El Observatorio Vitivinícola Argentino publicó en su web «Ahora» un resumen del informe «Nuevas tecnologías digitales y trabajo: el caso de la producción agroindustrial en la Argentina», elaborado por Alejandro Artopoulos y Miguel Lengyel del Centro Interdisciplinario de Estudios en Ciencia, Tecnología e Innovación (Ciecti). El mismo analiza la transformación del trabajo agropecuario a partir de los cambios introducidos por las nuevas tecnologías digitales agropecuarias y el fenómeno de los emprendimientos de servicios intensivos en conocimiento.
La tecnología está transformando rápidamente todos los sectores de la economía y la agroindustria no es la excepción. La digitalización y las innovaciones tecnológicas están cambiando la manera en que trabajamos, generando nuevos perfiles laborales y transformando los roles tradicionales de los agrónomos y productores. A medida que la agroindustria se digitaliza y se automatiza, surgen nuevos desafíos, pero también oportunidades para aquellos que estén preparados para adoptar estos cambios.
Los agrónomos de hoy deben ser capaces de gestionar grandes volúmenes de datos en tiempo real, tomar decisiones basadas en estos datos y, en muchos casos, colaborar directamente con robots, algoritmos y plataformas digitales. La capacidad de entender y trabajar con datos en tiempo real es esencial para enfrentar los desafíos del futuro.
Uno de los mayores desafíos actuales es la necesidad de trabajar de manera más estrecha con profesionales de otras áreas tecnológicas. Por ejemplo, el desarrollo de una aplicación o plataforma agropecuaria que resuelva una problemática específica requiere no solo de agrónomos, sino también de diseñadores multimedia, programadores y expertos en gestión de datos. Este cambio implica que los profesionales del agro, que antes sólo interactuaban con contadores, administradores o recursos humanos, ahora deben colaborar directamente con informáticos y especialistas en áreas como la robótica, el análisis de datos y la inteligencia artificial.
Nuevos perfiles
Como resultado de la transformación digital, están surgiendo nuevos roles en la agroindustria. Algunos de estos perfiles emergentes incluyen:
- Monitoreador de cultivos o “detective de riesgos biológicos”: Encargado de gestionar plataformas digitales para la detección temprana de plagas y enfermedades a través de sistemas de alertas.
- Desarrollador de algoritmos para agrodatos: Profesional que diseña algoritmos para analizar imágenes de drones y otros datos agronómicos, ayudando en la toma de decisiones precisas sobre el cultivo.
- Operador de drones: Responsable de capturar datos mediante drones para el monitoreo de cultivos y la evaluación de la salud de las plantas.
- Arquitecto de soluciones aeroagronómicas: Diseña algoritmos y soluciones personalizadas para optimizar la producción agrícola a través del uso de tecnologías avanzadas.
- Consultor en gestión ambiental: Especialista en gestionar plataformas digitales que capturan y procesan datos relacionados con el impacto ambiental de las prácticas agrícolas.
Transformación digital
A medida que se avanza hacia la plataformización, los agrónomos también deben adaptarse a la creciente hibridación de tecnologías. Este proceso implica la integración de plataformas digitales con tecnologías tradicionales como las de labranza. Por ejemplo, los sistemas de sensores de humedad y los cultivos de servicio trabajan juntos para garantizar una producción más eficiente y sostenible.
Trabajo algorítmico
El concepto del trabajador algorítmico será clave para los próximos años. Este perfil se caracteriza por la capacidad de interactuar con plataformas, analizar datos en tiempo real y tomar decisiones autónomas. En lugar de simplemente realizar tareas rutinarias, el trabajador algorítmico evaluará constantemente escenarios y pronósticos, adaptándose de manera flexible a las demandas del sector. Esto liberará tiempo para dedicarse a la innovación y a tareas de mayor valor estratégico.
Para que los agrónomos y productores estén preparados para todos estos cambios, es fundamental que se adapten al pensamiento computacional y a la gestión de datos. Además, deben formarse en áreas como la robótica agrícola, el uso de drones, la gestión de plataformas de monitoreo y la interpretación de imágenes satelitales.
El sector agropecuario no está exento de los efectos de la automatización, pero a diferencia de otros sectores las habilidades interpersonales y cognitivas de orden superior seguirán siendo altamente demandadas. Los nuevos roles no sólo se centran en la automatización de tareas, sino también en la toma de decisiones estratégicas basadas en datos complejos, lo que convierte a la formación continua y al aprendizaje interdisciplinario en herramientas esenciales para cualquier profesional del agro.
La digitalización de la agroindustria es una oportunidad para mejorar la productividad y sostenibilidad, pero también plantea retos. Para aprovechar las ventajas que estas tecnologías ofrecen, los agrónomos y productores deben adoptar nuevas habilidades tecnológicas, colaborar con profesionales de otras disciplinas y estar dispuestos a adaptarse a la rapidez de los cambios. La clave será convertirse en trabajadores algorítmicos capaces de gestionar datos y tomar decisiones rápidas en un entorno cada vez más automatizado y digitalizado.
El futuro del trabajo en el agro ya está aquí, y aquellos que se preparen adecuadamente serán los que lideren el camino hacia una agroindustria más innovadora y sostenible.
Fuentes: ciecti.org y Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA)