El Papa León XIV inauguró el viernes 5/9 el Borgo Laudato Si y el Centro de Alta Formación del mismo nombre, un espacio de 55 hectáreas que conjuga espiritualidad, cuidado de la creación, inclusión social y formación académica, inspirado en la encíclica Laudato Si del fallecido Papa argentino, creador del proyecto. Ubicado en los Jardines de las Villas Pontificias de Castel Gandolfo (Italia), una porción de 20 hectáreas está destinada a cultivar los alimentos que llegan a la mesa papal, entre ellos un viñedo agroecológico donde se planea capacitar cada año entre 2.000 y 3.000 estudiantes de todo el mundo. Otro de los objetivos es elaborar allí un vino con la marca «Laudato Si» a partir de 2027.
Con la presencia de académicos, empresarios, el presidente de la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV) y las familias de los 39 trabajadores que hoy mantienen el lugar, el Papa León XIV inauguró en las Villas Pontificias de Castel Gandolfo, el Borgo Laudato Si y su Centro de Alta Formación. Allí, científicos de la Universidad de Enología de Udine han plantado un viñedo biodinámico donde se formarán desde jóvenes hasta directivos de grandes empresas.
Durante la Liturgia de la Palabra con el Rito de Bendición, León XIV se detuvo en la enseñanza de Jesús a los discípulos, cuando los invita a mirar “las aves del cielo” y a observar “cómo crecen los lirios del campo”. El Pontífice recordó cómo flora y fauna son a menudo protagonistas de las parábolas evangélicas, pero en este caso la invitación sirve “para comprender el diseño original del Creador”.
Todo ha sido sabiamente ordenado, desde el principio, para que todas las criaturas concurran a la realización del Reino de Dios. Cada criatura tiene un papel importante y específico en su proyecto, y cada una es ‘cosa buena’, como subraya el Libro del Génesis”.
PAPA FRANCISCO, sobre su proyecto de la finca agroecológica.
El cuidado de la nueva finca papal es una vocación, capaz de transformar la naturaleza en un lugar de cercanía, que “no puede no hablarnos de Dios”, según palabras de León XIV. Estos son los horizontes que el Papa contempla para el Borgo Laudato si’, que une dos almas: el Centro de alta formación Laudato si’, instituido por dos quirógrafos del Papa Francisco y corazón educativo del proyecto, y un sistema agrícola basado en los principios de la ecología integral.


El Borgo es fruto del impulso del Papa Francisco y el impacto de su encíclica ecológica y social Laudato Si, publicada hace ya 10 años. Y se convirtió en una prioridad para León XIV, que apenas tres semanas después de su elección, el 29 de mayo, recorrió personalmente el recinto y, en julio, durante su primera estancia de verano en Castel Gandolfo, presidió allí una misa dedicada al cuidado de la creación.


El cardenal Fabio Baggio, subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y director general del proyecto, aseguró que la inauguración marca un hito: “Es un evento maravilloso y la verdad que lo esperábamos. Ya estaba programado con el Papa Francisco, pero su enfermedad nos obligó a posponerlo. Ahora, con el Papa León, no solo recibimos su bendición inicial, sino que él mismo ha decidido quedarse varios días con nosotros. Eso nos impulsa y nos llena de gratitud a la Providencia”.


El Borgo Laudato Si’ se extiende sobre 55 hectáreas, incluso más que la propia Ciudad del Vaticano (44 hectáreas). En efecto, 35 hectáreas corresponden a jardines históricos, con villas romanas del emperador Domiciano y jardines al estilo italiano. Y 20 hectáreas agrícolas albergan la granja pontificia, que provee alimentos para la mesa papal y que, desde el 5 de setiembre, están disponibles también para los visitantes. El objetivo es producir vino de Laudato sí, junto con aceite de oliva orgánico, quesos de las 60 vacas de la granja y tés de hierbas del jardín aromático. Las ganancias de las ventas se reinvertirán por completo en el proyecto, en un ciclo perfecto de economía generativa.


Entre las novedades, se incorporarán caballos donados por benefactores de México y España, destinados tanto al Santo Padre como a los visitantes, promoviendo además terapias de relajación y contacto con los animales.


Un nuevo espacio de encuentro, formación y espiritualidad
El espacio funcionará como la primera escuela profesional del Vaticano, que ofrecerá capacitación en jardinería sostenible y agricultura orgánica a las personas de contextos de vulnerabilidad, como refugiados, víctimas de violencia y prisioneros en el camino de rehabilitación.
El padre Manuel Dorantes, director administrativo del Centro, explicó que la misión educativa nace de las intuiciones de Francisco en Laudato si’. Se organizarán programas para distintos públicos:
- Niños y adolescentes, para despertar desde temprano la conciencia ecológica y social.
- Jóvenes universitarios de todo el mundo, que podrán participar en experiencias de verano sobre sustentabilidad y doctrina social de la Iglesia.
- Personas vulnerables de Roma y Albano, a quienes se ofrecerá formación vocacional y empleo en el mismo borgo.
- Empresarios y líderes internacionales, invitados a reflexionar sobre un modelo económico donde la ganancia incluya la dignidad del trabajador y el respeto a la creación.
Por el este Centro pasarán cada año entre 2.000 y 3.000 estudiantes de todo el mundo. Algunos aprenderán en el propio restaurante en construcción -en colaboración con una cadena estadounidense-, mientras que otros participarán en cursillos, talleres y programas de liderazgo sostenible dirigidos a CEO y directivos de multinacionales.


Cultivo agroecológico para la mesa papal
El segundo pilar del Borgo es la producción agrícola. De las 55 hectáreas de las Villas Pontificias, unas 20 se destinan al cultivo, que hasta ahora abastecía la mesa papal y que, a partir de este 5 de setiembre, también llega a los visitantes. El corazón agrícola lo completa un viñedo biodinámico, plantado en otoño de 2024 y diseñado por expertos internacionales bajo la coordinación de la Universidad de Enología de Udine, cuyo primer vino se espera para 2027.
A ello se suman instalaciones que combinan cultivo con generación de energía solar, un invernadero equipado con paneles solares y un sistema de riego capaz de reutilizar 1.200 de los 1.500 m³ de agua anuales, reduciendo así la presión sobre el lago Albano. A los visitantes les esperan también los restos de de la antigua villa del emperador Domiciano, con valiosas huellas histórico-arqueológicas, como un criptopórtico romano de 150 metros de longitud.
Puertas abiertas
El Borgo, cerrado al público por más de 400 años, abre ahora sus puertas al mundo como un lugar de encuentro entre fe, ciencia, cultura y naturaleza. El padre Dorantes lo resumió con una invitación amplia: “Quiero invitar a todas las personas, de fe o sin fe. Si vienen a Roma, dense el tiempo de visitar el Borgo Laudato Si’. Aquí podrán reconectar con Dios a través de la naturaleza y de la espiritualidad de nuestra tradición. Bienvenidos todos, especialmente Latinoamérica”.
La iniciativa, que actualmente tiene 39 empleados, está diseñada para estar abierta al público, con un pronóstico de 250.000 visitantes por año. Habrá un boleto de entrada, pero el acceso será gratuito para aquellos en dificultades económicas, porque, como la encíclica enseña, la belleza de la creación es una herencia de todos, para ser guardado y compartido.
Vatican news, OIV, eldebate.com












