El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) comenzó, a partir de este 2022, a relevar datos del ingreso de uva orgánica a los establecimientos elaboradores de vino y mosto en Argentina. Según las cifras obtenidas, 142 establecimientos recibieron uva orgánica por un total de 706.171 quintales. Mendoza captó el 60,9% de ese total, La Rioja 18,6% y San Juan 17,9%. Por otro lado, se conoció que en 2021 las exportaciones de los diferentes productos vitícolas elaborados de forma orgánica aumentaron respecto del 2020, +146% para mosto, +6,4% para el vino y +40,8% las pasas. Y los principales destinos fueron los mercados de EEUU, Dinamarca, Suecia, Gran Bretaña y Alemania, en ese orden.
Según la legislación vigente en Argentina, se entiende por producto «orgánico«, a «todo sistema de producción sustentable en el tiempo, que mediante el manejo racional de los recursos naturales, sin la utilización de productos de síntesis química, brinde alimentos sanos y abundantes, mantenga o incremente la fertilidad del suelo y la diversidad biológica y que asimismo, permita la identificación clara por parte de los consumidores, de las características señaladas a través de un sistema de certificación que las garantice» (Resolución 423/1992 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Alimentaria, Senasa).
Actualmente, Argentina posee 96.476 ha cosechadas bajo certificación orgánica, de las cuales el 9,6% corresponde a vid (Senasa, 2021). En 2021, se cosecharon 9.300 has de vid certificada como orgánica, lo cual representa el 4,4% del total cultivado en el país.
La superficie cosechada de vid orgánica en 2021 aumentó un 76% respecto a 2012 y 27% respecto al año anterior, y, si bien la producción de uva orgánica es aún baja en comparación con los países más importantes en la materia, el promedio anual de crecimiento es alto, situándose en el 38% (2018-2021). Cabe mencionar que Francia, uno de los países que más crece en este tipo de cultivo orgánico tuvo un crecimiento del 23% en 2019, según detalla la revista especializada Organic-market.info – Online Magazine for Organic Trade.
Al respecto, el presidente del INV, Martín Hinojosa explicó que «durante esta pandemia se generó una mayor conciencia por el cuidado del planeta y una alimentación más saludable y con ello la demanda de vinos orgánicos ha aumentado de manera considerable, acelerando una tendencia que ya se veía en los distintos mercados. Por otro lado la búsqueda de nuevos horizontes de comercialización, nuevos mercados y productos innovadores y diferenciales hace que las ventas de estos productos sigan en crecimiento en valor y volumen».
Datos de la vitivinicultura orgánica en Argentina
Este año, el INV relevó los datos del ingreso de uva orgánica a los establecimientos elaboradores de vino y mosto en Argentina. La información sobre esos volúmenes se obtuvieron de las declaraciones en el Certificado de Ingreso de Uva (CIU).
Lograr una buena producción de uvas orgánicas con rendimientos comparables con los cultivos convencionales es el próximo objetivo a cumplir».
Martín Hinojosa, Presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura
En 2022, 142 establecimientos ingresaron uva orgánica por un total de 706.171 quintales. Mendoza recibió el 60,9% de ese total, La Rioja es la segunda en importancia con 18,6% y San Juan en tercer lugar con 17,9%.
El mayor volumen de uva orgánica ingresado a establecimientos corresponde a Malbec (30,1%) seguida por Cereza (14,7%). Luego siguen tres variedades blancas: Torrontés Riojano (9,5%), Chardonnay (5,5%) y Pedro Giménez (5%). La importancia en la demanda de jugos orgánicos determina que variedades como Cereza, Pedro Giménez y Criolla Grande estén también presentes en el top 10 de variedades de uva orgánica ingresadas a elaboración.
Según explicó Hinojosa, «lograr una buena producción de uvas orgánicas con rendimientos comparables con los cultivos convencionales es el próximo objetivo a cumplir. Elegir las variedades, suelos y abonos adecuados hará que los costos sean iguales o más bajos inclusive que el resto de los cultivos».
Mercado externo
El vino es el segundo producto orgánico exportado de origen vegetal, luego del azúcar de caña en Argentina. En 2021, se exportaron 11,1 millones de litros de vino orgánico, 2,4 millones de litros de mosto concentrado orgánico y 887 toneladas de pasas de uva orgánica.
De 2020 a 2021, las exportaciones de mosto orgánico aumentaron un 146%, las de vino orgánico un 6,4% y las de pasas un 40,8%. El mayor volumen exportado se destinó a Estados Unidos, de la mano del mosto concentrado. Le siguen Dinamarca, Suecia, Reino Unido y Alemania, los cuales importaron principalmente vino orgánico. Las pasas de uva se destinaron a Alemania, Países Bajos, Estados Unidos y Austria entre otros.
«La demanda existe y no para de crecer, los productos orgánicos no son el futuro, son el presente», reflexionó Hinojosa.
Panorama mundial de la vitivinicultura orgánica
Según datos de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV), la producción orgánica mundial de vid va en aumento en el orden del 13% por año (2015-2019). En 2019, el mundo contaba con 454.000 hectáreas de viñedos orgánicos, por lo que se estima que en 2021, de continuar con esta tendencia de crecimiento, se han superado las 570.000 ha, lo cual representa el 7,8% del total de la superficie mundial de vid.
Los países que lideran este tipo de agricultura son España, Francia e Italia, que concentran el 75% de la producción orgánica mundial de uvas. Los 10 primeros países concentran el 91% del total.
Una encuesta de Ipsos indica que el 33% de los alemanes e ingleses han declarado haber probado vinos orgánicos, mientras que los franceses llegan al 54%.
Siguen en el ránking de países, Estados Unidos, Turquía y China. Argentina se ubica en el puesto número 10 siendo el único país de Sudamérica en el top 10 de países productores de este tipo de uva (OIV, 2019).
Francia lidera el mercado mundial de vino orgánico, superando el último año a España en producción de vino, aunque el país ibérico sigue siendo el primero en superficie cultivada. El 17% de la superficie de vid de Francia se encuentra certificada como orgánica, creciendo la producción de vino orgánico un 22% en 2020. Este tipo de vino se destina principalmente al consumo interno. El objetivo de la Unión Europea es alcanzar el 25% de las tierras agrícolas con agricultura orgánica para el año 2030, según se declara en el denominado «Pacto Verde».
Fuentes: INV, Senasa y OIV