La Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi) emitió a principios de octubre último un comunicado en el que alerta a los productores vitivinícolas de Mendoza sobre las complicaciones que traerá el aumento previsto de las tarifas de riego agrícola durante la presente temporada 2022-2023, suba que podría superar el 134% si el Estado nacional suspende totalmente los subsidios actuales. A la vez, propone una serie de medidas para atenuar el impacto del problema, tal como la creación de parques fotovoltaicos para generar más energía solar, mayor control estatal y privado de la eficiencia hídrica y energética, y la aplicación de una tarifa nacional diferencial reducida para las provincias de Mendoza y La Rioja. A continuación, transcribimos el comunicado completo, elaborado en base al análisis del Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA), al que acompañan apreciaciones del gerente de Acovi, Nicolás Vicchi.
«Mendoza vive una de las crisis hídricas más importante de las últimas décadas. Según el Departamento General de Irrigación, las cuencas de los ríos Atuel, Diamante y Malargüe atraviesan una sequía hidrológica severa; la cuenca del río Mendoza está pasando por una sequía hidrológica moderada y la cuenca del río Tunuyán presenta una sequía hidrológica extrema. A estos panoramas se le agrega la baja disponibilidad hídrica para el riego agrícola por la priorización del consumo residencial, la falta de oferta, inversiones e ineficiencia en la distribución; y como si esto fuera poco, el consumo de energía para pozo de riego se incrementa.
«El productor vitícola enfrentará una campaña de regadío que viene con la advertencia de Irrigación como una de las más duras de la historia. Esto incrementa el uso de energía para pozo con el objeto de cubrir los requerimientos de riego. La próxima temporada enfrenta a los productores en una situación crítica. Es necesario una acción urgente para suspender la aplicación de la quita del subsidio nacional a un sector en emergencia hídrica por la sequía.
«Nicolás Vicchi, gerente de Acovi, comentó: ‘Es fundamental contar con la disponibilidad del recurso suficiente para garantizar la producción en la próxima temporada de cosecha, sumando la necesidad de realizar un combate contra el riesgo de heladas. La situación de sequía declarada por el propio gobierno va a poner al productor de cara a una de los peores ciclos de riego agrícola’.
«El impacto de la reducción del subsidio energético nacional, que en un primer momento era residencial pero que intempestivamente se aplicó al sector productivo, se suma a los ajustes y actualización semestral del Valor Agregado de Distribución (VAD) provincial. Según los cálculos del Observatorio Vitivinícola Argentino de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), el ciclo de riego agrícola 2022/2023 tendrá un impacto del 134% de aumento, y si la quita de subsidios se acelera según lo previsto puede llegar a duplicar los costos.
«La recuperación del precio del vino se ve frenada por los incrementos de costos en la producción que restan competitividad a un sector agroexportador con gran efecto multiplicador en la generación de valor agregado y empleo; ahora adicionalmente se le suma el impacto energético. Además, el productor se ve imposibilitado en trasladar los aumentos de costos que va sufriendo.
«Desde Acovi se viene insistiendo, como defensor del usuario de riego agrícola ante las audiencias del Ente Provincial Regulador Eléctrico (EPRE), con una serie de propuestas:
- Articular políticas públicas abordando de forma conjunta la eficiencia hídrica y energética.
- Potenciar líneas disponibles y desarrollar estudios técnicos de factibilidad entre EMESA y EPRE (parques fotovoltaicos) para potenciar inversiones en economías de escala con las inspecciones de cauce y usuarios de riego agrícola.
- Inversión Pública en construcción de reservorios de agua. Cambio de paradigma: pasar de un sistema de riego «de oferta» a «demanda» con la posibilidad de reforzar la dotación mediante el uso de perforaciones en cabecera de hijuela a cargo de las inspecciones de cauce.
- Incrementar el presupuesto al subsidio de riego agrícola en función de los aumentos tarifarios, teniendo en cuenta la mayor demanda que será necesaria por la sequía.
- Modificar los tiempos de actualización del VAD para que no impacte en los momentos de más demanda en riego agrícola y también en el período de elaboración.
- Eliminación del alumbrado público para el sector productivo por doble imposición al pagarlo también como usuario residencial.
- Fuerte campaña de difusión del sistema de estabilización de la factura eléctrica por consumo estacional para riego agrícola y elaboración.
- Reactivar un proyecto de ley nacional que se presentó en el Congreso durante 2016 que busca lograr una tarifa diferencial nacional al riego agrícola de las provincias de La Rioja y Mendoza.
«La economía nacional enfrenta un panorama macroeconómico complejo con tasas de interés en crecimiento, inflación descontrolada y crisis en la balanza de pagos. Respecto a esto, Vicchi analizó: ‘No se puede tomar como razonable una política de ajuste en el costo energético que impacte en un sector productivo que viene golpeado por una crisis hídrica. En uno de los peores años climatológicos e hidrológicos el aplicar aumentos desproporcionados no hacen más que frenar la recuperación de la producción y empleo del sector agroindustrial vitivinícola” además, agregó “Es una industria que trae dólares que son tan escasos en el país, con exportación de un valor agregado más que importante. La generación y multiplicación de empleo supera el de muchas actividades medidas en la matriz insumo producto sumado al arraigo y desarrollo local’.»