Los gobiernos de las dos principales provincias vitivinícolas de Argentina pactaron ayer 9/3/23 emplear como máximo un 12% de las uvas de la cosecha 2023 a mosto y otros subproductos como pasas, uvas para consumo en fresco, vinagre y alcohol vínico. El resto, obviamente se destinará a elaborar vinos y espumantes. A raíz de la baja cosecha prevista, que no superaría los 15,4 millones de quintales según la estimación del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Mendoza pedía destinar la totalidad de la producción al vino, pero en San Juan, donde existe una fuerte «cultura mostera», numerosas plantas de fabricación de jugo de uva y tradición exportadora de ese producto, querían el 20%. La solución salomónica acordada, tomada en el marco de una ley interprovincial de 1994, contribuirá a equilibrar el stock vínico futuro y a tranquilizar el tira y afloje por los precios del vino, habitual en esta época del año.
Por Pedro Straniero (pstraniero@enolife.com.ar)
En las buenas épocas de cosechas voluminosas en Argentina, como ocurrió en 2013, con casi 29 millones de quintales de uva, el porcentaje destinado a mosto y otros subproductos de la uva fue del 32%. Hoy la realidad es otra, por efecto de recientes fenómenos climáticos dañinos como heladas, granizos, sequías, y no se espera cosechar más de 15 millones de quintales (1.500 millones de kilos). Para algunos técnicos, es consecuencia directa del cambio climático, para otros se trata de eventos cíclicos que la naturaleza se encargará de compensar en los próximos años. Como sea, ante la fuerza de los hechos, los gobiernos de Mendoza y San Juan negociaron, otro año más y con buen tino, el porcentaje de uva que no irá al vino, lo que servirá para evitar que el stock esté regulado y no se produzcan desbordes en los precios ni falte el producto para exportación.
En el acuerdo establecido ayer 9/3 pero aún no firmado entre ambos gobiernos, Mendoza considera también en ese porcentaje del 12% las exportaciones de vino a futuro. Y ambos Estados se rigen por una ley que busca mantener un equilibrio en los stocks. La postura de Mendoza, tras conocerse el pronóstico de cosecha del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), con una merma de 23% para la provincia de Mendoza y de 21% a nivel nacional, era no exigir un porcentaje para no afectar negativamente los precios pagados al productor.
En la reunión en Mendoza donde se consideró y aceptó la propuesta sanjuanina del 12% estuvieron el ministro de Economía y Energía, Enrique Vaquié; el subsecretario de Agricultura y Ganadería, Sergio Moralejo; y los principales dirigentes de la Unión Vitivinícola Argentina, la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita), el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, Bodegas de Argentina, la Sociedad Rural de Valle de Uco, la Unión Vitivinícola Argentina y la Cámara de Agricultura, Industria y Comercio de Tupungato.
Sobre los fundamentos y consecuencias del acuerdo pactado, el subsecretario mendocino Moralejo explicó: “Este es es un año extraordinario por el daño de las contingencias climáticas. Nosotros entendíamos que no había razón de tener que destinar una cuota de diversificadora superior a cero, cosa que ya había hecho el mercado. San Juan tiene una importante industria mostera. Cuando el Gobierno de San Juan nos dijo que habían llegado a un punto mínimo del 12%, entendimos que no iba a afectar a la provincia de Mendoza en lo práctico, porque básicamente tenemos excedentes en materia de diversificación. Se dice usualmente que ese porcentaje se destina a mosto, pero en la realidad hay una parte que va exportaciones, otra parte a pasas. Mendoza, por ejemplo, ya exporta por encima de ese número».
Y concluyó el funcionario mendocino: “Lo que hemos intentado hacer es no llegar a la imposición por defecto. Si no se firmaba un acuerdo, era del 20%. Tenemos que pensar la vitivinicultura como un todo y proteger toda la cadena de valor, pensar también en la industria ligada a la producción”.
«Es un acuerdo conveniente, las herramientas hay que mantenerlas»
Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, una de las principales entidades del sector, participó de las deliberaciones en Mendoza previas al acuerdo de este año entre Mendoza y San Juan. Al respecto, el dirigente del vino explicó con claridad: «Esta es una negociación que tiene un basamento técnico. El Acuerdo Mendoza-San Juan trata de nivelar las existencias y, en el caso de Mendoza, con la modificación que se hizo del Acuerdo en 2018, también las exportaciones forman parte de la diversificación. Cualquier cosa que se saque de nuestro mercado interno, que es el 70% del vino que se produce, cualquier materia prima que vaya a otra actividad está establecido que es diversificación, con lo cual Mendoza no diversifica solamente mosto, sino también las exportaciones».
Villanueva fundamentó: «Esta es una cosecha excepcionalmente baja, con mucha incertidumbre porque siguen ocurriendo accidentes climáticos, como el que tuvimos en la zona Este hace unos días, con lo cual lo que se sacó y lo que mandó San Juan era bastante razonable, un porcentaje del 12%, y Mendoza lo va a cumplir de dos maneras: una con exportaciones y la otra parte con esa modificación del acuerdo, en donde todo lo que sea daños climáticos se descuenta de la base de cálculo, o sea, todo viñedo que tiene un daño climático por encima del 50% se descuenta de la base de cálculo, y si el productor no hizo la denuncia o tuvo algún problema, se puede hacer una serie de los últimos 5 años».
Finalmente, el dirigente de la Unión Vitivinícola Argentina y del Fondo Vitivinícola evaluó: «Me parece que es un acuerdo conveniente, las herramientas hay que mantenerlas, vamos hacia una vitivinicultura más chica, porque también los aumentos de precios hacen que caigan los despachos, que caigan las exportaciones, y entonces el equilibrio entre oferta y demanda siempre es importante. Hay que recordar que cuando falta vino el precio sube mucho más que ese faltante, pero también que, cuando baja, que es la mayoría de las veces, cuando sobra un litro el precio baja mucho más que ese litro que sobra. Así que esa es la explicación, y creo que vamos a llegar a un buen puerto en ese sentido».
«Estamos muy satisfechos»
Ariel Lucero, ministro de Producción y Desarrollo de San Juan, también consideró muy positivo el actual acuerdo: «Estamos muy satisfechos con esta cifra del 12% porque surgió de una mesa de diálogo con todas las cámaras y agrupaciones del sector vitivinícola de San Juan. Si bien había propuestas que iban de cero a 20 % para el cupo de uva destinada a mosto o a otros productos que no sean vino, logramos un término medio que fue aceptado por Mendoza”.
Y resumió Lucero: “Este acuerdo vitivinícola nació para mantener un equilibrio en el sector determinando un porcentaje de uva para mosto, vinos de baja graduación alcohólica, vinagre, pasas, uva en fresco y otros productos a base de uva, incluso exportaciones. Su meta es contribuir con productores e industriales vitivinícolas”.
Qué es el porcentaje de mosto
El porcentaje de mosto, enmarcado en un acuerdo entre Mendoza-San Juan establecidos por leyes de ambas provincias sancionadas en 1994, tiene como objetivo mantener equilibrados los stocks en el mercado vitivinícola.
Pero no sólo incluye al mosto: desde 2018, entraron en el acuerdo destilados y exportaciones a futuro. Si los gobiernos de ambas provincias no llegan al acuerdo que finalmente se firmará, el porcentaje por defecto es del 20%. Según el INV, se espera este año un total de 15.352.900 de quintales, 21% menos que la producción de 2022, cuando se logró un total de 19.368.030 de quintales. Dentro de ese número total, Mendoza ocupa el 66%, pese a la merma en la producción por la ocurrencia de heladas tardías y tormentas graniceras, además de la emergencia hídrica.
El diagnóstico del INV establece que “se ha verificado una gran variabilidad de resultados en cada provincia, con datos muy dispares según el impacto de las contingencias climáticas sufridas por heladas y granizo. A modo de ejemplo y en particular, la provincia de Mendoza presenta oasis que van desde -1% a -60% en la estimación de la producción con relación con 2022. Esto demuestra lo complejo que ha resultado el trabajo de evaluación en el territorio este año”.
En otras provincias, como San Juan, la caída fue menor, al pasar de 4.681.454 de quintales a los 4.045.600 que se esperan para este año (-14%) o Salta, con una reducción de 9% y un total de 308.400 quintales; al igual que La Rioja, con 658.200 quintales (-9%).
Fuentes: Gobierno de Mendoza. Gobierno de San Juan e Instituto Nacional de Vitivinicultura