Con un innovador proyecto público-privado, apoyado por la Municipalidad de Caleta Olivia y conducido por el ingeniero agrónomo sanjuanino Darío González Maldonado, la ciudad santacruceña se anota en la carrera por tener los viñedos y la producción de vino más australes del mundo. En este puerto de 76.000 habitantes, ubicado en los 46°, 26 m 40 s de latitud sur, se capacita a vecinos con pequeños terrenos para que puedan plantar vides y producir uvas para vinificación, que luego podrán ser elaboradas en forma cooperativa en una bodega que construiría la comuna. La idea es diversificar la actividad productiva en la región y sumar el enoturismo a los atractivos turísticos del mar.
El proyecto concreto es cultivar miniviñedos de 200 plantas en predios de 350 m2, que sirvan como modelo de ensayo para experimentación. Y en 3 años comenzar con las microvinificaciones. También se incluye la construcción de una bodega para 2022, en la que se elaborarán de manera artesanal uvas criollas de 4.000 parras antiguas que hay en propiedades de la zona.
Caleta Olivia es una ciudad de 76.000 habitantes, ubicada sobre el Golfo de San Jorge, al norte de la provincia argentina de Santa Cruz. Su matriz productiva está basada en la explotación del petróleo, el puerto, la pesca y en menor medida el turismo.
Con la finalidad de generar otra fuente de ingresos a las familias caletenses, ampliar la matriz productiva e incentivar el agroturismo, la Municipalidad dirigida por el intendente Fernando Cotillo (Frente de Todos), ofreció un apoyo técnico para comenzar con la «vitivinicultura urbana», iniciando una plantación de viñedos con proyección de futuro.
En este sentido, el 21 de junio pasado la comuna convocó a los vecinos interesados en tener un viñedo propio y ser parte de este emprendimiento, a una reunión informativa a cargo de Darío González Maldonado, agrónomo y enólogo sanjuanino radicado en la provincia de Chubut, quien brindará apoyo técnico para llevar adelante la puesta en marcha de los viñedos.
Al respecto, el intendente Fernando Cotillo, mencionó: «Para nosotros es una novedad y la posibilidad de poder diversificar oportunidades en nuestra ciudad. No hace falta mucho, sólo ganas de trabajar, ingenio y una pequeña inversión. Nosotros vamos a acompañar esta iniciativa porque tenemos ganas de mostrar que Caleta Olivia tiene productores con ganas de hacer y muchas veces no se brindan las oportunidades. Espero que esta jornada sea fructífera, los caletenses estamos dispuestos a participar de esta aventura. Sé que lleva tiempo, pero tendrá sus frutos».
A la reunión asistieron 40 personas de distintas profesiones, entre ellos docentes, médicos, enfermeros, empleados del Estado, estancieros, todos interesados en comenzar con estos viñedos urbanos, que constarán de 200 plantas en predios muy pequeños de apenas 350 m2. De los asistentes, 8 personas ya se pusieron a trabajar comprando plantas a los viveros mendocinos San Nicolás Vid y Vivero Isabel.
A partir de este encuentro, comenzará el asesoramiento para llegar a la plantación propiamente dicha, estimada para el mes de octubre.
Consultado por Enolife, González Maldonado contó que las variedades que que se van a plantar son, en tintas, principalmente pinot noir, algo de ancellotta, merlot y un clon cualitativo de malbec del Vivero mendocino San Nicolás Vid; y en blancas, chardonnay y sauvignon blanc.
Los viñedos estarán ubicados en distintos sectores de la ciudad y alrededores. De los emprendedores confirmados, algunos plantarán las vides en los patios de sus casas de la zona urbana, otros en las zonas de chacras, en superficies que van de media hectárea a 2 hectáreas, y otros en estancias que están entre Caleta Olivia y Puerto Deseado.
«Por ahora empezamos con un perfil muy bajo, con este modelo de viñedo casero de 200 plantas, que va a servir de ensayo experimental para ver el comportamiento de estos varietales en la zona, y en 2 o 3 años vamos a empezar a tener resultados de las primeras producciones para hacer microvinificación y saber qué tendencia vamos a darle a las producciones, si tintos jóvenes o de guarda o bases para espumante… Eso todavía no lo sabemos», explicó González Maldonado.
Los emprendedores interesados deben realizar una inversión inicial, que, para el caso de 200 plantas, con el sistema de riego, postes, alambre, fertilizantes, mano de obra y todo lo necesario para poner en marcha el viñedo, es hoy de alrededor de $200.000.
El agrónomo amplió: «Estamos experimentando con estos poquitos viñedos para evaluar el comportamiento, y si todo va bien, entonces se realizará una promoción de la vitivinicultura a otro nivel».
Por su parte, según comentó la secretaria de Producción de la Municipalidad de Caleta Olivia, Tania Sasso, «se trata de una propuesta muy interesante para la ciudad. La iniciativa fue del intendente, que nos trajo esta idea para pensar en la ampliación productiva de la localidad. A partir de ello, empezamos a extender redes para conocer el interés de nuestros vecinos y al notar la aceptación más allá de los trabajos virtuales por Zoom, avanzamos en los encuentros presenciales»
Un terroir con mucho viento
Según detalló González Maldonado el clima caletense es marítimo, sin heladas dañinas para la agricultura, con inviernos dentro de todo benignos y veranos templados, pero con mucho viento. «Para que las plantas se adapten a ese clima estamos desarrollando una estructura de bajo viento con espalderos que van de 1,30 a 1,50 m de altura, apelando a las cortinas forestales y, si no las hay, a cortinas artificiales contraviento; hasta ahora todos los predios que he visto tienen cortinas naturales y vamos a plantar en faldeos que miran al noreste».
Sobre los suelos, detalló el agrónomo: «Son muy variados, los hay de franco-arenosos a arcillosos, con tosca pero muy profunda, y en otros lados con un suelo de limo con pedregullo a los 70 cm de profundidad; el poco recurso con el que cuentan de agua es de excelente calidad, y el sistema de riego será por goteo».
En cuanto a qué tipo de vinos podrían obtenerse de este tipo de viñedos y en este terroir, González Maldonado proyectó: «Me imagino vinos tintos con un cuerpo entre medio a intenso, con muy buen color, con una gran complejidad aromática, con buenos alcoholes por encima de los 13,5 grados; y los blancos elegantes, aromáticos, buscando que en las zonas de faldeo tengan muy buen alcohol y posibilidad de crianza en barricas de roble, primero pensando en el chardonnay y después viendo si hay potencial para hacer vinos base para espumantes… Imagino la zona hacia el lado de la cordillera para los espumantes y la zona costera para vinos con mas cuerpo, con muy buena nariz y blancos ‘golosos'»..
El proyecto de la bodega
El proyecto incluye la construcción de una bodega artesanal que esté en funcionamiento en marzo de 2022, para elaborar vinos artesanales con uvas de parras antiguas de la zona, donde hay contabilizadas unas 4.000 plantas.
«Vamos a hacer un manejo cultural de capado y de otras cuestiones técnicas para mejorar la calidad de esa uva; las criollas, en las regiones más australes, tienen mayor expresión y menor acidez que en Cuyo. En cuanto a la bodega, en un principio será austera, con miras a mejorarla porque posteriormente va a recibir las uvas de las variedades finas».
Al respecto, la secretaria de Producción Sasso aseguró: «Como municipio, estamos dispuestos a acompañar a los productores y empezar a proyectar la construcción de una bodega para el tratamiento colectivo en la producción de uva».
Los interesados en sumarse a este emprendimiento deben comunicarse con la Secretaría de Producción de la Municipalidad de Caleta Olivia al (0297) 4850996 (Tania Sasso).
Fuente: Diario La Vanguardia Noticias, de Caleta Olivia