Desde su finca y bodega en construcción en el corazón de Luján de Cuyo, Mendoza, el joven ingeniero agrónomo y enólogo Francisco Evangelista tiene como objetivo hacer posible el «berretín» de muchos amantes del vino de tener su propia marca aunque no dispongan de bodega ni conozcan los secretos del trabajo enológico. Para ello, en 2018 creó la empresa Crowdfarming.Wine, que ayuda a crear vinos para terceros, cubriendo todos los eslabones de la cadena productiva, desde metodologías de agricultura y vinificación hasta comercialización. Una experiencia interesante, digna de compartir, quizá inspiradora para otros emprendedores… Y, por qué no, para invertir y desarrollar como negocio.
Ingeniero agrónomo y enólogo, Francisco Evangelista nació en Godoy Cruz, Mendoza, y creció rodeado de viñedos, absorbiendo desde joven la rica cultura del vino. Proveniente de una familia con raíces italianas en la región de Abruzzo, donde la variedad predominante es Montepulciano, logró traer estas cepas a Mendoza, rindiendo homenaje a su herencia y demostrando su compromiso con la tradición.
Pero su trayectoria no termina en Argentina: su experiencia en el exterior fue clave en la formación de su visión empresarial. A los 24 años, recién graduado, se trasladó a California, Estados Unidos, para trabajar en una reconocida bodega cerca de Napa, en Central Valley. Esta experiencia le permitió conocer de cerca las prácticas agronómicas y enológicas de una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas del hemisferio Norte.
La idea de su empresa, hoy propietaria de 75 hectáreas de viñedos, surgió en 2018, luego de que Evangelista decidiera independizarse tras 15 años en una compañía de desarrollo de real estate relacionada con la viticultura.
Recibía pedidos de todo el mundo relacionados con la producción de vino. Desde hacer etiquetas hasta vender el vino. Así, de manera orgánica, empecé a aceptar todos los pedidos y hoy somos una empresa que ofrece un servicio 100% llave en mano”.
Francisco Evangelista, agrónomo y enólogo mendocino.
CrowdFarming.Wine, que emplea a 16 personas de manera directa, permite a emprendedores y entusiastas del vino invertir en la industria con montos que arrancan en los u$s 5000 y varían en función del tipo, la cantidad y la categoría de vino que se busque elaborar. La empresa acompaña a sus clientes en todo el proceso, desde el análisis de previabilidad, gestión de viñedos, producción de vino, estudios de mercado y planes de negocio, hasta la creación de marcas personalizadas y rentables.
La compañía se encarga de seleccionar las uvas, seguir la cosecha, producir el vino, diseñar el packaging personalizado y definir el destino comercial, y ofrece soporte para proyectos de diferentes escalas. Actualmente, comercializa el 50% de su producción en el exterior y producen alrededor de 200.000 botellas anuales, creando cerca de 400 etiquetas de vino para 80 clientes. Sus principales mercados incluyen Argentina, Canadá, Brasil, México, EEUU, Gran Bretaña y Alemania.
El sueño de crear una marca propia de vinos
Entre el 70% y 80% de sus clientes son inversores que quieren desarrollar una marca propia. No obstante, la firma también ofrece servicios para clientes corporativos que, por ejemplo, buscan lanzar un vino como parte de su posicionamiento de marca o como regalo corporativo. “Hemos hecho vino para diferentes empresas que compran una vez. Nosotros les ponemos una etiqueta, les armamos todo. Ahora estamos haciendo una campaña muy fuerte en Estados Unidos para ese segmento, que ahí sí se vende mucho”, detalla.
Pero los planes de Evangelista no terminan ahí: está trabajando en el armado de una plataforma de inversión que posibilite a los usuarios invertir en marcas de vino con montos accesibles. “Es como una bolsa de valores del vino, donde se podrá invertir desde 100 dólares y, a medida que la marca crece, tu inversión se respalda con vino, lo que garantiza que nunca pierdas”, detalla Evangelista.
La empresa también está construyendo su propia bodega en Las Compuertas, Luján, Mendoza, que incluirá un desarrollo turístico para promover la venta directa de los vinos de sus clientes. “Queremos que la bodega sea un espacio cultural, una vinoteca y un lugar de cata que refleje nuestra pasión por el vino y nuestra dedicación a la calidad”, añade.
Además de desarrollar marcas para sus clientes, Evangelista lanzó propia marca de vino, Omega Wines, Back to the Light. En una primera partida limitada y numerada, decidió comenzar con un Gran Corte de Tintas «que se inspira en el famoso Vega Sicilia ‘Único’, un blend que cuenta en su composición con un gran aporte de Tempranillo y Cabernet Sauvignon entre otras; y un White Malbec, nuestra cepa insignia elaborada como un blanco”, cuenta Evangelista.
CrowdFarming.Wine se prepara para un 2025 de expansión. «Estamos proyectando un crecimiento fuerte y planeamos adquirir terrenos en Chile, Uruguay, España e Italia para desarrollar viñedos y expandir nuestra oferta. Estamos buscando financiamiento inicialmente entre nuestros propios clientes y personas vinculadas al mundo del vino. Queremos que el levantamiento de capital venga de aquellos que ya están familiarizados con nuestra visión y modelo de negocio», concluye.
Fuente: Forbes Argentina, por Laura Mafud