A partir del inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, y a raíz del apoyo a Ucrania de los países europeos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, el gobierno de Rusia aplicó aranceles de «castigo» a los vinos españoles, franceses, italianos, alemanes y de Estados Unidos, que pasaron en 2022 a pagar un 20% de arancel sobre el precio base. Y desde el 5 de agosto y hasta el 31 de diciembre de 2024, este arancel se eleva al 25%. Sin embargo, para algunos países del «Nuevo Mundo» del vino, como Australia, Nueva Zelanda, Chile y Argentina, este arancel se mantiene en la mitad de esa cifra, lo que para las exportaciones argentinas representan una ventaja competitiva.
El gobierno de Rusia ha implementado un aumento de los aranceles de importación para determinados bienes provenientes de países cuyas políticas impactan negativamente en los intereses económicos rusos. Entre los productos afectados se incluyen vinos, espumosos, mosto de uva y vermuts, los cuales deberán abonar un arancel del 25% sobre el valor FOB, con un mínimo de U$S 2 por litro.
¿Qué significa esto para los vinos argentinos? Argentina ha sido excluida de estas tarifas adicionales, lo que aumenta la ventaja competitiva de nuestros productos en el mercado ruso.
Los vinos argentinos mantienen un arancel preferencial del 12,5%, mientras que los vinos franceses, italianos y españoles, que ya enfrentaban un arancel del 20% desde 2022, ahora deberán pagar un 25%.
Rusia representa el 0,49% de las exportaciones totales de vinos argentinos en facturación. En volumen, ocupa el 0,57% de las exportaciones argentinas del sector (datos a mayo de 2024).
Arancel diferencial para países «inamistosos»
El Decreto del Gobierno de la Federación Rusa, de 20 de julio de 2023, N 1173, “Sobre enmiendas a determinadas leyes del Gobierno de la Federación Rusa” elevó el arancel de aplicación a la importación de vinos desde la anterior tasa del 12% a la del 20%, con un mínimo de 1,5 u$s por litro. La medida afecta a las partidas arancelarias 2204 y 2205, con la particularidad de que este aumento de la tasa arancelaria es discriminatorio, pues únicamente afecta a aquellos productos “cuyo país de origen son estados y territorios que han tomado medidas que violan los intereses económicos de la Federación Rusa”; es decir, que han sido declarados “inamistosos” en la legislación rusa por haber adoptado sanciones contra Rusia.
Aunque las ventas del vino embotellado en Rusia se recuperaron y han ido en aumento desde el año 2021, las nuevas tasas arancelarias que pretenden proteger la nueva industria vitivinícola están resultando muy perjudiciales para las exportaciones españolas.
La Ley federal 468-FZ prohíbe el uso del vino y de otros productos vitivinícolas (por ej. mosto) de importación para la elaboración de vino en Rusia, y la mezcla de vino importado con vino producido en Rusia.
Impacto de la medida
Los operadores del sector del vino en Rusia advirtieron que el impacto de esta medida se traslada al precio de venta al público, lo que encarece el precio de cada botella en torno a 1,5€. El efecto sobre la demanda de vinos europeos por parte de importadores locales ya se ha notado, habiéndose reducido los pedidos sensiblemente. Particularmente, en el segundo semestre de 2023 las importaciones de vino desde países considerados “inamistosos” por la legislación rusa disminuyeron un 40%, hasta su nivel más bajo en seis años.
Más concretamente, según se desprende de las estadísticas comerciales de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, entre el 1 de agosto de 2023 al 31 de enero de 2024, los países de la UE redujeron los envíos de vinos tranquilos y espumosos a Rusia un 37,2%, en comparación con el mismo período de 2022/2023. En el caso particular de España, la caída parece estar siendo mayor que la media de la UE.
A partir del año 2019, las exportaciones de la partida 220429 cayeron en picada, hasta ser prácticamente inexistentes en la actualidad.
Valoración
El aumento del arancel constituye una medida discriminatoria y, por tanto, contraria a los compromisos de Rusia con la Organización Mundial de Comercio (OMC). Sin embargo, ya incluso antes de la guerra en Ucrania y el actual contexto geopolítico, la tendencia venía siendo a aumentar la protección de este mercado local, que se está desarrollando, especialmente a medida que los productores rusos se van volviendo más competitivos no sólo en el segmento de gama baja, sino también media. Por tanto, la probabilidad de que se levante esta restricción es reducida en un horizonte temporal previsible.
Fuentes: Observatorio Vitivinícola Argentino y Gobierno de España