonatos. Además, es un muy buen nivel para optimizar los tratamientos con fertilizantes.
El riego y las buenas prácticas agrícolas
Es importante tener en cuenta lo que establece esta norma en cuanto al riego, más aún dado que en breve el productor tendrá la obligación de avanzar en su certificación. En este sentido, como recomendaciones generales se destaca:
- Llevar un registro del uso de agua, y registrar como mínimo fecha y volumen utilizado.
- Evitar todo tipo de contaminación con sustancias químicas de canales o cauces de riego.
- Estimar las necesidades de agua de los cultivos a fin de evitar excesos o deficiencias.
- Elegir técnicas de riego que minimicen pérdidas de agua y posibilidades de erosión.
- Analizar el agua de riego para determinar peligros potenciales.
- El agua para uso agrícola debe estar libre de contaminaciones fecales humanas y/o de animales, de sustancias peligrosas como metales pesados, arsénicos, cianuros y de microorganismos como bacterias coliformes, parásitos, etc. Por este motivo se debe analizar el agua y detectar las potenciales fuentes de contaminación.
- El productor debe registrar las actividades de limpieza de canales, equipos y pozos.
- Registrar las actividades correctivas
- Es necesario caracterizar el suelo para determinar los parámetros de riego
Fuente: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria