Hasta el 14 de agosto, en el Salón de los Gobernadores de la Legislatura de Mendoza (Peatonal y Patricias Mendocinas, Capital), se presenta “Bermúdez, el pintor de Mendoza”, una muestra retrospectiva que resume toda una vida de creación artística, entre 1950 y 2019. Se la puede disfrutar de lunes a viernes de 9 a 18 hs, con entrada gratuita.
Sanrafaelino, profesor de francés, destacado ajedrecista, pintor, dibujante y grabador graduado en la Academia Provincial de Bellas Artes, el artista plástico José Bermúdez nos subyuga con sus creaciones y su contagiosa energía.
Sus obras integran las pinacotecas del Museo de Arte de Montecatini de Italia, Museo Fader de Mendoza, Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza, Museo Nacional del Grabado de Buenos Aires y de numerosas colecciones particulares del país y del extranjero.
Para conocerlo mejor, transcribimos sus propias palabras en diferentes entrevistas, en las cuales relata su niñez y su evolución como pintor.
“Desde que era niño, en la escuela primaria, he participado con mucho gusto en todos los eventos plásticos que me fueron presentados, sin pensar que ello fuera mi destino y para siempre. Tenía facilidad y gusto por dibujar. Felizmente, en la escuela, tuve maestras que me impulsaron a desarrollar mi habilidad. Mi primer premio lo obtuve a los 10 años, en un concurso de dibujo donde había que ilustrar un cuento”.
“Cuando tenía 12 años aproximadamente, vendía diarios en el Parque General San Martín. En mi recorrida habitual solía encontrarme con un grupo de jóvenes dibujando bajo la inspección de Vicente Lahir Estrella. Se trataba de un aula al aire libre que despertó mi curiosidad”
“Fue entonces que el pintor percibió mi interés y propuso comprarme el diario los domingos con la condición de que me quedara a dibujar en su clase. De esa manera se convirtió en mi primer maestro de la que sería mi profesión”. “A los 14 años ingresé a la recién fundada Academia Provincial de Bellas Artes”
En sus comienzos, su obra se afirma en el realismo social. Sus obras siempre tienen como centro al hombre, su trabajo, sus características, sus vivencias, sus circunstancias. Sus creaciones, como él mismo advierte, han sido producto de diversas influencias y cambios a través del tiempo.
“Mi desarrollo artístico fue empírico y académico. Siempre estudié, que en mi oficio es hacer, mirar y volver a hacer. Me recibí de profesor en la Academia De Bellas Artes y durante muchos años compartí con colegas, estudios, talleres y quehaceres. Leí mucho y reflexioné sobre el arte, me enriquecí con la experiencia docente en todos sus niveles”.
Su principio es ser “un hombre que procura ser coherente con su interior, en su expresión y en sus acciones. El único modo que uno puede ser auténtico es escuchándose a sí mismo. Y esa es la ventaja que tiene un pintor, se salva si mira hacia adentro”.
Tuvo como referentes a Picasso y Rembrandt; mantuvo una estrecha relación con sus amigos Roberto Rosas, Juan Scalco y Luis Quesada. Si bien de todos aprendió mucho, lo más importante que destaca es que “sobre todo,aprendí que Bermúdez debía ser Bermúdez. Alguien dijo que somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, por tanto, no es un acto sino un hábito”.
El camino del artista es un continuo descubrimiento y un continuo esfuerzo por afinar la técnica que debe responder a una necesidad expresiva. Así, afirma: “He tenido la suerte de exponer y vender obras en muchísimos lugares del mundo. Me alegra que personas de situaciones y contextos diferentes tengan comunicación con mi obra”
Bermúdez está convencido de que en Mendoza hay una cantidad de jóvenes prometedores y estimulados para el arte en todas sus formas. Pero es importante que se los motive y reconozca, que se aprecien sus obras, exhorta. Y expresa en otra entrevista que “es la más honesta y provechosa aspiración; cada uno debe vivir de lo que trabaja y como en muchísimos casos, no es fácil. Pero no hay nada más gratificante que amar lo que hacés”.
A sus 96 años, siente que todo lo que le pueda quedar pendiente siempre tendrá que ver con el arte, porque nunca podrá dejarlo de lado. Está elaborando desde hace años un inventario digital de cada una de sus obras, con la ayuda de un joven estudiante de Historia del Arte. Este trabajo cuenta con todos los detalles de tamaño, técnica utilizada y ubicación actual.
Para cerrar, elegimos su concepto de sí mismo: “Desde lo personal me defino como un hombre que hizo lo que pudo, sin restar esfuerzo ni pasión por la naturaleza humana.”
Fuentes: http://www.prensa.mendoza.gov.ar, Legislatura de Mendoza y UNCuyo