En enero de 2023 la Comisión Europea aprobó el pedido de Irlanda para que las etiquetas de bebidas alcohólicas contengan advertencias sanitarias obligatorias, incluyendo riesgos de cáncer y enfermedades hepáticas, además de información sobre el contenido de alcohol y calorías. La transición debía hacerse en 3 años, es decir para 2026, pero -a fines de julio- esta medida se pospuso para 2028. La medida ha sido bien recibida por los productores de vino y bebidas, aunque los «defensores de la salud pública» la ven como un retroceso en la información al consumidor.
El 12/1/23, la Comisión Europea aprobó el pedido de Irlanda para que las etiquetas de bebidas alcohólicas incluyan leyendas de advertencia sobre los «riesgos relacionados con el alcohol» -similares a los que se aplican en los paquetes de cigarrillos- con mensajes que reflejen, entre otras cosas, los efectos cancerígenos ante su consumo excesivo. El período de transición -según la medida- era de 3 años, es decir a partir de mayo de 2026.
Ver nota de Enolife del 15/1/23: «La UE aprobó que Irlanda incluya la advertencia de riesgo de cáncer en las etiquetas de vino»
Pero a fines de julio de 2025, estas controvertidas etiquetas de advertencia sanitaria en las bebidas alcohólicas en Irlanda se han pospuesto por 2 años, decisión que la industria vitinícola europea ha recibido con satisfacción.
En este sentido, el Comité Européen des Entreprises Vins (CEEV) afirmó que el retraso ofrece una oportunidad vital para alinear la legislación irlandesa con los requisitos de la UE y evitar la fragmentación del mercado único. La presidenta de la entidad, Marzia Varvaglione, calificó el aplazamiento como “buenas noticias” para los productores, especialmente las bodegas pequeñas y medianas que se enfrentaban a costos administrativos y de envasado significativos.
La normativa exigía que las etiquetas lleven advertencias como «informe sobre los peligros del consumo de alcohol para las mujeres embarazadas»; la «relación entre el alcohol y los cánceres mortales»; el contenido de alcohol del producto en gramos; el número de calorías que contiene el producto y un enlace a una página web de salud con información sobre el alcohol y sus perjuicios.
El secretario general del CEEV, Ignacio Sánchez Recarte, señaló que el enfoque irlandés había planteado cuestiones fundamentales sobre la justificación, la proporcionalidad y la compatibilidad legal con el derecho de la UE. Instó a la Comisión Europea a intervenir para garantizar un enfoque armonizado de la información al consumidor en todos los Estados miembros.
El sector irlandés de bebidas dice que la decisión alivia la carga de costos
Los fabricantes irlandeses de bebidas también celebraron el aplazamiento, afirmando que ayudará a un sector sometido a una fuerte presión por disputas comerciales internacionales, incluida una tarifa del 10% a las exportaciones a Estados Unidos. Drinks Ireland, que representa a los productores nacionales, dijo que las normas aplazadas habrían incrementado los costes de etiquetado y envasado en alrededor de un 35%, especialmente para las empresas más pequeñas.
El grupo advirtió que un enfoque fragmentado correría el riesgo de reducir la oferta para los consumidores irlandeses y de expulsar a algunas empresas del mercado nacional. “Esta decisión proporciona un alivio muy necesario para estas compañías y permite que los exportadores se centren en diversificación y supervivencia”, afirmó, al tiempo que pidió que cualquier nuevo requisito se implemente a nivel de la UE y no de forma nacional.
Defensores de la salud pública critican el giro del gobierno
Por su parte, Alcohol Action Ireland (AAI) condenó el aplazamiento, advirtiendo que la demora tendrá consecuencias reales para la salud pública. La organización benéfica destacó el aumento de las tasas de enfermedad hepática en Irlanda, alrededor de 1.000 casos de cáncer relacionados con el alcohol diagnosticados cada año y una de las tasas más altas de Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF) a nivel mundial, que se estima afecta al 7,4% de la población.
La directora ejecutiva de AAI, la doctora Sheila Gilheany, afirmó que negar a los consumidores información clara sobre los riesgos del alcohol para la salud era “un fracaso de liderazgo y de democracia”. Calculó que, para 2028, se habrán diagnosticado más de 3.000 cánceres y 15.000 casos de TEAF vinculados al alcohol, con un coste de 2.400 millones de euros para el Estado.
La organización también criticó la lenta aplicación de otros elementos de la Ley de Salud Pública (Alcohol) de 2018 de Irlanda, incluidos las restricciones a la publicidad y los controles de precios, señalando que la presión del lobby de la industria del alcohol había retrasado repetidamente los avances.
La industria ya temía una salida del mercado
A partir de la iniciativa irlandesa de 2023, algunas bodegas europeas habían advertido que podrían abandonar ese mercado en lugar de cumplir con lo que describieron como advertencias sanitarias “al estilo de los cigarrillos”. La compradora de vinos radicada en Dublín y Master of Wine Barbara Boyle señaló a principios de este año que las nuevas regulaciones, que incluían texto rojo Pantone 2035 y declaraciones detalladas sobre calorías y contenido alcohólico, ya se habían convertido en una barrera importante para el comercio.
El debate ha vuelto a dejar al descubierto las tensiones entre la competitividad comercial y la salud pública, así como la cuestión de si Europa debe impulsar un etiquetado armonizado del alcohol o permitir que los países establezcan sus propias normas.
Fuentes: Drink Business y propias











